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martes, 1 de noviembre de 2016

Nuevo acontecer de situaciones.



Hace unos meses has comenzado a despertar a las manías del sistema, a las madrugadas infames que desvelan tu sueño de duendes y aventuras. Te resistes y haces que nos preguntemos ante este dejar que todo esto suceda como si fuera lo mejor. 

Caminas a trompicones en esta selva del asfalto para alcanzar otros espacios que hemos elegido por ti. Lloras y ríes sin saber por qué dejando una estela de amarga situación. Y entre idas y venidas, entre preguntas sin respuestas, vemos el cambio frente a ese no querer domesticar tus impulsos, una la lucha ante el sí que te saca de tus nosQué difícil es pensar por los tres, al mismo tiempo; por ti para que aceptes la “orden” y por nosotros en la tremenda seguridad de darla. 

Pasan los días en este nuevo acontecer de situaciones diferentes, de emociones contenidas, de deseos prematuros, de navidades por venir, de nuevas palabras que aprendes para comunicar tu firme deseo de decir quién eres en ese espacio propio donde tú te sientes crecer aprendiendo a saber expresarlo. 

lunes, 29 de agosto de 2016

Vivir cediendo para crecer.




Era de noche cuando dejó el chupe al raso de la terraza, de noche y sin luna. Quiso que el quitamiedos, al que se agarraba mientras dormía, desapareciera de su vida. Ya eres mayor, le repetíamos mientras, con indecisión, colocaba el chupete en un recipiente de la mesa del balcón. Estaba medio convencido que el chupete tenía que volver con sus papás-chupetes en la luna; un cuento mágico que estaba haciendo su impacto en el centro de sus emociones. Y se fue a dormir mirando para atrás, por si acaso no sucedía el viaje lunar. Vino después la mañana, y comprobó que no estaba, en la terraza, ese tesoro preciado que había dejado  con cierto dolor. Sin lugar a dudas, era su primer arranque de generosidad, su puesta de largo en esto de vivir cediendo para crecer. Al mediodía le llegó un mensaje, sobre una cartulina naranja y una estrella-lazo de color rojo: Gracias Rodrigo- decía- por devolvernos a nuestro peque. Mientras le leíamos la misiva nos miró sin preguntar por ese resto de bebé que tanto apreció. Ya era mayor  y así lo hizo saber a media humanidad. 




viernes, 5 de agosto de 2016

Creces.




En medio de este mes de agosto, a punto de cumplir tus tres años, te veo crecer. 

Creces, hasta en tu forma de decir. Escuchas y repites lo que entiendes, como si el mundo se resumiera en esas palabras. 

Creces, sí y aunque no sabes de lo ancho o lo profundo, sí de lo que quieres hacer solo; sin ayuda de nadie. La independencia, tu medio de expresión, rompe con cualquier paternalismo estúpido que nos exige. 

Creces, con esa normalidad de los niños de tu edad. Te levantas exigiendo el abrazo, te acuestas arropado en él. Al enfado le sigue la risa y a la risa la broma. No sabes manejar los imperativos mezclados con un –“por favor”- interesado. No tienes penas, aunque llores pretendiendo conseguir el capricho del momento que nos hace preguntarnos por los nuestros. 

Creces y apuntas maneras de mando. Difícil conseguir tu favor si la orden se te impone; saltas con la tozudez de un animal, hasta quebrar las normas establecidas. Llegarás a comprender que mandar se manda obedeciendo a lo mejor para los otros. No te falta corazón para aprender esta medida solidaria de saber estar con todos. 

Creces y nos haces crecer a la par. Eres un espejo donde mirarnos y descubrir errores y aciertos, multiplicados en tu forma de actuar que nos hace seguir, aprendiendo desde  cero. 

jueves, 28 de julio de 2016

Saber cagar y reconocer lo cagado





A Rodrigo, a punto de cumplir tres años, le estamos acostumbrando a ser autónomo en esto de hacer sus necesidades fisiológicas. Por el momento hay que ayudarle. Está bien salir del paso en esto de controlar los esfínteres sobre todo porque pertenece al ámbito del crecimiento personal en sociedad.  Aunque resulten prosaico, que Rodrigo sepa hacer pi-pi y ca-ca, como necesidad mayor, salva del naufragio. Sí, del desastre de orinar o defecar a cualquiera sin previo aviso. Y aunque sea  inoportuna la demanda, da igual que ésta sea en medio de un concierto o del almuerzo, importa que la haga.


Este hablar de lo cotidiano más simple nos acerca al animal con ganas de pensar y de hacer bien las cosas. Es el precio de vivir en sociedad. Hoy pide ca-ca, mañana tendrá que enfrentar otras mierdas que no serán suyas; y  puede que huelan más. Y aunque nunca comprendí que la mierda diera suerte, ahora entiendo que es una lotería esto de saber cagar y reconocer lo cagado.

La aventura de pedir pi-pi.



Nunca comprendí que la mierda diera suerte. Ahora entiendo que es una lotería que el pi-pi y la ca-ca, aunque resulten prosaico, se pidan como la necesidad mayor que salva del naufragio. Sí, del desastre de orinar o defecar a todos sin previo aviso. Y aunque sea  inoportuna la demanda, da igual que esta sea en medio de un concierto de Jazz o del almuerzo, importa que se haga. Este decir de lo cotidiano  nos acerca a lo más primigenio del animal con ganas de pensar y de hacer bien las cosas. Es el precio de vivir en sociedad. Hoy, Rodrigo, apunto de cumplir tres años,se acostumbra a  pedir ayuda ante la necesidad fisiológica, mañana tendrá que enfrentar otras mierdas que no son suyas y estas puede que huelan más. Está bien salir del paso en esto de la porquería pero mejor enfrentarla.

lunes, 11 de julio de 2016

Como un verbo en el revés del silencio.



Miras y ordenas con rapidez, mientras los verbos se atascan en tus labios con frases que quieren decirlo todo, sin llegar a completar nada. Es tanta la emoción de contar, hasta el mínimo detalle, que te faltan adverbios para los sueños y artículos, para atar tu realidad. 

Cómo saltas mientras narras y te haces entender: Es la playa y las olas y los nuevos amigos, citados por orden; son los últimos dibujos animados de la cadena Baby.Tv; y los cumple años de los primos, a los que te adelantas al apagar las velas. No pasas de los tres años y coloquias como si tuvieras cuatro. 

Rodrigo, no sé qué será de los dos sé lo que somos en este momento, dos seres creciendo en ángulos dispares; tú para subir y yo para bajar. Cómo expresar con palabras lo que siento al contemplarte. Estás en este punto donde todo se confunde y la broma supera el juego y el juego da paso a la norma y la norma señala el doloroso norte. 

Gritas y parloteas, ríes y lloras, dices "no" cuando quieres decir "sí", y todo se vuelve una masa donde, a veces, tenemos algo que callar para dejar que tú manifiestes tu ser único. Gracias hijo por estar aquí y porque nos haces ser, porque  eres como un verbo en el revés del silencio. 

martes, 23 de febrero de 2016

Preguntas.



Me preguntas abarcándolo todo,
lo ancho y lo alto. Y en este abrazo
al color y a las formas, dejas reconocerme
en la realidad olvidada.

Señalas el borde del plato,
esa orilla de tu cosmos que me alimenta.
Y en este beso de tu mirada me empujas
a sentir la emoción de lo pequeño.

Y mientras preguntas, cuelgas tu rostro
de los días del calendario. Un ingenuo rito
que me permite inmolar el presente
en el altar de la palabra.



Rodrigo lleva un mes haciendo la misma pregunta; a todas las horas y ante lo más imprevisible: ¿Esto qué es, papá?

miércoles, 27 de enero de 2016

Entre el lenguaje y el gesto.


Cada día me entusiasma ese sorprenderme de continuo cuando Rodrigo tiene alguna que otra salida ingeniosa, si es que se puede decir esto de un niño de dos años y meses. Algunas de estas actuaciones parece que las haya aprendido en otra dimensión, en otro momento, dándole la razón a Platón y a Pitágoras  en eso lo de la transmigración del alma.

Digo me sorprende este chiquillo con palabras, que no sé quien se las dice; con pequeñas frases que hablan directamente de algo más que de la necesidad vital de comer o jugar. ¿Llevarán razón Descartes o Chonsky con la cuestión del innatismo? ¿Nacemos con una realidad lingüística impresa que después, a medida que crecemos, se desarrolla en nosotros? No sé.

En realidad, Rodrigo me sorprende con esas salidas de lenguaje, aparentemente no aprendido. Y en este sorprenderme de mi hijo está también la sorpresa de mi mismo, de como voy adaptándome  a su lenguaje, especialmente gestual. Vivir así, entre el lenguaje y el gesto, es para mi un aprendizaje maravilloso que no lo cambio por nada.

domingo, 24 de enero de 2016

Tamborrada. Cambiando el “chip”.



Nunca pensé que los carnavales me llegaran tan hondo, como ayer viendo la tamborrada. Y no era por los Carnavales en sí- que siguen sin gustarme- o por el tamborileo de las comparsas, sino por la felicidad impresa en los ojos de Rodrigo. A él le encantan los instrumentos, y si hacen mucho ruido mejor. Por eso mismo, la percusión de los carnavaleros le atraía como si el alma de Pedrito Martínez le hubiera poseído. Jamás hubiera aguantado los decibelios de unos altavoces a poca distancia y menos, en una plaza no muy grande. Pero Rodrigo quería verlo todo, casi tocarlo, con un gozo poco normal en niños de dos años, como él. Y fue este  ver la alegría en el rostro de mi hijo lo que me hizo cambiar el “chip”. En realidad, el “chip” hace tiempo que lo he empezado a cambiar. Ahora le ha tocado el turno a los Carnavales. Insisto, esto de disfrazarse nunca me ha gustado. Mi disgusto carnavalero  puede venir por ese no soportar otro disfraz diferente al propio, ese con el que convivo todos los días. En fin, el entusiasmo de Rodrigo me mantuvo, sin protestar, hasta casi el final. Y me dejé llevar por el ritmo frenético de unas comparsas que anunciaban la definitiva quema del Mari-manta.


martes, 5 de enero de 2016

El regalo de seguir creciendo.



Por qué será que esta noche de Reyes tiene esa particular magia que, aunque pasen los años, emociona. Siempre se espera la sorpresa y, aunque suene a tópico, el niño que llevas salta cuando esta aparece. Hoy, además de todo eso, me hace ilusión esperar a ver el rostro de mi hijo cuando, al despertar en la mañana, descubra que los Magos de Oriente también pasaron por casa. Esto no tiene precio...El niño interior se prolongará en Rodrigo y en sus reacciones sentiré, una vez más, el valor de la vida, esa solemnidad de lo simple que, en el transcurso del tiempo, siento perder. Mañana, mi hijo será el espejo perfecto para mirarme y comprobar que no hace daño seguir sorprendiéndome. Porque es en esta capacidad de sorpresa donde puedo mantener el rasgo de lo humano que me empuja a seguir creciendo. Y esto sí que es un regalo.

lunes, 26 de octubre de 2015

CONOZCO



Conozco tus alertas, gestos llenos de color
y de juguetes, de risa y protestas. Conozco,
sin adivinar el futuro,tu viaje de miradas
en el balbuceo de frases incompletas.
Conozco, tu rostro abierto a las mañanas;
y rendido en la calma de la tarde.Conozco
 mi atrevimiento, en este decir conocerte,
límite de tu aventura diaria.
Conozco este no saber  que te conozco
más adentro del torpe silencio de la vida.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El origen emocional de las palabras.



Últimamente Rodrigo emplea la palabra compartir y la utiliza asociándola a Antón, el hijo de unos amigos nuestros que viven en Galicia. Para él, todo hay que decirlo, compartir significa dame esto que tienes porque me gusta. Es normal que le dé este uso dado que está en la fase egoísta por la que los humanos solemos pasar y en la que algunos permanecen anclados. Lo cierto y verdad es que, este hecho del decir de Rodrigo empleando una palabra asociada a una vivencia, me hace pensar que muchas de las palabras, que a lo largo de nuestra vida, hemos ido integrando en nuestro vocabulario, están asociadas a unas emociones y a unas personas. Normalmente, no recordamos cómo aprendimos lo que aprendimos. Ojala y fuéramos capaces de recordar el arranque emocional de las palabras que empleamos, creo que esto le restaría frialdad a los conceptos que se vierten en cada una de ellas. 

jueves, 20 de agosto de 2015

Como si de un guionista amateur se tratara.


Montado en la delantera del carro de las compras Rodrigo divisa el supermercado como un capitán de navío desde su puente de mando. Lo pregunta todo, balbucea lo que no sabe, y señala lo que le gusta por el color. Y en su señalar apuntó una caja trasparente de muñecos para el baño. Maravillosa caja con princesa y torre, además de dos soldados, caballo y dragón. Rodrigo miraba con admiración tanto color y volumen juntos. Unos muñecos fabricados en China aunque la promotora sea valenciana y con sello de la comunidad europea. Antes de pagar la caja trasparente colgaba del brazo del chiquillo como si de un amuleto de la suerte se tratara. La pericia de la cajera hizo, sin desprender la caja de muñecos del brazo de Rodrigo, que la nota del precio pasara. 

Llegados a casa, se desprecintó la maravillosa caja liberando a los muñecos de su anonimato. Rodrigo les puso nombre a todos. Y así, vivos en sus manos, los muñecos comenzaron a moverse  por el salón construyendo  historias de princesas y dragones. Unas veces desde el sofá, otras desde los sillones, los soldados hablaban entre sí de una princesa perdida en medio de la mesa  junto a una torre a punto de caer. Después, el caballo y el dragón brincaban de la mano de Rodrigo por los bordes del televisor hasta la trona. Este les hacía   subir y bajar, como si de titanes se trataran. La cena estuvo acompañada de los soldados que, como dos vigilantes del tesoro, custodiaban el plato de la tortilla francesa. A los postres, el caballo saltó por encima del zumo de frutas que Rodrigo tomaba apretando el break. 

Ya para dormir el muchacho empuñó su oso de peluche en una mano y el caballo de sus historias en la otra. Había que salvar al menos uno de los muñecos del encierro en su caja transparente. Mañana,  ¿los muñecos  darán motivos para seguir construyendo historias? Probablemente sí, y Rodrigo se sentirá feliz, como si de un guionista amateur se tratara.

domingo, 2 de agosto de 2015

Un juego de ballenas y peces imaginarios.



Rodrigo ha comenzado sus primeras clases de natación. Una experiencia que le devuelve a la primera sensación, a la memoria inicial. Ahora tiene que saltar, zambullirse y dejarse llevar por la corriente blanda. Las palabras sobran en esta emoción contenida mientras pies y manos flotan. No le ha costado mantener el equilibrio mientras apretaba unos patos de juguete. 

Todo es diferente para él en esta nueva aventura donde las palabras andar, estar de pie, apoyar no tienen el mismo significado. Otro punto más en ese ir rellenando las páginas de su historia. Rodrigo aprende rápido. Toda su atención está en el juego de ballenas y peces  imaginarios que va introduciendo en su cielo particular. Ríe, habla, llora, sus movimientos son rápidos en esa piscina que le lleva a su mar primero. 

Es un regalo verle como mira los bordes donde puede “atracar” para recoger nuevos juguetes. Va de un lado a otro, sin punto fijo, como quien traza el boceto de una vida sin ordenar. Rodrigo descubre esta nueva emoción que se le pega a la piel y le envuelve, el abrazo de un elemento que no le es ajeno. Otro motivo para soñar, otra referencia para  crecer sintiendo la gratuidad de lo que le rodea


domingo, 26 de julio de 2015

De los "nombres" de la trona.




Una trona no es un trono en femenino sino la torre vigía desde donde Rodrigo divisa lo que le gusta; es, a veces, la silla de castigo cuando elude la obediencia a las pocas normas. Una trona es, valga la comparación, un campo de batalla donde comer se personaliza como un enemigo. En realidad, la trona es un estorbo en medio del salón o el office con la que todos tropezamos en nuestras idas y venidas. Bendito estorbo que sirve de remedio para alcanzar lo mejor o para sufrir el peor de los tragos con Rodrigo.

¿Qué pensará Rodrigo cuando pasen los años y vea este armatoste con diseño de IKEA?  ¿Se acordará de ella como potro de tortura o como taller donde dibujó los primeros garabatos? Creo que se reirá y hará chistes de esta silla deforme que le permitió estar a la altura de todos en la mesa. ¿Se acordará de las riñas ante los purés de pescado, más ricos que un potito, con el que jugaba y enfadaba a todos por ello? No creo, Rodrigo, como el resto de los humanos, tiene un especial anticuerpo que borra el pasado doloroso dejándolo en las emociones presentes. Se acordará, eso sí, de los achuchones y de las risas, de los momentos en el que le hemos querido viéndolo crecer y contando sus dientes.


Menos mal que existe la trona, "el trono", donde Rodrigo es rey y el freno desde donde poder dominar este potro desbocado, un niño feliz, con un gran arsenal de testosterona.

domingo, 7 de junio de 2015

Adverbios...



Aprendimos a decir ¡bien! , dando color al orden.
Una costumbre en la conquista del diario.
Y con él,  nos sentíamos  dioses al gritar ¡bien!
Un grito de triunfo, con sabor a caramelo
en la hiel de los días. Y junto al grito de victoria,
un ¡no! dando color a la existencia. Un gesto
que parece no decir lo que pronuncia.
Y en esta retahíla, de modo y negación,
el “aquí” y el “allí”marcando las presencias
de un paraíso donde jugar es descubrir
el sonido de la luz. Adverbios mágicos
que nos habitan  y nos hacen crecer.





jueves, 30 de abril de 2015

El sencillo color del tiempo.



Hoy, señalaste con asombro el estante de tus libros
y, con adverbios definidos, el lugar de los tesoros.
En la esquina de tus dedos, el balbuceo de las palabras
parecían apuntar el origen de un diálogo.

Enamorado de todo lo que ves, recitas las letras
de las paredes de tu cuarto. Con la rabia indolora
de un animal herido, comienzas a morder un plástico
sin nombre. Ríes, dejando traslucir el color de los deseos.

Y esta ida y vuelta, de antojos y llantos,
la prisa nos empuja hasta la calle. Con el recital
de los números pisamos el verso de las horas.
En las aceras se preparaba la liturgia del diario.

No había marcha atrás. La mañana nos tragó,
dejando en libertad la mirada de los sueños.
Hoy, señalas insistente el zoo matutino y sin saberlo,
descifras a la par el sencillo color del tiempo.

lunes, 6 de abril de 2015

Los espacios de la carne.




Hace más de dieciocho meses, 
cuando Rodrigo navegaba en el interior de su madre.




Siento tu transitar en el pulso,
en el agua de los dedos,
al tocar el vientre de tu madre.

Imagino como ocupas los espacios de la carne.
Y recreo tu sonrisa en ese delatar la noche
con protestas silenciosas.

Te descubro, nota de color, sorpresa
en la geografía de esta emoción
que nos desborda cada día.

martes, 31 de marzo de 2015

Desvelos y olvidos



Rodrigo nunca recordará las veces, que por las noches, nos hemos levantado a arroparlo. Aunque, a decir verdad,  sí tendrá el sentimiento de haber sido querido. Crecerá, esto sí, con la sensación de saberse entre quienes le apoyan. Cuando le lleguen los crudos inviernos, las circunstancias dolorosas, mantendrá la sensación de saber que -por muy duras que sean las circunstancias- siempre habrá  quien le arrope y le anime a seguir apreciando la vida. Y lo más importante, sabrá que alguien le ayudó a protegerse. Aprenderá a volar y a estar solo y a encontrar ese lugar misterioso que habita en el centro de sí y que le hará un ser único en medio de otros, distinto entre los iguales. Respetará, eso deseo, que con los otros no merece la pena establecer diferencias absurdas. De esta forma habrá aprendido a arroparse por sí mismo. Rodrigo vivirá lo que su madre y yo no vivamos. Tendrá todo su derecho, será libre. Eso deseo. Nunca recordará las veces que nos hemos desvelado por él.

lunes, 30 de marzo de 2015

El tiempo


El tiempo se me escapa por las aceras
se enreda en la huella del recuerdo;
se me va con  la prisa de la mañana;
se frena  en el regalo de tu sueño.

El tiempo se deshace entre luces, ruidos
y en los monosílabos  de color de este ángel
que nos nombra. El tiempo  no existe
en la memoria de la casa y los gestos de perdón.

El tiempo, una imagen sin hogar, un transeúnte perdido,
una letra en la pared, la espera del autobús, un beso improvisado,
el arreglo del ascensor, la nota del cartero, un juego de versos
en un poema por terminar. El tiempo, el bendito tiempo.


MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto