martes, 27 de septiembre de 2011

La derrota del silencio.


Acudió al reclamo de la voz

y la puerta estaba rendida

a la derrota del silencio. Y el silencio fue

la huella del ángel.


Creía haber encontrado la luz

y su rostro tenía luces artificiales,

besos

en un cruce de caminos.


Cuando las palabras fueron

la sangre de la altura

la oscuridad permaneció

en el revés de las palabras.


Descendió a la morada de los vivos.

y la voz se deshizo en el abismo de los días,

las alas,

en la cicatriz de la brisa.




jueves, 22 de septiembre de 2011

En el dolor del tiempo.



Entre ruidos monocordes de la calle

se rompe el tiempo en la tarde.

No hay marcha atrás solo el vuelo del ángel

que recoge palabras acompasadas con mil melodías,

todas las imágenes vertidas en los ángulos estrechos

de la memoria.

Por la cordillera del deseo descienden

alados sueños. En el dolor del tiempo

comienza la noche.




lunes, 19 de septiembre de 2011

El vuelo de la trinidad


Mas la reina, hace tiempo el alma herida
del mal de amor, con sangre de sus venas
nutre su llaga, y en oculto fuego
consumiéndose va.

(Virgilio, La Eneida, IV)


Toma rumbo la mirada en la carne desnuda

en medio de un bosque de manos que se aferran

al vuelo de la trinidad.

Soportada en el brocal del agua que busca


el infierno de la sed; asida al deseo del fuego

que dobla los cuerpos transidos de pasión;

acariciando la ira de la tierra que alerta

del tiempo.


Gritan los rostros con el velo blanco

del sudor, mientras el amor clava sus dardos

en la piel vestida de miedos. Y sigue el rito

en esa trinidad de la carne desbocada


con la fuerza de un torrente y la fragilidad

del humo, hasta deshacerse

en la espalda de una nube que dibuja risas,

y en los labios que pronuncian secretos.



sábado, 10 de septiembre de 2011

Desde el silente rostro de lo amado. Canto IV.


Hace unos días hemos tenido un encuentro con nuestro amigo Juan Andrés Calderón, poeta y hombre de compromiso, premio "Delgado Valondo" 1989. Para esta ocasión escribí, a partir de las cuatro estrofas de un poema suyo, cuatro cantos, llamado ". Cuatro cantos y un epílogo". Aquí dejo el canto IV con la estrofa cabecera extraído del poema de Juan Andrés.

A Juan Andrés Calderón porque sabe estar

donde yo no me atrevo aunque me atreviera.

CANTO IV



Y no hay prisas,

sino bosque de entretiempos:

enternecida aurora

a donde vuelvo

(Juan Andrés Calderón. Despertar en Septiembre)




Ahora, cuando surcas los caminos del invierno

se estremece tu tarde

y el crepúsculo coloca en tu mejilla,

los destellos del Amado,


paisajes donde anida la quietud

del saberte sin prisas en una aurora enternecida

a donde siempre vuelves.


Que no te vas compañero, mientras dure el perfume de tu paso.


Desprenden sus hojas los viñedos,

el vino y el pan en la mesa están servido,

que en la sangre del hombre buscas horizontes

para encontrar el vuelo cierto del Amor.


Que no te vas compañero, no, mientras dure el perfume de tu paso.


Noches en vela, sin adornos, conforman tu ser.

Cuántos amaneceres te sorprendieron vendimiando

racimos de esperanza. Por eso no te vas

mientras el agua brote sincera en las palabras


y el ser fiel sea la costumbre de lo mejor, lo más humano.


Levantemos las voces porque te quedas, compañero,

en el anhelo de cada uno, en el verso de la mañana

en las tardes de verano, apuntando días mejores.


Que no te vas mientras dejes por los rincones

trozos de agonía aceptada, porque el amor no es irse

sino un siempre volver,

un siempre volver


de ena-mo- ra- dos.









(DESDE EL SILENTE ROSTRO DE LO AMADO.CUATRO CANTOS Y UN EPÍLOGO.)








lunes, 5 de septiembre de 2011

Por qué el vacío



El vacío no tienen nombre ni rostro,

es vacío. El nombre se disuelve

como nube en el silencio, el rostro

en la masa gris de las horas. Por qué

se empeña este vacío en imaginar abrazos.

Por qué el amor se vuelve muerte

y la felicidad sueño. Por qué

este caos desalmado;

por qué este vacío infinito;

por qué el vacío...






sábado, 3 de septiembre de 2011

Cuando la paciencia de la noche...


Es posible la luz cuando la paciencia de la noche rehace el alba .

No hay negro o blanco sino el color de la palabra, el verso

que brota en cada rincón de los silencios, en cada espacio

vacío, en cada espera. Hay voces que no ruidos en una sinfonía

donde vivir es un presente de horizontes más que de fronteras.

Qué importa si son veinte y pico o cuarenta y tantas las veces

que la vida se vuelve aventura de encuentros, una búsqueda

de las palabras que convierte en caricias el juego constante

de matar el tiempo. Es posible la luz a pesar de la noche.



viernes, 2 de septiembre de 2011

Todo sigue el curso del silencio…





Todavía están abiertas las ventanas,
los ruidos y las ausencias se confunden;
unas fotos reclaman atención y las nubes
siguen su paso indiferente
a los transeúntes con paraguas.
Nadie llama ni se molesta,
todo sigue el curso del silencio,
ese tiempo mudo que acoraza el alma
cuando se esperan las caricias
y no hay mas respuesta
que gotas de lluvia sobre el cristal.
Habría que ser hormiga
para comprender la grandeza de las cosas
porque esto de ser gigante
hace perder la dimensión
de los abrazos.



jueves, 1 de septiembre de 2011

En blanco y negro


















Nunca fue tan abierta la mañana, nunca
cuando la carne acortó distancia en la sonrisa;
y la ternura de los besos, huellas de aves al pasar.
Un mar en la espalda, olas arrastrando la palabra
a una orilla imaginaria que habla de promesas,
de un hasta luego, de noches, de silencios. Nunca,
como hoy, se hizo tan de día la mañana
en el verbo pronunciado 
que traza líneas de  luz 
en el juego amante
de los cuerpos.



Haikus de la mañana.



 Mañana de luz,
vuelo largo de manos.
Siempre tus labios.


 Alba rendida,
gritos de la mañana
en las aceras.


 Fiel la sonrisa
libre, amor entregado
de la mañana.



MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto