viernes, 28 de mayo de 2010

Soledad



"No entiendo tus palabras
ni los goces que ofreces
siempre para más tarde..."

Carpe diem
Para un amante indeciso.


Irene Sánchez Carrón en
Ningún mensaje nuevo. Hiperión






Hay tantas voces que ninguna se acopla
al ritmo tranquilo de la tarde.
Transitan sin orden,
un caos organizado
que revienta la calle.

Nunca estuvo a la altura,
recogía las sobras
en la mesa de los hartos.
Después fingía, con el cinismo
propio de quien miente sin medidas.

Una voz le aquietó el alma.
Hace frío. Nadie se detiene.
Por una vez, la soledad
no le recordó el infierno
del hambre.

1 comentario:

Carlos Rivero. dijo...

Jolin, Tino un poema desconcertante que sugiere tantas cosas...
Un saludo.

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto