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lunes, 11 de febrero de 2019

Esta avenida interminable.





Resultado de imagen de semáforos




Semáforos en rojo,
después, una rotonda.
Delante, un coche fúnebre;
a la izquierda, el largo seto
que divide la avenida.

Dentro de mí, el deseo
golpea las arterias.

Estoy vivo y te quiero.
te lo diré con un gesto
al llegar a casa y entregarme
al camino de tus brazos.
Solo tú, la piel y las caricias.

Me duele
esta avenida interminable del día.

Consuela desearte donde la gravedad
de nuestro amor
resuelve la geometría del anhelo.

( De Un concierto de sonidos diminutos. Herákleion, 2013 )

miércoles, 14 de noviembre de 2018

La piel de un poema

Imagen relacionada


He perdido la cuenta de las horas,
mientras los sueños sellan
el recuerdo de otros versos. 

La piel de un poema reclama
el canto de los gritos
agolpados en las manos.

La forma de tu voz se pierde
en el barullo de la calle,
dejándome la huella del sonido
con ese olor a soledad
que dibuja desiertos.

Después, por los rincones,
llega el delirio de las musas.
Me seducen y detienen el tiempo
con la sorpresa del poema.

lunes, 8 de octubre de 2018

SONIDOS EN EL TRASTERO




                        Bajo al cuarto de los trastos viejos.

He abierto la puerta del trastero.
Encuentro el olor del abandono,
fragmentos del recuerdo
embalados en cajas de cartón...

Cuánta indiferencia guardan estos muros.
Cuánto agridulce de tardes nubladas,
junto a los agobios de otras primaveras,
mezclados, sin misericordia,

con la prisa de las mañanas.


He cerrado la puerta  hasta sepultar el pasado
en la húmeda oscuridad del cuarto
de los trastos viejos.

En el último instante
quise atrapar
el sonido de la quimera. Pegué el oído
a la puerta. Sólo escuché el latido
del corazón sobre la plancha metálica

y el suave rumor de la bomba del agua.



REFLEXIÓN a propósito del poema

LAS ANTÍPODAS. NOTA 2


            Bajar al trastero es directamente proporcional al lugar donde habito. Las antípodas son el paralelo perfecto para recordar la redondez del equilibrio. Es como bajar a los lugares estrechos de la memoria en un acto de modestia que las ansias de vivir no siempre te permiten. Cuánto tiempo se tarda en reconocer que el cuerpo se hace nada en el descenso. Se deshace. Porque bajar supone abrir la puerta que no se quiere y la carne te reclama y el espíritu se rebela. Cuánto abandono se puede descubrir en ese punto interior, oscuro con el que no quiero toparme. No hay misericordia en estos encuentros. No es fácil abrir la puerta de este trastero que almacena la sombra de lo que soy. Qué rápido late el corazón cuando te acercas al punto cero. Porque la agonía de saberte es la angustia de morirte en cada espacio afirmado. 
                Y al bajar se abre la puerta con miedo, como esa que tenía aquel preso que olvidó el color  del  cielo. Cuántos trasteros esperando abrirse, cuántos por cerrar. Los sonidos se acumulan en una extraña sinfonía. Sonidos del tiempo, de todas las tardes que tienen nombre y se esconden y se confunde con el motor del agua, o con los perros callejeros. Bajar no es una aventura es el movimiento de los graves que buscan su centro, el punto negro, que después se olvida. Porque las tardes tienen ese sentido pasajero que terminan por dejar tu perfume prendido en el revés de las manos. 
                   Bajar a este o a cualquier trastero con la lentitud líquida de los minutos que permita el cálculo exacto de las distancias que median entre los ojos y los dedos, entre la palabra y la cara oculta de la luna.



jueves, 26 de junio de 2014

Cómo reconocerte (fragmento)



(...)

La mañana desata las alas
de tu voz sobre el bullicio.
sumido en la magia del abrazo
reconozco los ángulos del misterio,
como un tropel sin frenos,
al atravesar las curvas
del alma.

( De Un concierto de sonidos diminutos. Herákleion. Badajoz. 2013. pag.15 )

lunes, 20 de enero de 2014

Hora bruja.



El tiempo se detiene en la gratuita liturgia
de la hora bruja, en el tímido comenzar

de un nuevo día, efímero presente con alas.

( De Un concierto de sonidos diminutos)

domingo, 5 de enero de 2014

Bajar al trastero (fragmento)





(...) Cuánto tiempo se tarda en reconocer 
que una imagen se hace nada en el descenso. 
Se deshace.
Porque la agonía de saberse 
es la angustia de morir
en cada espacio afirmado.(...)


Fragmento de  Un concierto de sonidos diminutos.
Herákleion. Badajoz, 2013

Para comprar el poemario en La Editorial.es

sábado, 4 de enero de 2014

Olas que aguardan (fragmento)



(...)
Entre las sombras, el alma contempla
el viento anónimo de las esquinas.
Nada se mueve, nada
sin provocar al cielo. 

De Un concierto de sonidos diminutos. Editorial Herákleion. Badajoz 2013)


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viernes, 3 de enero de 2014

Como todos los días (fragmento)



Por qué será que este principio del año 2014 me trae a la memoria los momentos felices del año anterior. Quizás estos versos expresen algo de los recuerdos...

(...) Como el agua, deslizas tus dedos
en las lindes de la carne.
Mágico temblor que despeja la oscuridad
al describir paisajes con el roce de la vida.(...)

(De Un concierto de sonidos diminutos. Herakleion.Badajoz, 2013)

Para comprar el poemario en La Editorial.es

jueves, 2 de enero de 2014

Contigo (fragmento)

Quiero empezar el año con estos sentimientos que expreso en este fragmento del  poemario Un concierto de sonidos diminutos, recientemente publicado por Herákleion y presentado, el mes pasado, en Madrid.




(...)

Siento que el tiempo no pasa,

que el dolor es un escalón inevitable,
y la vida un trozo de jardín, a veces,
frecuentada por vientos que no quiero.

Para comprar el poemario en La Editorial.es

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto