viernes, 5 de abril de 2013

“Hojas sueltas de mi otoño”.


El día 3 de abril, vamos antes de ayer, laEditorial.es (la editorial profesional en línea) me pidió que presentara el poemario de Félix Gala Pastor,  “Hojas sueltas de mi otoño”, en la Residencia Universitaria Hernán Cortés de Badajoz. Y así lo hice. Hay que decir que gracias a la presencia de tertulianos de Página 72 la presentación se convirtió en una amable tertulia en la que el poeta emeritense se sitió como en su casa. 
Quiero poner un poco de lo que expuse en la presentación:

Félix Gala Pastor, un madrileño de nacimiento y emeritense. Un hombre inquieto, un escritor que trabaja sus versos con la huella del pincel. Artista plástico desde siempre, reciente poeta.

En este libro “Hojas sueltas de mi otoño”, nuestro autor nos convoca al desborde de los sentimientos, de estos que son difíciles de reprimir porque son parte de las entrañas de lo humano, nacen del deseo, de las pasiones, de la mística interior que termina por rememorar lo mejor de nosotros mismos.

El poemario, este del que hablamos, tiene tres partes definidas y un apéndice a modo de reflexión de autor:
-Hojas desde la pasión;  Hojas desde el interior; Hojas desde el recuerdo.

1. Introducción.-
Para ser ordenado iré, parte por parte, indicando aspectos de forma, estructurales y de contenido, deteniéndome más en este último.

Es interesante anotar un breve análisis simbólico-gramatical de los títulos capitales. En cada uno se dice “Hojas desde…” Pues bien, si nos fijamos en la palabra “hoja”, en plural, después de haber leído el poemario, se llega a la conclusión que este vocablo es la metáfora perfecta para indicar “lo vivido”. Si a este vocablo le unimos la preposición “desde”, indicativa de la temporalidad, descubrimos que nuestro poeta nos está hablando, con sus versos, desde lo vivido como una presencia que va más allá de la pura remembranza.

2.-Los capítulos.-
2.1. El primer capítuloHojas desde la pasión” o lo que es lo mismo “Ese tiempo vivido con pasión” se inicia con una cita de Gautier[1], un poeta del diecinueve, un modernista en el que impera el simbolismo.

El capítulo lo forman nueve poemas, sonetos, versos endecasílabos que hablan de los sentimientos pasionales propios del enamorado.

En los cuatro primeros se habla del deseo en medio de la noche, de las ausencias; del silencio con un tono imperante de desamor. El quinto poema, es como el eje del capítulo titulado “Entonces…” donde la magia del encuentro rompe con el infortunio del pasado. Este es un poema de connotaciones cosmológicas en el que las estrellas, el mar, la noche se revuelven en un estado agónico que acaba con el resurgir del amor nuevo. Y es aquí, como en las otras partes del libro, donde aparece el mar como testigo, como lugar de encuentro, como espacio contextual del yo literario que habla de amores y desamores. Esta figura protagonista del mar volverá a surgir en el tercer y último capitulo.

Así, en Espumas de mar[2] los versos se espejan en las notas eróticas que describen el acto sexual donde el poeta quiere ser viento, sol, agua, arena con el deseo irrefrenable de “beber la sal de la espalda” amada; un yo poético que abre “de (s)us entrañas las ávidas puertas…”[3], en un pacer de los labios “absorbiendo jugos en (s)u  boca”[4]. Versos líricos de sutilezas pasionales y eróticas que tienen el mar, otra vez, en primer plano.[5]

Este poema, Espumas de mar, es el inicio de otros tantos poemas de corte erótico como: Paraíso, donde lo corporal es el punto referencial significativo de la metáfora intencional. Así, los pechos adoptan la forma de panes que se amasan con delicadas caricias.; donde el pubis es fuente que embriaga. Versos eróticos con gestos explícitos en el decir:

“Y notar de tus ansias los impulsos
mi glande de tus labios prisionero,
percibirte perder los mismos pulsos
y verter mi simiente en tu granero[6]

Versos endecasílabos, sonetos atrevidos, que ponen frente al lector la imagen del amor rendido en el paroxismo del acto sexual.

Con estos poemas, nuestro autor nos pone delante del amor pasional de ese universal cultural, de ese sentimiento que ha  existido en todos los tiempos y lugares. Con ellos, Félix nos llevan a la poesía licenciosa de Samaniego, al siglo XVIII donde lo erótico es parte de una poética directa que rompe con cierto cultismo. Es interesante descubrir en los versos de nuestro autor, salvando la distancia y el estilo,  ese lenguaje de El Jardín de Venus. En los poemas de este capítulo, así como en la obra de Samaniego, se aprovechan no sé si intencionadamente algunas estrategias asociadas con la poesía amatoria propias del amor cortés e incluso de la poesía mística.
         
          2.2.-El segundo capítulo, lo titula, “Hojas desde el interior”, el tiempo de lo íntimo, lo reflexivo. Aquí, aparece una cita cabecera de Dickens[7], otro escritor decimonónico, novelista y un gran crítico de la sociedad de su tiempo.

En este espacio hay trece poemas, la mayoría de ellos construidos en forma de sonetos y otros, con versos blancos. El contenido de los poemas es  harto existencial, poemas en los que el yo poético describe el alma enfrentada al hastío[8], al insomnio[9], a la soledad[10] y a la nada[11], todas ellas situaciones difíciles, problemas que el poeta resuelve con el hecho mismo de escribir, y esto como una terapia[12]. Y es en el plano de estas situaciones vertiginosas,  al reconocerse desamparado y frágil, como es capaz de renovar  “la sangre vieja[13].

Para  describir estos sentimientos, nuestro poeta recurre a los elementos, agua, tierra, aire, en un intento de arroparse en el cosmos cercano. Tratado estos versos con la retórica propia de las alegorías, nuestro poeta consigue presentarnos al hombre, al ser humano de manera atenta, vigilante, que, “como águila en vuelo, otea desde lo alto las miserias[14]; un hombre que vive  su existencia angustiosa “sumido en el abismo, arrojado en un pozo de tristeza [15]. Aquí, las metáforas surgen de manera valiente con la pretensión de resolver las angustias más profundas. Y el poeta nos traza la posibilidad de ser  “agua de manantial”, “río de la vida”, “viento que esparce las semientes por doquier” (spermatikos); “nube empujada por mil vientos”, “tierra donde nace el misterio” [16]. Y es aquí, en este contexto cosmológico, donde el poeta nos introduce en la intimidad de la mística buscada. Estos aspectos señalados  nos recuerdan a Juan de la Cruz, cuando los versos de Félix parafrasean aquellos otros del Cántico espiritual al decir “se sosiega el alma  en la noche oscura[17].

Los aspectos místicos de esta página se colocan en paralelo con las otras, ya expuestas, del primer capítulo donde abundaban sensualidad y pasión. Tanto en una parte, como en la otra, es el fuego el elemento que aparece de manera implícita, un fuego que desborda desde el amor enamorado y en el paroxismo de los cuerpos que se entregan y se funden junto al mar así como en la quietud del alma que espera la muerte[18].

Y apuntando la muerte, es esta, otro de los puntos constantes en el horizonte del otoño diseñado por el poeta. Cuando el poeta nos la presenta lo hace con un sentimiento de aparente estoicismo[19] que salta a la actitud contraria, al hedonismo,  con el deseo de querer estar por encima del miedo a esa intrigante compañera de viaje. La muerte, dice el poeta, no agota la vida porque esta, con palabras de Unamuno, “muere de la muerte[20].  Las inflexiones literarias “de la muerte”, “con la muerte”, terminan siendo una resignada posición del hombre que con sentencias, parecidas al más puro  Séneca, dicen:

No te vale  ser, entre los duros, fuerte,
ni te vale buscar las ocasiones,
mientras ella no dé sus bendiciones,
el más allá, jamás podrá absorberte.

Y es que esta, la muerte, viene a resolver lo pesares del hombre, ese paseo entre sinsabores, amarguras y llanto mientras el yo literario se pregunta ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo?, en una búsqueda ansiosa de la alegría y la fantasía[21].

Probablemente volvamos a sentir esa época de la poética prerromántica del XVIII, esa poética intimista de la ilustración donde el lenguaje sencillo y natural nos acerca a lo más profundo de nosotros mismos. Aunque en realidad a donde nos lleva los versos de nuestro autor es a la poética de Antonio Machado. Será en el siguiente capitulo donde se observa como el sentimiento del paisaje, la realidad exterior, quedan impregnados en el estado emocional del poeta.

          2.3- El tercer y último capítulo, Felix Gala Pastor lo abre con una cita del gran dramaturgo, también del diecinueve, Oscar Wilde[22]. Un grande del esteticismo. Este capítulo, titulado “Hojas desde el recuerdo”, nos presenta el tiempo de lo vivido con  la figura de una encina, de la encina vieja[23] que, intencionalmente traza la figura del propio yo, ese yo poético que reclama un tú. Un yo, que, como la vieja encina, se siente “truncado por el rayo de la melancolía y la tristeza”. Aquí, en estos espacios de lo íntimo,  el poeta se hace consciente del desamor de lo propio, y lanza la idea, fuera de tópicos,  de que siempre es un buen momento para comenzar teniendo presente  “los brotes de hojas nuevas[24] en una clara alusión a sus descendientes.

          En este capitulo del recuerdo, donde los tiempos verbales se presentan en pasado y a veces en pretérito de presente, aparece de nuevo la figura del mar, este que “trae aromas de sales y peces…un mar, agua marina, que el poeta subraya “como sangre del corazón[25]. Convirtiéndose esta figura del mar en el imaginario poético del deseo, de la búsqueda desde tierra adentro, un sueño de sal, con sonido de caracolas y espumas gigantes. En la poética de este tramo del libro es tan fuerte este deseo de lo marítimo que el poeta siente tener alma marinera y sangre de agua salada[26]. Y aunque el mar es lejano, para un poeta de tierra adentro, el deseo persiste en un querer descansar “en la arena caliente, allá a tu lado[27].

Además del mar, la memoria descrita el metarrelato poetico nos llevan al Guadarrama, al río de lentas aguas que trae recuerdos de horas locas.”[28] Y es aquí, donde la  traza de la poesía de Félix se vuelve más intimista y es , como indicaba más arriba, donde  el sentimiento del paisaje, la realidad exterior, queda impregnada en el estado emocional del poeta.

         
3.- Punto final.-
El capitulo apéndice[29] del poemario viene a ser como un punto y seguido más que final, donde el poeta con ese estilo paternal, a lo Samaniego, intenta sacar una lección moral de lo expuesto. Ya en la cita de su cabecera el propio autor se autocrítica con sentimiento de hermenéutica gadameriana [30].

          En este capítulo solo hay un poema[31], donde el autor se pregunta  si con su poesía, la expuesta en este libro, ha conseguido conmover al lector.  Tomo esta reflexión poética como si fuera una pregunta personal para responder sin ambages, de forma directa:

Mi querido amigo, tu poética, fuera de esquemas literarios al uso y estructuras medidas, a veces corsé para tu entusiasmo y tu pasión, …tu poética, digo, es una muestra de la ternura de ese hombre que anida en ti, de ese poeta que te habita con ganas de vivir su soledad en compañía y esta de forma enamorada. Lo más importante es que,  tus versos, los poemas de este libro.

Como bien dices en el poema epílogo de  tu poemario, tus versos me pertenecen después de su lectura. Y desde esta donación, desde lo gratuito, contemplo la plasmación de tus instantes, que pueden ser también los míos, y donde el recuerdo adopta  esa solemnidad del compromiso con lo humano, siempre presente, que alecciona.

Para terminar, quiero decir que este poemario, por encima de gustarnos o no,  e incluso más allá de que su lirismo y sus sonetos nos lleguen o los rechacemos, este poemario, digo, no seremos capaces de ponerlo aparte, porque en él la tenacidad del ser humano, expresada en su contenido, es mucha;  porque lo sincero, y directo, se plasma en sus versos sin eludir lo pasional directo ni el erotismo; porque los poemas, tus poemas Félix, se adentran en el misticismo, en ese  que se sobrepone a la angustia de la nada que a todos nos atenaza. No, mi querido poeta este libro, “Hojas sueltas de mi otoño”, no lo olvidaremos porque en él aparece  un vitalismo radical que supera cualquier brutal nihilismo.

Mi querido poeta, permíteme decirte que eres como la encina, como esos olmos de tu metarrelato, que sobreviven al tiempo y en el tiempo se renuevan

Gracias por esta oportunidad de presentar este poemario; gracias, por compartir estos versos que laEditorial.es ha sabido plasmar, como siempre, tan magnífica y cuidadosamente, en esta edición.
Felicidades a los dos.



[1] “El verdadero Paraíso no está  en el cielo, sino en  la boca de la mujer amada”(Mademoiselle de MaupinPág. 19
[2] Pág. 27
[3] idem
[4] idem
[5] Pág. 28
[6] Pág. 30
[7]Cada fracaso enseña al hombre algo que necesita aprender” Pág. 33
[8] ¿Por qué te empeñas en ganar mi ser? dice el poeta. Pág 42
[9] Se niega a rendirme y me sostiene/ en siniestra vigilia que destapa/ la caja de Pandora…”. Pág. 43
[10] Con la soledad por compañía, dice el poeta, camino hacia el otoño de mis tiempos” Pág. 42
[12] Cuando escribo. “Poniendo a flor de piel mi grave situación de desamparo”…/ Fluye la tinta…/las palabras se agrupan…/ y así mi sangre vieja se renueva; …” Pág. 40
[13] Pág. 40
[14] Pág. 35
[15] Pág. 35
[16] Pág. 35
[17] En el poema que lleva este título “Alma sosegadaPág. 37
[18] Pág.38
[19] Así aparece esta estrofa del poema Correos de muerte “Son correos de muerte, que anuncian su presencia;/sibilinos avisos, presagios silenciosos/ que colman de fantasmas, hasta la propia esencia.” Pág. 39.
[20] Pág. 49
[21] Pesares. Pág 48
[22]A veces podemos pasarnos años sin vivir en absioluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.” Pág. 51
[23] Pág. 53
[24] Pág. 64
[25] Pág. 65
[26] Lejos del mar: “¿por qué me pariste, madre,/ aquí tan lejos del mar?/ donde no llegan gaviotas…” Pag. 61
[27] Mar lejano. Pág. 63
[28]Lentas aguas te surcan, ya no chocas, / retraes sólo recuerdos de horas locas,…” Pág. 68
[29] Pág. 69
[30]La obra si se publica, no pertenece al autor…
[31] Si acaso. Pág. 71

martes, 26 de marzo de 2013

“La parte del no" de Manu Salitre


Este marzo llegó pronto y la culpa la tiene ese acabarse el mes de febrero el día veintiocho. Menos mal que Julio Cesar puso orden en esto del calendario y dijo que con veintiocho días había tiempo suficiente para purificarse. Bueno, no viene al caso hablar del calendario sino de lo rápido que llegó este día de Tertulia en Página 72. El primer día del mes y viernes. Y aquí entra en escena nuestro tertuliano, querido y admirado Manuel Mansilla Salitre, “Manu Salitre” y lo de Salitre por el apellido que el muchacho es salado, simpático, pero no tiene cara de nitrato potásico.

Pues bien, Manu nos presentó una selección de poemas de su libro “La parte del no”, que muy pronto se publicará. Le agradecemos el habernos concedido la primicia de sus versos.

La pregunta inicial la provocaba el título. ¿Por qué llamarlo así cuando antes, hace unos años, estos mismos poemas se englobaban bajo el nombre de “Flores de guerra”? Salitre nos aclaró que fue al escuchar un grupo de Heavy Metal cuando pensó en el título. La respuesta no podía ser otra viniendo de un músico como él .

La selección que Manu nos entregaba tenía ese punto de ironía y de contradicción, como si quisiera retratar este momento de crisis sistémica en el que nos encontramos. Uno de los poemas seleccionados lo expresa maravillosamente


Sabemos que la situación es crítica
y los informativos no informan,
podríamos refugiarnos en Vino,
Opio o la Duermevela,
las charlas exclusivas
o los late shows.
Sé que la situación es crítica
que el mundo bosteza
y se peina,
y tú duermes en una cama
que no es mía ni nuestra


En esta selección de versos, que nuestro poeta colocaba encima de la mesa de tertulia, comienza subrayando el hecho mismo de la fragilidad, de esa debilidad propia de nuestra creación. En realidad, los versos nos hacen conscientes que, generalmente, una auténtica criatura que se vuelve contra su criador. Con estos versos nuestro tertuliano nos dice que es bueno romper con lo que amamos para recuperarlo después:

Comencemos por admitir la derrota:
Los poemas nos odian.

Adentrados en la selección de versos, algunos tertulianos, y ratifico la opinión, decían descubrir en la obra de Manu un poemario, en sí, muy valiente y atrevido. Precisamente este hecho de su genialidad se expresa, entre otros poemas, en uno donde pone en paralelo el hecho del suicidio y la defecación

Desnudo sentado en el retrete,
pensando sobre el suicidio
y empujando.
Empujando, pensando sobre el suicidio
y todas las cosas en las que Dios se equivocó,
en la masturbación
y en las moscas muertas.
Pensando en el suicidio
y en las flores secas,
en los ruidos de la calle
y el silencio del dormitorio.
Y al dejar de empujar dejo de pensar también
y el mundo vuelve a su curso horrible e impaciente.

El suicidio es una opción
que pierde fuerza en favor de la resistencia.

Para algunos, de los contertulios es posible que la originalidad de Manuel Salitre puede resultar sospechosa por su forma atípica de presentarnos el metarrelato poético. Pero lejos de ello, y esto se comentó largo y tendido, su literatura no es más que un solemnizar lo cotidiano con un ritual donde la propia realidad es en sí metáfora de otras realidades más profundas. Sirvan de ejemplo estos versos:

Estoy limpiando cuerdas
papá
con las que me atarás de pies y manos

En tu altar
en sacrificio a todas las formas de culto
que jamás pudimos comprender


Ante algunas preguntas sobre su creación y los receptores de ella, Manu aclaró que cuando escribe no piensa en nadie, en ningún interlocutor. De entrada,dijo, nunca le gustó exponer sus creaciones. Según expresó, siempre ha sentido un cierto pudor a la hora de mostrar lo que escribe. Esto, se comentó, es un problema y una ventaja ya que el mismo poeta hace catarsis de su propia poesía dentro de su poesía. Por esto, más allá de cualquier sentimiento prepotente, sus poemas revelan el nihilismo de situaciones miles. Así, con la metáfora de clavar a los dioses personales con alfileres y huyendo de psudomesianismos, el poeta nos leyó un poema introduciéndonos en esta manera de purificar falsas ensoñaciones. 

Clavemos a nuestro Dios con alfileres
y tatuemos en su vientre
Yo no soy el salvador del mundo”
y así nos sentiremos importantes
dentro de nuestra filosofía.

Clavemos a nuestro Dios con alfileres
y cantemos y bebamos hermanos
porque ya sólo rezamos por nosotros mismos
clavémosle y subámosle a un poste
donde la humanidad vea
cómo desterramos nuestra fe olvidada
y cómo nos comparamos con nuestro propio Dios
mientras se seca como una fruta en el suelo
y su cabeza rapada
sirve de nido a nuestras palomas 
Fijándonos bien en este poema, y con un comentario fuera de la reunión, los versos tienen un sentimiento que nos recuerda las filosofías decimonónicas de Feuerbach y Nietzsche. Esto subrayando el comentario generalizado de que Manuel nos lleva a otra forma de hacer poesía, para algunos, a la poética  de los años 60. Aunque a decir verdad, los versos de Salitre  nos introducen en una metafísica poética nada al uso.

La poética de Manu nos sorprendió, y no era la primera vez que sucedía, por su crítica directa e irónica ante la realidad presente y pasada. A nuestro poeta no le pasan desapercibido el eco de la historia pasada en el presente buena muestra son las referencias a la historia al menos así nos lo expresó en la tertulia al decirnos que hay poemas que intentan expresar la estúpida historia de los siglos o mejor la estupidez humana en el tiempo.

Nuestros abuelos judíos
clavaron a Jesucristo
como una paloma en la pared
para que nuestros niños sin ojos
lleven flores a su tumba
murmurando una oración.

Alguien dibujó la palabra “VENGANZA”
entre las estrellas
y el peso del mundo cayó
sobre el cuerno de carnero
en forma de uniforme alemán.

El mundo se estremeció
mientras sonreía para sus adentros
como el niño junto al animal que muere.
Después rasgó sus vestiduras
como un fariseo,
quiso detener la plaga de langostas
con panzers y fusiles
y reconstruir la sinagoga
que antes con sus manos derrumbó.

Golpeando su pecho
regaló las bridas de su país
como ejercicio de conciencia
y empeñó a sus hijos
para lavar sus manos ensangrentadas.

Unos hijos que nada conocen
de las ofrendas de sus padres
en altares comidos por las hormigas
que se quiebran ante el turbante y la Luna de Oriente.

Unos hijos que desnudos
deben comprender
que el puñal que les amenaza
es el mismo que sus padres
entregaron como ofrenda a dios
bajo un sol que sangraba.

Manuel además de sorprender emociona  con unos versos críticos que no ahorran ir más allá de lo correctamente político, especialmente en algunos poemas con tonalidades sexistas que no pretendian serlo. Y es que en este asunto, donde sexo y género entran en franca disputa, la discusión estuvo servida. Estos fueron los versos que siguen provocaron la discusión de tertulianos y autor. Siempre en el tono conciliador que Manuel tiene, nos leyó y explicó el poema:

El diablo es una mujer
y como toda mujer
conoce bien sus armas
los ojos
las piernas
el lápiz de labios
las medias de rejilla

El diablo abre las piernas
y deja caer las bragas
y el mundo se arrodilla
ante 2000 años más de Infierno.

Por otro lado, y siguiendo el hilo de la tertulia, Manuel Salitre nos enfrentó a nuestro mundo de escritores, a esta realidad que provoca escribir con la libertad de quebrar lo escrito y saltar de los tópicos acostumbrados. Y escribir siempre tiene sus dificultades,así lo apuntó. Mejor lo expresan los versos que siguen porque dicen de ese enfrentarse al terror del vacío de una página en blanco, para algunos, traumática. Manuel, nuestro poeta, lo resuelve diciendo:

La obscenidad de un folio en blanco
como una mujer abierta
me llama a empañarla
a joderla lentamente.
Hacer el amor es como escribir un poema.
La necesidad surge sin control
como el ansia por un cigarro
comienzas torpe
pero ganas brío a golpes de cintura
y casi sin darte cuenta
todo acaba
dejándote a solas
con el más profundo vacío.


Después de anotar las críticas, sobre la forma y el contenido de la poética de Manuel Mansilla Salitre,solo resta darle la enhorabuena. Felicitarle por este libro de poemas del que esperamos su pronta edición. Sus versos tienen ese punto de inflexión capaz de romper con lo paradójico, al mismo tiempo que lo construye.

Mundo que huele a azafrán
que se presenta ante mí
en forma de mujer
para ser mancillado
en una noche sin Luna,
me miras como diciendo
que mientras los tréboles sigan
teniendo tres hojas
nuestras cinturas no encontrarán paz
al abrazarse.

Nuestro tertuliano nos dejó en la puerta de un poeta, o mejor de un antipoeta que hace mientras deshace, que construye en una permanente  deconstrucción al mejor estilo del posmodernismo francés. Es tan elocuente su forma de hacer que merece poner punto y final con unos versos que, bajo una apariencia buenista del lirismo, rompe en un acto frenético de un querer volver a empezar, como en una especie de “coito interruptus”:

Escribí un poema
donde crecieron las más hermosas flores,
donde surgió una ciudad perfecta.
Escribí un poema tan tierno
que un pájaro azul vino hasta mi ventana
tan sólo para dejarme allí una lágrima.
Es cierto, no soy un gran poeta
hablo de coños y mentiras,
pero un día escribí un poema tan

condenadamente bueno
que por un momento incluso logré sentir
eso que algunos llaman orgullo.
Miré mis manos incrédulo
Eso no puede haber salido de aquí,
no de estas uñas negras y estas manos sucias”,
pero ahí estaba,
como un bebé en la puerta del orfanato.
Así que lo mimé
Tú no eres como los otros”
Eres MI POEMA”
dejé caer una lágrima sobre él,
le di un beso,
le prendí fuego,
y volví a morderte los pezones.

coitus interruptus

Gracias Manuel por dejarnos entrar en estos paisajes de una poesía especialmente original,y aunque recuerde a Charles Bowkoski, () se podría decir que lejos de remedar una forma de hacer literatura la dignifica.




domingo, 17 de febrero de 2013

Del amor importuno o la existencia...



          Hace unos días nuestro compañero y tertuliano Jose Manuel Vivasnos invitaba a leer un poema en su blog, que abajo coloco mientra lo comento. Este poema, interesante y rompedor,  tiene unas características particulares que me gustaría poner en común con todos. Para ser más didáctico y no perderme voy a considerarlo en  cuanto a la estructura, la forma y en cuanto al contenido, el fondo.

           Respecto de la estructura:
Seis estrofas de versos blancos sin definición de número. No se repara si los versos son octosílabos o endecasílabos. Es poco importante, al menos así lo destaca su autor en este jardin ingles de palabras construido fuera de toda medida. Lo realmente importante es la musicalidad indistintamente de la medida.
La temporalidad de los verbos de las primeras estrofas está notada por el futuro, en una continua huida del presente: Llegará, marcará, apretará.


Ahora sólo duele un poco
pero llegará el día que el dolor sea insoportable
que su mordedura de fiebres y espasmos
marcará mi piel y apretará mis dientes
Será un abrir de carnes y ojos desencajados
del grito en el corazón y las manos en puños vivos


Será el duelo de las noches de insomnio 
del sudor en las sábanas
y el despojo descontrolado
de este hombre en guerra 
con sus designios

El contraste lo marca el poeta a partir de la tercera estrofa donde la pausa del presente arranca con un adverbio y una conjunción para reafirmar la condición del día doloroso y las ausencias trabadas en una cascada de verbos imperativos: sacrifica, apaga, desobedece para resaltar, así,  la realidad terrible de la vida que pasa.


Entonces
cuando sea el día del dolor y la ausencia
no tengas piedad con este cuerpo en desahucio
con su impuesto descalabro
y sacrifica mi carne y mi memoria
como se hace con los caballos heridos
y los perros moribundos

Entonces
aplica el veneno sin demora
apaga las máquinas
desobedece las plegarias
alíate con la muerte
si es preciso
y dame descanso
prívame del desorden de mi sangre
y desenchufa mi corazón de este vivir
en agonía 

              En las dos últimas estrofas, engarzadas también con notas adverbiales del aun, surgen la presencia del recuerdo, de los sentidos:

No esperes demasiado
imploro a tu amor y tu ternura
desconéctame ahora
que aún resido en mi recuerdo
que aún aguanto tu mano
y me sostengo en tu mirada

Prefiero la oscuridad perenne 
la infinitud del silencio
a este batallar inútil y sangriento
esta derrota de sombras que avanzan
y descomponen todo cuanto quise
todo lo que aún me mantiene
plegado a tus abrazos
sumido en la espesura
de este paciente amor importuno

            Respecto del contenido:
Es una apuesta valiente por una poesía existencial, vital y  nihilista, en el hecho de decir no a lo débil y mantenerse en un estado de voluntad de poder, que es querer. Este final de eutanasia apuntada, el poeta lo muestra en un instante de lucidez  argumentando con el contraste de un ahora, mientras reside la cordura del “recuerdo”, y un futuro incierto de un “batallar inútil” y de “derrota”. Es interesante como el yo poético lleva al lector a una visión total de la dignidad del ser humano, similar a la del samurai que prefiere el harakiri del honor.

Por otro lado, no trata el poema de una visión epicurea de la vida sino de una forma de mirar el lado no acostumbrado, esa perspectiva en la que el ser humano, a veces, se instala y por vergüenza ante el entorno no comenta. Por esto mismo, el poeta ahorra dramatismo a la visión desesperada del presente con el lirismo de algunas metáforas. El ahora de un dolor soportable es comparado con otros momentos futuros, cuando este dolor sea “mordedura de fiebre”, “duelo nocturno”, un “hombre en guerra” con el destino.

            En realidad, los versos llevan al lector a una visión del ser humano que tiende a la dignidad de un ser dueño y no esclavo del sin-remedio. La petición, que viene en las estrofas centrales, marca de forma imperativa un sentido hedonista que escapa de toda resignación estoica. El yo poético deambula entre esas peticiones imperativas, donde la ataraxia, el ahorro del dolor, es la protagonista. Los versos aluden a una condición para que el amor vital surja ante el desastre de la fragilidad humana. Por ello, ruega, en pleno uso de la libertad y por encima de cualquier oportunismo ideológico, que cuando suceda no se tenga piedad en el hecho de sacrificar hasta lo último.Nietzsche daría su aprobación ante el vitalismo de estos versos. 

La dignidad del hombre, resuelta en la última estrofa nos da la medida de la libertad a la que se aspira a la de la oscuridad y el silencio  de la muerte antes que la vida inútil que descompone todo lo que se ama.

No estamos acostumbrados a que nadie nos hable desde  una actitud socrática o nihilista superponiendo la dignidad personal a la costumbre de los parámetros sociales marcados.

Jose Manuel enhorabuena por esta forma de poetizar y trabar versos y palabras dedicados a los pacientes cuidadores de enfermos terminales. Gracias por compartir este poema

martes, 12 de febrero de 2013

Sí se puede! Stop a los deshaucios

La actitud despótica se impone, cada vez más, en la clase política. La democracia se está convirtiendo en una pantomima q esta tomando cotas insospechadas.

La politica tiene q revisarse....los sistemas de siempre sirven cada vez menos. Estamos llegando a situaciones insoportables cuando se tiene q expulsar a quienes gritan contra la insensibilidad del poder legislativo ...este es el caso de Ada colau y sus compañeros mandados fuera por decir a los del PP q SÍ SE PUEDE...

jueves, 24 de enero de 2013

Rumor de lo que está por venir

De tanto mirar los días me he acostumbrado a sentir su peso, esa especie de calma, a veces sombra, que cada día toma cuerpo en un alma a la deriva. Hay momentos que siento esa presencia incierta que funde el pasado y el presente. En este momento,cuando los años se vuelven cero e infinito, en este presente solo resta besar el rumor de lo que está por venir.

sábado, 19 de enero de 2013

¿Cambiar el sistema? Primum vivere deinde philosophari




















Este día tan ciclónico, tan de viento y lluvia, tan desagradable,  me parece una metáfora de la situación política que vivimos los españoles. Menuda ventolera la de un gobierno que no acepta los hechos consumados  de corrupción, con los Barcenas o en otro momento con los Gürtell. Que grandes ciclones  tiene que soportar la  Casa Real, cada vez más decrépita y descafeinada, con esta historia de los Urdangarines, es tan fuerte que dejan lo de los "elefantes" en una anécdota de mal gusto. Y en esto de tener aires revueltos no quiero nombrar todos los que sufre el poder judicial con un Ministro de Justicia respondón y atravesado. basta con apuntar la ley  "chapuceras", que se refiere a la atención de los inmigrantes,   esta que por acoger a un o de ellos puedes ir a la cárcel.   Vamos que ser solidario está penado en España. Así que mires por donde mires el síndrome ciclónico de los poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, están como para remoldearlos de nuevo porque por ahora, con tanto aire parece que no dan la talla.

Es posible que estos vientos hayan removido la "mierda real" que existe en todas estas instituciones y a la vista de sus fracasos están pidiendo cambios. No es descabellado plantearse que si esto no funciona habrá que cambiar de sistemas. Tal y como estamos, no progresamos, retrocedemos. ¿Dónde ha quedado lo que supuestamente se ha conseguido en un Estado de Social y de Derechos, como el nuestro? ¿Por qué se ha perdido en el poco tiempo que estos del PP están llevando "sus políticas" económicas, esas que acentúan el  vasallaje a los mercados? ¿Por qué estos crean una amnistía fiscal para  "ocultar" a los corruptos? Y he nombrado a unos que actúan igual que los otros. Vaya con las corruptelas oligárquicas de los del PSOE . Y si seguimos tirando de la cuerda vemos que hay tanta ventolera que se constipa hasta el gato.

Miremos donde miremos el aire arrecia y esperemos que una de estas ventoleras no se nos vuele lo poco de decencia que nos queda. ¿Hacia dónde vamos? De momento el 15 M dio una lección a los políticos demostrándoles que las cosas no . pueden funcionar de esta manera tan atropellada e injusta. ¿Qué nos queda? Mínimo, la dignidad. Esta cuenta aunque cuando la vapulean ¿ qué haremos? Hacer, lo que se dice hacer, será poco o nada  y esperemos que a cualquier loco "mandón" no se le infle las narices y entonces la acción se vuelva una timocracia, una dictadura...Aunque al paso que vamos dictadura es lo que tenemos. En fin, espero que las actuaciones no sean violentas porque estás tienen siempre malos resultados.

No perdamos "el norte" mientras nos quede decencia y la razón nos funcione aunque es verdad que cuando el estomago aprienta siempre esta eso de "primum vivere deinde philosophari" o lo que es lo mismo "Primum manducare, deinde philosophari". Esto no lo tendría que decir yo que me dedico a dar clases de filosofía y menos, empleando esta frase del mismísimo Hobbes, pero es lo más real ante las ventoleras que nos atenazan. 

sábado, 5 de enero de 2013

Periferias





             10.30 a.m. Me he dispuesto a cortar los geranios de la terraza mientras, sin remedio, el ruido del tráfico asciende maldiciendo los balcones. 10 grados marca el plasma de la avenida. Qué hacer cuando todo sigue este proceso irremisible. En la radio del vecino se dan las noticias. Vísperas de Reyes. Algunos funcionarios salen a dar los últimos toques a las compras después de tener  asegurada  la paga extra en su cuenta corriente. Todo tiene ese tinte de paradoja, de situación absurda propia de una ficción de Kubrick.

             12.42 p.m. Salgo para hacer un poco de deporte. Hace frío. Los gatos se han quedado mirándome con cara de tristeza. Los animales sienten a priori las pequeñas ausencias de sus dueños. La vida es así, como un entrar y salir o un dejar y tomar o como un estoy y ahora vuelvo. El ascensor va lento. La voz metálica impresa en el interfono me indica el sitio de llegada con un timbre anodino y con el sonido carrasposo de las puertas. Es una mañana soleada y hace frío. Nadie mira a nadie. La calle tiene ese punto de invierno que ralentiza la vida. La realidad se impone a la ficción aunque nos duela estar despiertos.

           23.02 p.m. Estoy en casa. No hay ruido que distraiga este contemplar como pasan las horas. 


MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto