Hoy tengo tiempo de cambiar las cosas o de cambiarme. Un dilema, una lucha entre el afuera y el adentro. Es cierto que las cosas se manejan y más cierto aún que a uno lo manejan como si fuera una cosa. Por eso, es mejor que me-maneje antes de que otro tome la iniciativa y no me de cuenta. Luego puede ser demasiado tarde para cambiar. Me suelen pasar estos grados de despiste existencial. Al final, no sabes si eres como las cosas, fáciles de manejar. ¿No será que guardamos en nuestra genética ese ser barro primordial? ¿Será verdad eso que dice el mito mesopotámico de que fuimos moldeados del barro, como un objeto al que se le insufló el ánima? ¿A lo mejor somos dioses de segunda y no hemos reparado en ello? En realidad, todavía tengo tiempo de cambiarme con ánimo de vivir antes de convertirme en objeto de usar y tirar.
Destinado a comunicar todos esos momentos que son espacios donde la palabra se convierte en el refugio cierto, en luz capaz de abrir caminos.
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miércoles, 22 de enero de 2014
sábado, 9 de noviembre de 2013
Hace tiempo...
" y entre otras cosas ya no escriben con tinta de luz" (Graffiti. Anónimo)
Hace tiempo que la suciedad del descuido volvió anónimos
a los humanos. Hace tiempo que estos cambiaron el sonreír
por mensajes cortos, sin alma; por monosílabos que marcan,
entre ellos, la distancia milimétrica de lo correcto. Hace tiempo,
mucho tiempo, el existir se convirtió en una obligación aburrida
que apunta al suicidio. Hace tiempo que los hombres olvidaron la luz
en pro de la prisa. Hace tiempo, mucho tiempo, que ya no escriben
con tinta de luz.
sábado, 7 de septiembre de 2013
jueves, 24 de enero de 2013
Rumor de lo que está por venir
De tanto mirar los días me he acostumbrado a sentir su peso, esa especie de calma, a veces sombra, que cada día toma cuerpo en un alma a la deriva. Hay momentos que siento esa presencia incierta que funde el pasado y el presente. En este momento,cuando los años se vuelven cero e infinito, en este presente solo resta besar el rumor de lo que está por venir.
sábado, 5 de enero de 2013
Periferias
10.30 a.m. Me he dispuesto a
cortar los geranios de la terraza mientras, sin remedio, el ruido del tráfico
asciende maldiciendo los balcones. 10 grados marca el plasma de la avenida. Qué
hacer cuando todo sigue este proceso irremisible. En la radio del vecino se dan las
noticias. Vísperas de Reyes. Algunos funcionarios salen a dar los últimos
toques a las compras después de tener asegurada la paga extra en su cuenta corriente. Todo tiene ese tinte
de paradoja, de situación absurda propia de una ficción de Kubrick.
12.42 p.m. Salgo para hacer un poco
de deporte. Hace frío. Los gatos se han quedado mirándome con cara de tristeza.
Los animales sienten a priori las pequeñas ausencias de sus dueños. La vida es así, como un
entrar y salir o un dejar y tomar o como un estoy y ahora vuelvo. El ascensor
va lento. La voz metálica impresa en el interfono me indica el sitio de llegada con un timbre anodino y con el sonido carrasposo de las puertas. Es una mañana soleada y hace frío. Nadie mira a nadie. La calle tiene ese punto de invierno que ralentiza la vida. La realidad se impone a la ficción aunque nos duela estar despiertos.
23.02 p.m. Estoy en casa. No hay ruido que distraiga este contemplar como pasan las horas.
23.02 p.m. Estoy en casa. No hay ruido que distraiga este contemplar como pasan las horas.
jueves, 12 de julio de 2012
Una firma
Hoy, una firma ha puesto punto y final a una parte de mi vida. Con la rúbrica da la sensación que la realidad se ha vuelto más real. Sin embargo no es así. Es cierto que ahora, para algunos, comienzo a andar, ya no extramuros. Por mi parte siempre ande en la dignidad del que se sabe. Y este saberme no es un refugio incierto sino la razón de las cosas. Con esta firma, con la rúbrica parece que la vida la tenga en mis manos y sea. No la vida la he tenido siempre en mis manos, creo haber sido dueño de mis pensamientos y de mis actos. Lo que ocurre, al firmar ese rescrito, es que me hago más consciente de este ser que camina y que, en este momento, da la sensación de volver sobre los pasos propios y habitar lo deshabitado. Lo más real es que ahora se deshace esa frontera de un antes y un después, ese hilo invisible entre formas de actuar diferente. Y tampoco porque, por encima de la acción, está el ser uno mismo y realmente soy el mismo aunque con cambios en mi actuar. Ahora, solo y ante mí aunque acompañado, me reconozco en lo poco que tengo porque no ansío más que este saber estar apreciando la ruina y el acierto de lo que soy. Y en esta soledad, centro de lo que me pertenece, el silencio toma cuerpo, como el protagonista que acentúa la decisión, siempre viva, de ser por encima de nada...Aunque no sé si es la nada con lo que realmente me encuentro en este instante. La nada es el punto más cercano al todo. La firma, una rubrica me ha puesto ante mí y agradezco, por ello, comprobar que siempre me he habitado. En este ser que, muchas veces, toma relieve consciente en mí, los espacios parecen colmarse, a veces sin fortuna. De todo lo más cierto, la firma me ha hecho pensar que no siempre me doy cuenta de que no solo estuve sino de que estoy aquí, con esa gravedad propia de los sentimientos que fluyen sin nostalgia, en un eterno presente.
jueves, 12 de abril de 2012
Llueve

Llueve por todos lados. Una negativa. La bolsa cae. Voces. Disgustos. Nada está en orden. Llueve, sigo manteniendo el ánimo; la sonrisa puesta; el traje de los domingos; la mejor palabra. Hago como si no pasara nada, como si el mundo girara al revés. Llueve. El mundo sigue. Estamos en el mismo barco y nos sentimos extraños. Las mentiras toman la calle, han tomado las noticias, me están seduciendo y no hago nada por impedirlo. Llueve, con la rabia de la tormenta. Siento tanta angustia que la lluvia me está inundando las palabras hasta ahogar la verdad. No hay más emoción que la de saber lo que no quiero. Llueve hasta difuminar el paisaje de tu rostro.
viernes, 1 de julio de 2011
SOÑAR

Hay sueños imposibles y la posibilidad de soñar,
o de vivir soñando y de dejar en la emoción la huella
del sueño. Porque soñar es sentir la posibilidad
de emocionarse y en la emoción vivir ese sentimiento
del sueño. No hay sueños sin emociones, ni sentimientos sin sueños.
Porque la vida no es sueño es emoción soñada, es sentimiento que sueña,
es sueño emocionado, es soñar con sentimiento. Imposible no soñar
cuando el sentimiento es emoción que sueña.
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