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lunes, 14 de octubre de 2019

Eran las siete de la tarde

Eran las siete de la tarde
cuando dejó de llover
y encendieron las fuentes.
Un gesto simple que emocionó la mirada.
Cuánta bondad en el centro de las miserias
arrastradas
por el naufragio del día.

Era ese momento de brisa
y olor a tierra
que recordaba tiempos pasados.
No teníamos malicia para mirar  las cosas,
sólo había juego y risas.
Cuánta ingenuidad nos hacía crecer
mirando el límite del cielo.

Era el instante oportuno
donde el alma no buscaba
porque ya te había encontrado
en el revoltijo de la memoria.
Un ángel revendía dioses falsos.
Cuánta certeza al no olvidar
las debilidades de la carne.

Eran las siete de la tarde
el instante de la luz envolviendo
de último color los parterres.
Todo parecía entrar en la quietud
del perdido Paraíso.
Cuánta generosidad
alertando cambios ante la muerte.
La imagen puede contener: árbol, cielo y exterior


miércoles, 6 de febrero de 2019

Un día cinco de febrero

Seja como for, a vida é um presente incrível. Devemos aproveitá-la em todos os momentos.





EN EL MAR del calendario,
un día, como cualquier otro.
Un día cinco, en un segundo,
todo se hizo silencio.

Nunca sabré decir lo que pasó.

En el tránsito cotidiano,
las sirenas anunciaban lo peor,
las miradas sujetaron el grito.
Y mi recuerdo un paréntesis.

Siempre estaré en ese vacío.

Con la huella de quien permanece
mudo en el instante, acojo la levedad
del momento. Un día cinco de febrero
de dos mil dieciocho,

en el ecuador de mi existencia,
la vida me envolvió
al dibujar en el aire

un tiempo al revés.

( De El adverbio incierto de las horas)

MEDIODÍA,


                                                                                A Hilario Barrero






MEDIODÍA, de pesada luz,
tiempo de insignes presencias,
el momento justo para mirar
el ceño de Beethoven que viste la estancia
con el vértigo de una Sonata.

Un espacio para volar
por encima de las derrotas,
abrazado al instinto poético de  Hilario Barrero;
al cosmos de Wolf, Pastor y Veyrat;
a la rima necesaria de Brezme y Pepe Iniesta.

Momento épico, sin duda,
con un  punto de maldad que no abandono
ante la travesía compleja del verso,
ese preciso don de lenguas,
bajo un sol de poniente y un abrazo de sirena.

Luz de mediodía, desviada del mundo,
que afirma este sinprisas irredento
del ser poeta, a veces, analfabeto
que no quiere morir de tristeza
ni cambiar el nombre de las calles.





                          (Del libro inédito PARA NO ESCONDER LA LUZ, pg. 49)

martes, 13 de noviembre de 2018

PODRÍAS gritar




PODRÍAS gritar que el amor es un sueño,
que el corazón no late,
adelantando la muerte. No,
no lo harás,
deseas vivir en esta  presencia
que arde en el viento de tus manos.

Vuelves a la tormenta
de vuestro lecho, al olor de su sombra,
a saborear el amor primero.
Descubres como  su risa
se prolonga en tus entrañas,
en el amargo río de tus desasosiegos.

Te perdona,
le perdonas aquel ingrato gesto,
aquella maniobra de metal
que le hizo perder la memoria
y arrastró tu inocencia
a las puertas del infierno.

viernes, 2 de noviembre de 2018

TU IMAGEN






TU IMAGEN se ha vuelto blanca 
en mis manos,
todavía con el calor de las tuyas. 
El latido de tu sangre 
es un eco profundo que me abraza.
Y te abrazo.

Tus palabras,
las que siempre terminaban con un sí,
crecen en mi interior 
dando calor a mi alma.Y son rocío 
que me inunda 
y alimenta.

Siempre ahí, con tu gesto 
de acogida, con tu ternura,
me devuelves a la vida, 
al trabajo,
a sonreír, aunque muera 
de dolor con tu recuerdo.

Y en este morir, madre, 
te siento viva
en el mejor lugar 
que tu vida merece.
No has muerto 
solo te has marchado

des
     pa
         cio,
            
sin hacer ruido
.


lunes, 1 de octubre de 2018

Tu memoria sigue viva en mí.





NO SÉ cuántos días, años, han pasado desde la última vez que cogí tu mano, madre. No sé cuánto tiempo hace que te miraba, mientras dormías, en aquella habitación, la 112 del hospital. Sé lo que te dije mientras acariciaba tu mano. Recé contigo, como a ti te gustaba rezar. Por un momento, sentí volver a mi manera de ser creyente. No pronuncié palabra tan solo repetía de memoria la oración de siempre.
Te pedí perdón, por las palabras que nunca te dije y por todos los abrazos que no te di. Sé que me perdonaste, como otras veces hiciste. Para ti, todo lo que hacía estaba bien hecho, nunca una pregunta, ni por curiosidad. Siempre había una disculpa, un estar por encima de los enfrentamientos.  

Mamá, el gesto de rozar tus mano me hizo recordar las veces que ellas me cuidaron cuando lo necesité, eran las mismas manos que zurcieron mi ropa. En esos momentos, mientras acariciaba tu piel surcada de heridas, repasé todos los síes y los “está bueno” que me decías. 

Cuanto amor en tu manera de ser. Siempre en un segundo plano, coqueta y con tus abalorios, pero sin destacar. Tardará mucho tiempo para que se me borre la impresión de  esos últimos momentos, a tu lado. Intuía que eran los de una irremediable adiós. Ya no había vuelta atrás. 

Gracias madre por enseñarme el lado positivo de la vida. Tu memoria sigue viva en mí, haciéndome mejor.

domingo, 26 de agosto de 2018

Metáfora lunar

Esta luna de verano que sobrevuela las calles ajena a los ruidos, esta luna marca el punto de tu herida y mi recuerdo.
Se abre el telón de la memoria para nacer a la rabia del día, a los sueños que mantienen tu norte.Y la luna ahí, impasible, abrazando el alba, los versos por llegar, las palabras por decir.
Dejo que las preguntas me arrastren al centro de esta metáfora lunar, a este reflejo materno del misterio.

La imagen puede contener: cielo, árbol, nubes, crepúsculo, planta, exterior y naturaleza

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto