TENGO miedo al laberinto de las
horas,
al cansino vértigo del tiempo
que provoca silencios.
Miedo a la existencia
vivida a sorbos, a la soledad,
a lo incierto pero no a la muerte,
siempre compañera.
Tengo miedo
a la actitud cobarde; a no saber
cómo calmar la culpa.
Miedo al engaño
que desbarata la inocencia
nunca a la verdad,
aunque brote con dolor
Tengo miedo a lo oculto, a lo informe;
a la máscara de lo aparente
que confunde;
a los espejos que disimulan
el vacío de las quimeras.
Miedo de mí mismo,
pero no a las ganas de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario