Llegó con el susurro de la luz
acodando su aliento en la pared.
Su abrir los ojos fue un gesto creador
capaz de dibujar rostros en el semblante
del aire. No había otro entendimiento
sino el signo cifrado de las miradas.
Después, tú y la rebeldía de tus labios
persiguieron la herida
del camino.
Tus poemas me recuerdan a la pintura. Puedo mirar tu obra de arte durante minutos, interpretándolo palabra a palabra.
ResponderEliminarFaustino de lo mejor que he leído. Muy bueno. Así de simple. Así de difícil.
ResponderEliminarUn poema de altura, Tino. Tu dominio del lenguaje, del ritmo y de los recursos literarios es total.
ResponderEliminarFelicidades
Un beso
Ana
"el signo cifrado de las miradas"
ResponderEliminarQue frase Tino, esta me la guardo como tesoro, un placer volvera leer esos instantes que captas de maravilla.
Besazos