Mi padre sigue igual. La vigilia del Hospital creo que me ha vuelto más humano. Tocar el fondo de lo frágil siempre es bueno o al menos nos hace mejores. Después se relativiza todo, nada es importante, ni urgente. Aunque no me gustan estos trances no tengo más remedio que positivar y sacar una lección de ello.
Entré en el sitio de Cumbreño y leí tu comentario, no he podido más que venir hasta aquí para alentarte y desearte mucha suerte en el camino que ahora andas.
ResponderEliminarEspero que no sea demasiado pedregoso y llegue todo a buen puerto.
Todo volverá a su cauce, es cuestión de tiempo.
Ánimo.
Un saludo,
Estel J.