Mientras miro por la persiana
del salón el deambular cansino
de los seres por la avenida
me siento vigilante. Detrás de mí
la gata con cara de extrañeza, vigilando
también mis movimientos. Detrás,
siempre muy detrás,las sombra
de los muebles empujando la modorra del verano.
Desequilibrando el silencio una mosca se golpea,
zumbona, en el blanco de las paredes.
Lo "cuentas" muy bien Faustino y la fotografía lo reafirma.
ResponderEliminarMe han encantado las dos cosas.
Me alegro amiga haber podido transmitirte estos sentimientos de un largo verano, como este. Un abrazo.
ResponderEliminar...las sombras de los muebles empujando...
ResponderEliminarUna idea original, Tino.
Un abrazo
Hola Tino
ResponderEliminarMe ha gustado tu texto Lo describes muybien
Un abrazo
El calor inevitablemente trae consigo la modorra del verano.
ResponderEliminarLo que no sabía es que tal modorra se pudiera cantar ni tuviera ritmo, tal y como aparenta en la poesía que nos dejaste.
Que sigas teniendo feliz verano.
Un beso.
Interesantes imágenes para representar la apatía que a veces nos invade en esos calurosos días de verano que hasta respirar parece que cuesta. Se podrían añadir algunas más, pero creo que tú lo has resumido estupendamente. Me ha gustado mucho.Saludos
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