miércoles, 27 de enero de 2016

Entre el lenguaje y el gesto.


Cada día me entusiasma ese sorprenderme de continuo cuando Rodrigo tiene alguna que otra salida ingeniosa, si es que se puede decir esto de un niño de dos años y meses. Algunas de estas actuaciones parece que las haya aprendido en otra dimensión, en otro momento, dándole la razón a Platón y a Pitágoras  en eso lo de la transmigración del alma.

Digo me sorprende este chiquillo con palabras, que no sé quien se las dice; con pequeñas frases que hablan directamente de algo más que de la necesidad vital de comer o jugar. ¿Llevarán razón Descartes o Chonsky con la cuestión del innatismo? ¿Nacemos con una realidad lingüística impresa que después, a medida que crecemos, se desarrolla en nosotros? No sé.

En realidad, Rodrigo me sorprende con esas salidas de lenguaje, aparentemente no aprendido. Y en este sorprenderme de mi hijo está también la sorpresa de mi mismo, de como voy adaptándome  a su lenguaje, especialmente gestual. Vivir así, entre el lenguaje y el gesto, es para mi un aprendizaje maravilloso que no lo cambio por nada.

domingo, 24 de enero de 2016

Tamborrada. Cambiando el “chip”.



Nunca pensé que los carnavales me llegaran tan hondo, como ayer viendo la tamborrada. Y no era por los Carnavales en sí- que siguen sin gustarme- o por el tamborileo de las comparsas, sino por la felicidad impresa en los ojos de Rodrigo. A él le encantan los instrumentos, y si hacen mucho ruido mejor. Por eso mismo, la percusión de los carnavaleros le atraía como si el alma de Pedrito Martínez le hubiera poseído. Jamás hubiera aguantado los decibelios de unos altavoces a poca distancia y menos, en una plaza no muy grande. Pero Rodrigo quería verlo todo, casi tocarlo, con un gozo poco normal en niños de dos años, como él. Y fue este  ver la alegría en el rostro de mi hijo lo que me hizo cambiar el “chip”. En realidad, el “chip” hace tiempo que lo he empezado a cambiar. Ahora le ha tocado el turno a los Carnavales. Insisto, esto de disfrazarse nunca me ha gustado. Mi disgusto carnavalero  puede venir por ese no soportar otro disfraz diferente al propio, ese con el que convivo todos los días. En fin, el entusiasmo de Rodrigo me mantuvo, sin protestar, hasta casi el final. Y me dejé llevar por el ritmo frenético de unas comparsas que anunciaban la definitiva quema del Mari-manta.


martes, 5 de enero de 2016

El regalo de seguir creciendo.



Por qué será que esta noche de Reyes tiene esa particular magia que, aunque pasen los años, emociona. Siempre se espera la sorpresa y, aunque suene a tópico, el niño que llevas salta cuando esta aparece. Hoy, además de todo eso, me hace ilusión esperar a ver el rostro de mi hijo cuando, al despertar en la mañana, descubra que los Magos de Oriente también pasaron por casa. Esto no tiene precio...El niño interior se prolongará en Rodrigo y en sus reacciones sentiré, una vez más, el valor de la vida, esa solemnidad de lo simple que, en el transcurso del tiempo, siento perder. Mañana, mi hijo será el espejo perfecto para mirarme y comprobar que no hace daño seguir sorprendiéndome. Porque es en esta capacidad de sorpresa donde puedo mantener el rasgo de lo humano que me empuja a seguir creciendo. Y esto sí que es un regalo.

viernes, 1 de enero de 2016

VIVIRÉ DE NUEVO.



Cuando cierre los ojos a la luz,
mi boca no le sonría a las palabras
y mis manos no sientan el calor
de las cosas; cuando mi carne
sea el gesto del pasado y la nada
se adueñe de mí, no lloréis
sentid alegría por lo que viví.

Cuando haya servido de alimento
a las llamas no os vistáis  de luto
ni con trajes elegantes. Repartid
mis cenizas con la ropa de diario.
Y cuando derraméis esas partículas
de mi vacío, el color gris de la energía,
hacedlo en aquel lugar donde el río
 casa sus aguas con el barro.

Cuando salude el atardecer de los sueños.
no leáis ningún recordatorio, porque
estaré en ese punto de la vida
fundido con el abecedario de las horas
Y cuando la muerte haya tomado
hasta la última nota de mis entrañas
dejad que la naturaleza me devuelva
las vocales que visten los versos.

Cuando  el verbo me de forma y siga  
en la memoria de los que me aman,
mantened silencio para que la muerte
me devuelva al lugar de partida.
Y cuando, los que me quieren, lean
estas palabras me colocarán
en la intimidad que cada uno
reservó para mí y viviré de nuevo.


MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto