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Un enjambre de ojos sobre vuelan el tapiz multicolor de los tallos floridos, de las macetas con geranios, de las rosas cortadas. No hay prisas, el tiempo se detiene apuntalado en la retina de los ojos. Una plaza donde las sensaciones se filtran por todos los huecos. Las líneas afiladas de los edificios la defienden de la fealdad y la ennoblecen con su corte dieciochesco. En el centro, Columela, el insigne gaditano amigo de Senéca, vigilando, con timidez de piedra, a los "peregrinos" de esta ciudad, bendecida por la luz. Nada escapa de la mirada sin ser convertido en sonrisa. Y es que hay plazas, como ésta, donde pasar es permanecer en un siempre recordar con emoción.
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Más trocitos de tus viajes....
ResponderEliminargracias por mostrarnos lo que veían tus ojos, y lo que sentías al pasar por cada rincón.
muy bello
un abrazo
Otro para ti mi querido Desconcierto. Gracias por dejar tu huella...Un abrazote
ResponderEliminarPor fin entro en tu blog, Tino, qué bien expresas las sensaciones de una ciudad que es toda inspiración. Es un placer leerte. Mila.
ResponderEliminarGracias amiga. Y sobre todo gracias por el esfuerzo que sé que haces para entrar en tanto blog de amigos...Gracias por tus aprecios. Un abrazote.
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