A los pies del Sacre Coeur una cascada
de ojos desciende por las plazas
leyendo en las nubes el mensaje
de las horas.
Arriba,
la cúpula
del Gran Templo
rompe soledades
en medio del gentío. Te gusta descifrar
el secreto de las piedras reflejadas
en el cielo de Paris.
Mientras la siembra
del color se repite en las aceras,
unos turistas roban
el sueño de las flores. Una mezcla
de verdes y grises abraza las cuestas.
Dejamos que las manos jugaran
a besarse midiendo el sabor
del mágico momento.
1 comentario:
tengo pendiente una visita
a ese cielo de París
hasta entonces
seguiré visitando este Habitáculo
se huelen las calles de París.
un abrazo
Publicar un comentario