jueves, 18 de diciembre de 2008

¿NAVIDAD?

Un vivir sin papeles,
con los recuerdos pegados en el imán
del frigorífico. Cómo encender
en tus labios la palabra y dejar
que la brisa
del verbo acune tu mirada. Navidad,
perdonando los latidos de la calle
que arrastran
la nostalgia
de tus pasos. Navidad,
con las hojas de un diario
que envuelve sonrisas. Cómo saborear
la caricia de tus manos en el borde
de la tarde, apunto de espantar las cenizas
del día y sentir el pulso de la sangre
hasta retener
el suspiro
de tus gestos.

5 comentarios:

Marian Raméntol dijo...

Siempre entre signos de interrogación, porque cada mirada es un signo distinto.

Un abrazo y felices fiestas.

Marian

faustino lobato dijo...

Gracias Marian por tu paso y tu comentario. Un abrazo. Tino

Desconcierto dijo...

Hola TINO, por aquí de vuelta. Los días no fueron muy buenos, agitados más bien y tengo tooodo descuidado, hasta la lectura. Pero este huequito es para ti y tus 'Habitáculos'.
Es Navidad, para bien o para mal...en mi caso, las disfruto a tope, con la familia y mi hijo que da todo el sentido a estos días...Papá Noel se acerca, ssssshhhh

Y tu poema...escribes cojonudamente...suave lectura

un abrazo Tino

faustino lobato dijo...

gracias Antonio. Me ha gustado eso de que tu hijo le da sentido a estas fiestas. me alegro. Me sigues pareciendo alguien muy humano. Un abrazo para ti y los tuyos. Tino

VICTOR VERGARA dijo...

Hola Tino.
Tengo un amigo antropólogo, que siempre me dice que casi todas las fiestas tienen su origen en ritos ancestrales de los cambios de estaciones y los agradecimientos para las cosechas y tal. Son residuos que han llegado hasta nuestros días con unos aspectos totalmente distintos a sus orígenes.
Acojamos en este momento al invierno, como hicieron nuestros lejanísimos ancestros. El invierno es una de las cuatro estaciones necesarias, sino lo fuera no existiría. Nos permite ensimismarnos para hacer inventario y recargar energías.

Hoy leí en el periódico, que un restaurante del pueblo de Lepe (el de los chistes de leperos) regaló la cena de Noche Buena a 90 inmigrantes. Es sólo un gesto, pero que demuestra que también hay gente que tiene corazón.

Un abrazo fuerte.

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Tiene Lisboa sonidos de agosto