
Lunador que ronroneas en la noche
con guiños de luna, saltando
de estrella en estrella hasta dibujar
en el alba
la línea perfecta de un sueño de amores
ahora fundido en el espejo verdiblanco
de las caricias.
Destinado a comunicar todos esos momentos que son espacios donde la palabra se convierte en el refugio cierto, en luz capaz de abrir caminos.