viernes, 22 de mayo de 2009

Creía ser un ángel.






Tenía pocos años cuando la brisa
del amor perfumó su playa. Los días
fluyeron entre rutinas y deseos. Música
cercana que olvidaba la pasión.

Cuerpo a cuerpo, los sueños
y las ganas de vivir crecieron.
Creía ser un ángel.

Construyó una casa con muchas ventanas
sellando las puertas con espejos. No había
necesidad de salir sólo de contemplarse.

La complicidad de la luz
le devolvió la daga
del tiempo, ese río sin piedad
que aborta ideales.

No había figura. Deforme y sin luz
cerró las ventanas para acallar la voz
de los cristales asesinos. Imposible salir,
no había puertas. Maldijo al cielo.

Vagabundo de rincones, un ángel
busca huecos para salir. Nadie
le oyó. Hoy derribaron la casa
En su lugar han plantado rosas.


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1 comentario:

  1. Este poema me parece borjiano, Tino. Muy bonito.
    Luminosa me parece esta idea:
    Construyó una casa con muchas ventanas
    sellando las puertas con espejos. No había
    necesidad de salir sólo de contemplarse.
    Un abrazo

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