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A mi padre.
Habitación 102. La mascara de oxigeno
le impedía hablar. No sé si eran nubes
o alas las que he visto a su alrededor. Creo
que eran ángeles dejando pasar el sol. Tomé
sus manos, sentí el calor de la fragua. Sus ojos
se perdían en el infinito de los rincones. Por un instante
se hizo el silencio, terrible silencio donde abundaban
todos los amores sin palabras. Después
me dedicó una sonrisa sellando
aquel instante. Era
la habitación 102.
Tomé
ResponderEliminarsus manos, sentí el calor de la fragua.
Este trozo es precioso.
Casi todos hemos pasado por esos momentos.
Un abrazo, Tino.
El momento que ha todos nos llega se tiñe de misterio y tristeza para quien observa partir a un ser querido.
ResponderEliminarUn saludo
Tino
ResponderEliminarMomentos difíceis, terríveis de suportar, mas a vida é assim.
Um grande abraço de coragem e amizade.
Hermos Tino. Es demasiado triste ver como se apagan poco a poco.Sigue disfrutando de él, tú que todavía puedes.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias a todos por vuestro consuelo. es complicado ver como se apaga la persona que tanto me ha dado. Lo tengo asumido, todo esto es como una muerte anunciada, aunque el médico me hable de mejoría transitoria. Gracias a todos. Un abrazote. Tino
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