Cuando en España se ha legalizado la precariedad social y los ricos cada vez son más ricos, celebrar el día del trabajo es un absurdo . Cuando la vida laboral se complica y el paro no baja, aunque los políticos hablen de crecimiento económico, el día uno de mayo es una paradoja. Solo nos queda mirar con paciencia el presente para evitar la nostalgia del pasado. Prohibido mirar el futuro, porque este es incierto y la indignación nos puede empujar a lo peor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario