viernes, 9 de noviembre de 2018

LIBERALISMO POLÍTICO. FRANCISCO CHAMORRO




A Francisco Chamorro lo conocí una tarde tomando café  en Badajoz. Un amigo común propicio el encuentro. Desde ese día me alegro de haberle conocido. Pero tengo que decir que me alegra mucho todo lo bueno que le ocurra, como es el hecho de esta obra donde hay una explosión poética de denuncia más allá del lirismo al uso. Un primer libro, muy potente, que parece ser la punta de iceberg de todo lo que está por publicar.

He leído y releído el libro Liberalismo político, publicado por Jesús Munarriz, Hiperión, de Francisco Chamorro. Lo he leído tanta veces que he  conseguido aprenderme algunos versos  de memoria. Esta obra llama la atención por su estructura o mejor dicho por un contenido poético vertido sobre el esquema de tres conferencias de John Rawls. Chamorro aprovecha hasta el prólogo donde el filósofo habla de  las conferencias, de lo que en realidad supone  la publicación de Liberalismo político (también el título es de Rawls). En el fondo, el poeta juega a introducir un contenido poético en un esquema profundamente filosófico/político. A decir verdad, el contenido poético no le resta ni un ápice a la filosofía social de Rawls. Nuestro poeta subrayará la forma de sociedad en la que vivimos hasta aburrirnos de hastío, donde lo que parece libertad es simple esclavitud de trabajo y de consumo.

En la primera conferencia y siguiendo el esquemas de la misma, nuestro poeta traslada el pensar y el sentir hasta los rincones mínimos de lo cotidiano. En qué piensas mientras trabajas,…/ cuando sales del polígono…/en el camino a casa…/ comiendo. Qué sientes [mientras trabajas en el matadero]. Esta es una forma extraordinaria de romper el lirismo poético para recobrarlo en el sentimiento de abandono del sujeto,  el yo literario, mientras reflexiona desde un  contexto precario de obrero [de la industria cárnica]. El trabajo se deja el  misterio de este personaje  mientras bebe whisky en el bar, y piensa en esas chicas “que te abandonaron” para terminar diciendo que “no son nadie”, “tú tampoco eres nadie”. Un sujeto desesperado, bebedor, que mata el tiempo [libre] en el bar. Y así, en esta reflexión de no aparente lirismo el poeta introduce al lector en un mundo de vaciedades y repeticiones,  donde la emoción, a pesar del desespero,  es primordial, “me emociono por todo-dice.

Francisco Chamorro comenta  las incidencias de un personaje que, lejos de ser ficticio, es él mismo. Desde las primeras páginas adivinas que el libro es autobiográfico. La página 21 lo hace patente. Y así, empleando la tercera persona evita  hablar de sí mismo. Así, dice: Le llamaban el lechero a finales  de los noventa en el C.P. Arias Montano (Fregenal de la Sierra. Badajoz)…Lechero fue su abuelo yen cierto tiempo su padre…Este el lechero,…es el enviado de la naturaleza , el sudor y la frente, la tierra y la zarza. En estos versos, en estas líneas del libro el lirismo implícito salta en la emoción de la identidad.  El extremo de lo autobiográfico llega en las páginas siguientes cuando escribe su D.N.I., el número de un sujeto vivo. Y así, con una anáfora existencial, casi bíblica, señala: Soy yo, cariño/ soy yo, no me recuerdas, verdad. / Soy yo, amor. / Soy el gran edificio desde el que se ven/ las grandes construcciones sentimentales./ Soy la referencia de los viajeros. // Te lo juro no desaparezco.

El poeta, a partir de estas páginas, va dejando un rastro de ironía, casi cínica (en el sentido más desvergonzado de la palabra) Soy un hombre bueno y quiero viajar gratis/debería bastar./ Soy un hombre pobre y quiero viajar gratis,/ debería bastar.

Y en esta perspectiva de la identidad y del abandono, esboza un poema esencialmente anafórico con la expresión poeta trabaja depara terminar con un verso de toque lírico, Las palabras están hechas de hambre. Magnífico. Mejor no se puede expresar el hecho de escribir o la soledad angustiosa del escritor.
Así, en un esquema de filosofía socio-política nuestro autor comenta que todo es político. / Whisky con agua/ Y quien soporta la claridad a estas horas, el bebercio, la política/ y quien soporta la claridad a todas horas, qué han hecho conmigo,/ porque duele todo.

En medio de este contexto, de intima reflexión desesperada sobre sí mismo, el yo dirige  la mirada hacia los viajes, esos en los que gastamos- comenta-todo el dinero que ganamos escribiendo libros/ detrás de las barras de los bares, en las oficinas,/en las grúas, en los puertos y aeropuertos/ … El sujeto descrito es un personaje engullido por el consumo en medio de rutina y vacío.

En la segunda parte del libro, según el esquema de Rawls, la segunda conferencia, Francisco Chamorro le hace decir al personaje que es un hombre libre. Este sentimiento es en sí una actitud crítica con todo lo que le rodea.  (Ver página 33) Los versos, Me siento libre, liviano. / Soy un hombre más libre. Se intercalan como expresión anafórica, como un eco en las expresiones mismas de Rawl: La libertad, sin precedentes que nuestra sociedad ofrece a sus miembros  ha llegado acompañada de una impotencia también sin precedente. Este poema contrasta con el siguiente donde el yo lírico sitúa al lector, además de la identidad del autor (yo literario) en la cara opuesta del ser libre en la del proletariado que no es dueño de su propia historia: Soy un animal de fábrica, (pg. 35) dice el poeta.

Libertad y opresión calculada, ahora, en paralelo con la realidad consumista e inútil en la que el poeta dice que hizo La forma de las cosas, su alma, su sentido; y con ello la terrible  soledad , quién sabe-dice-del porqué estamos solos, abandonados, / si hay aplicaciones geniales, esplendidas y de gran alcance. (Páginas 39-43).

Los textos que siguen tienen ese desgarro propio de aquel que, siendo un “habitante de lo rural”, y a pesar de la mecánica de un trabajo precario, la ciudad le parece una “jaula” donde los deseos se multiplican, la inversión del síndrome del caballo de Troya ( Ver poema de la página, 66) Nuestro poeta, en un intento de poetizar la plena autonomía, apunta al registro íntimo de la familia, a ese lugar estático de lo social para dejar una petición esta de la inmortalidad…hasta consumir el infinito (pg. 46). Vuelve con estas expresiones a marcar el sentido lírico dentro del despojo de lirismo que hace en sus textos.  Que hago aquí, whisky en mano, mayo, en cualquier pueblo de Extremadura te preguntarás.

En las últimas páginas de este apartado nuestro autor marca la soledad con una expresión frustrante, le falta la partícula condicional [si] para denotarlo, Soy el poeta del dialogo. / Me gustaría que hablasen conmigo. Terrible que en esta página 50 el autor del libro deje su tarjeta de visitas. Lo admirable de todo es la ironía de la frase final “escribidme a…pero sin falas de ortografía/eso no por favor/ os lo pido desde el corazón (pag. 50)

La tercera parte, según el texto de Rawl, la III Conferencia, Constructivismo político, se abre con ese lirismo deconstruido: Aprendí a soñar mientras dormía en las aerolíneas de bajo coste. Más adelante dice, no sé si puedo escapar de las estructuras, de lo que es/ y de mi capacidad para reconocerme en sus palabras. / Pero quién sabe de las noches que me declaré líquido/ en fiestas y jolgorios sin saber que no tener forma es estar/condenado a cualquiera. ( pag. 55). Los verbos aprender/ soñar/ reconocer/declarar/ estarmarcan en estas expresiones un non amarum contemplatione rerum una contemplación amarga del ser. Esta contemplatio entis no admite la luz porque ésta estropea la materia (pg 58). Tremendo estado que aparta al ser de cualquier salida.
El poeta lo intenta remediar, preguntando, en medio de unas concepciones objetivas del sistema, esas cuestiones que apuntan a la materia:  ¿qué sucede en el trayecto/ entre la carne y la superficie? // ¿Qué sucede en el trayecto/ entre el cuerpo y la imagen?// ¿qué sucede en el trayecto/ entre el número y la muerte? (págs. 62ss) Estas cuestiones son fundamentales sobre todo si tenemos en cuenta, no la primera parte de la pregunta sino la segunda y aquí, el segundo conceptosuperficie, imagen, muerte. En esta metafísica, el autor nos lleva al sinsentido del ser humano, consumista y solo, es posible que hoy se agoten los seres (pg. 63)- comenta, con esa ironía del desespero -esta vez referidos a las reses del matadero-, que después de sacrificadas, troceadas, preparadas (plastificadas) son parte del festín carnívoro. La ironía está en la metáfora que va de un lado a otro, de la sala de despiece a la vida cotidiana. Todo se arruga en lo igual. La segunda objetividad marca esto que apunto. En definitiva, no deja de ser un despiece personal lo que el poeta narra,  esa desolación de lo cotidiano -desde ir al baño. Curioso que esta es una verdad que se contiene en todos los seres (pg. 64). La objetividad continúa en ese esperar a que las cosas cedan. Y en este cotidiano de soledades y desesperos, de aburrida vivencia laboral, un deseo expreso, un testamento vital encabezado por una cita del costumbrismo de Luis Chamizoparadoja-. Me quiero morir en mi huerta. / Me quiero morir en Extremadura. / Me quiero morir con la tierra entre las manos. (pág. 66/ 67). Un poema que si no fuera por la gravedad de lo que dice resultaría esperpéntico y paradójico. De las diez estrofas las dos primeras y la sexta denotan esa forma nostálgica de mirar la propia tierra, las raíces [culturales/sociales].

En el final del libro, los versos o las notas reflexivas, nos conducen a la síntesis de la realidad identitaria del propio autor. Con el apellido, y no de forma baladí, el yo lirico nos sitúa irremisiblemente en el hecho indiscutible de la pertenencia; nos lleva a la memoria que está más allá del Cronos y nos empuja a ese instante oportuno del Kairós donde el tiempo deja de existir y el ser cobra relieve por lo que es.




lunes, 5 de noviembre de 2018

OTOÑO


Llegas despacio,
entre la hojarasca del dolor.
En las sombras,
te alimentas del silencio.

Estás en la frontera de mi piel,
ahí, donde las manos
guardan
el sabor líquido de tu caricia.

Ardes sin abrasarme.
Cómo sofocar
este incendio de la voz
que te nombra.

sábado, 3 de noviembre de 2018

CÓMO...


                                                                                  

                                                                               La tarde tiene esa  fragilidad que nos devuelve 
                                                                              a la mirada que no queremos

CÓMO esbozar un instante de vuelta al Paraíso. Hasta cuándo  permaneceré mudo mientras me roban las alas; cómo interrumpir el suicido de las formas. Por qué  estas coordenadas  de los días grises, estos adverbios del dolor, los versos que reniegan de la luz. Hasta cuándo. 

Cómo oponerse a este tiempo absurdo de divisiones y fronteras que escapan del albor; cómo gritar solidaridad cuando la sombra del egoísmo se ha instalado en nuestras casas, sin vuelta atrás. 

Cómo sofocar este momento de odios, suicidios y de luchas absurdas por el poder. Deseo  abrir mi habitáculo en esta tarde de otoño para reparar  la verdad y sobreponerme al vacío del desasosiego.

viernes, 2 de noviembre de 2018

FINAL O PRINCIPIO





Me asombro al mirarme
en tu lago herido: Tu cabeza
de tormenta, tu boca acristalada,
tus manos borrachas de caricias.

Pregonas el final,
un principio sin violines, el tránsito.
Brotar de la vida en otro surco.

Amanece, tu carne se despierta de luz.

TU IMAGEN






TU IMAGEN se ha vuelto blanca 
en mis manos,
todavía con el calor de las tuyas. 
El latido de tu sangre 
es un eco profundo que me abraza.
Y te abrazo.

Tus palabras,
las que siempre terminaban con un sí,
crecen en mi interior 
dando calor a mi alma.Y son rocío 
que me inunda 
y alimenta.

Siempre ahí, con tu gesto 
de acogida, con tu ternura,
me devuelves a la vida, 
al trabajo,
a sonreír, aunque muera 
de dolor con tu recuerdo.

Y en este morir, madre, 
te siento viva
en el mejor lugar 
que tu vida merece.
No has muerto 
solo te has marchado

des
     pa
         cio,
            
sin hacer ruido
.


miércoles, 31 de octubre de 2018

ESCAPO



ESCAPO entre las sombras callejeras, multiplico los sueños en el chapoteo del asfalto. Llueve . Rompo la monotonía del silencio al mirar este espacio que me devuelve el eco del agua.  Llueve. No deseo confundir el tiempo con la prisa ni la conciencia con el perdón, en la levedad de estos versos que reflejan el otoño. 


De Si el infierno soluciona la distancia, pagina 48

lunes, 29 de octubre de 2018

La verdad tiene su precio.


La imagen puede contener: cielo, nubes, crepúsculo, árbol, exterior, naturaleza y agua

ESCRIBO sensaciones, con la dificultad de saberme ante lo inevitable- soledad, miedo, muerte, vacío, incertidumbre; con la impronta del gesto cotidiano, a merced de ese juego del destino que pretende que el infierno del olvido solucione las distancias.

Encarar la verdad es el principio de un rechazo. Y me sacaron fuera por no mantener la farsa que soporta el edificio. Y pusieron “un ángel guardián controlando la entra da”. Decir la verdad tiene su precio.

Cuesta entender la vida más allá de aquella otra donde lo sagrado enmascaraba mentiras.

( De Si el infierno soluciona la distancia. en Rehacer el alba, p.35)

domingo, 28 de octubre de 2018

De la noche y sus tropiezos

                                                                                                
                                                                 

                                                                                                                       Mi único tema es lo que ya no está.
                                                                                               Sólo parezco hablar de lo perdido.

                                                                                                                               Jose Emilio Pacheco

                                                         

NO ME IMPORTA recordar lo que no está y se perdió en la  ácida nebulosa de los días.  Aquello que fue vital, ahora, envuelto en papeles de estraza. Cuánto empeño puse en aquello que creí era el soporte de mi vida, ahora sepultado y revestido por estos pensamientos en la noche. En esta liturgia nocturna, siento el pasado, no como una perdida sino como el ethos de lo que soy. Lo que no está, porque fue, está ahora en lo que vivo.

La noche, este espacio de lo posible, descorre (apocalypto) el velo de los espejos donde no me avergüenza mirar y perdonarme. Este momento de abrazos y de carne, de gestos imposibles, me hacen guardar silencio. Sí, el silencio de esta noctámbula me  enfrenta, sin pudor, a la locura del pasado; a la estupidez consentida; a lo irracional que frenó lo mejor; al instinto de la bondad que cambió el rumbo de mi vida. No me importa recordar lo que no está porque soy lo que fui.


El tiempo pasado, lleno de emociones que no buscaron el elogio, de risas en medio de lo precario, de generoso encuentro con ese rito de la amistad que perdura a pesar de la traición. Sí, lo pasado permanece como aquel Odiseo volviendo a Ítaca. No reniego ni de mis fallos, porque estos me hicieron crecer. Todo lo he ganado. Ahora, me siento vivir en el silencio de lo que fui en lo que soy.

viernes, 26 de octubre de 2018

La levedad del barro




LENTO se despierta el día. 
La luz besa las paredes, 
rompe la guadaña de las sombras. 
En este acoso de grises y perezas, 
los recuerdos se amontonan 
envueltos con sonidos callejeros.

El silencio de las manos esconde al verbo.

Las sonrisas no llegan y el verso 
golpea el vacío de mi vida. 
Todo se repite con la mecánica de la prisa. 
El secreto marca el conflicto de los cuerpos.

¡Hay tanta ausencia!

Libros desplegados; un punto rojo 
en los sábados de octubre; 
recordatorios de visitas; marcas 
en las hojas pares de un libro. 
Des-orden; un jardín inglés.

No hay dentro ni fuera.

La carne reclama 
el suicido de las formas, 
el comienzo de otra secuencia. 
Abandono el apresto falso 
de ir sin saber a dónde.








DUELE el parto de lo infinito 
en este límite ingrávido 
del alma.

La memoria juega a regresar a la nada.

El deseo retoma el color 
en la piel de la vida. 
Solo, en esta lucha. Solo 
con el anhelo de alcanzar el silencio 
de aquello que no se nombra.

Cómo parar esta inercia sin sentido.

( De Rehacer el alba, Vitruvio, Madrid. 2018, pág. 25 ss.)







lunes, 22 de octubre de 2018

Desaparezco.




Desaparezco en este espacio de luz 
donde te pienso...Negro, no es el vacío,
es la espera del color que abarca 
todos los colores.



domingo, 21 de octubre de 2018

Paradoja existencial.


El espacio del olor y el sonido, "el aquí" donde la mirada se dilata en el vacío de las formas...Esta era mi reflexión primera. Después ha venido la otra, cuando el sosiego, una vez en casa, ha entrado en acción y he vuelto a mirar las fotos. Al volverlas a ver, he pensado que este instante ha sido como estar en un punto de partida, iniciando la carrera después de haberla terminado.




La puesta de sol sobre el Guadiana me parece un "siempre comenzar". En realidad la luz no se va, aunque para mi termine, ésta permanece. Es el símil perfecto para pensar en la esperanza, como una luz que está en el punto opuesto de donde se perdió, pero está. Por otro lado, es la paradoja existencial más tremenda porque este mirar la tarde se convierte en reflejo de un morir y vivir en el instante, sin tiempo.



viernes, 12 de octubre de 2018

Presencias.



LA CLARIDAD respira bajo los toldos. Me asombra cómo los ruidos ceden su lugar a la calma, el ímpetu al sosiego. Jasón traza existencias en este intermedio del día. No hay naufragios sino restos de él. La tranquilidad de las formas se suspende en una espesa luminaria que lo envuelve todo. No hay miradas de horizontes, todo se contiene en mí, caja de Pandora, quemando las desganas del mediodía. En el aire, una especie de derrota que anula el sabor del deseo. Solo la luz salva el color de las cosas dejándolas existir sin adjetivos. Y en todo esto, siento que no me pertenezco y que nada está perdido.

A CLARIDADE respira sob os toldos. Espanta-me como os ruídos dão lugar à calma, o ímpeto ao sosego. Jason desenha as existências neste meio do dia. Não há naufrágios, mas restos dele. A tranquilidade das formas é suspensa em uma luminária grossa que envolve tudo. Não há olhares de horizontes, tudo está contido em mim, caixa de Pandora, queimando a relutância do meio-dia. No ar, uma espécie de derrota que anula o gosto do desejo. Apenas a luz salva a cor das coisas, permitindo que elas existam sem adjetivos. E em tudo isso, sinto que não me pertenço e que nada está perdido.



( De Trazando presencias. [Otras notas.]

lunes, 8 de octubre de 2018

SONIDOS EN EL TRASTERO




                        Bajo al cuarto de los trastos viejos.

He abierto la puerta del trastero.
Encuentro el olor del abandono,
fragmentos del recuerdo
embalados en cajas de cartón...

Cuánta indiferencia guardan estos muros.
Cuánto agridulce de tardes nubladas,
junto a los agobios de otras primaveras,
mezclados, sin misericordia,

con la prisa de las mañanas.


He cerrado la puerta  hasta sepultar el pasado
en la húmeda oscuridad del cuarto
de los trastos viejos.

En el último instante
quise atrapar
el sonido de la quimera. Pegué el oído
a la puerta. Sólo escuché el latido
del corazón sobre la plancha metálica

y el suave rumor de la bomba del agua.



REFLEXIÓN a propósito del poema

LAS ANTÍPODAS. NOTA 2


            Bajar al trastero es directamente proporcional al lugar donde habito. Las antípodas son el paralelo perfecto para recordar la redondez del equilibrio. Es como bajar a los lugares estrechos de la memoria en un acto de modestia que las ansias de vivir no siempre te permiten. Cuánto tiempo se tarda en reconocer que el cuerpo se hace nada en el descenso. Se deshace. Porque bajar supone abrir la puerta que no se quiere y la carne te reclama y el espíritu se rebela. Cuánto abandono se puede descubrir en ese punto interior, oscuro con el que no quiero toparme. No hay misericordia en estos encuentros. No es fácil abrir la puerta de este trastero que almacena la sombra de lo que soy. Qué rápido late el corazón cuando te acercas al punto cero. Porque la agonía de saberte es la angustia de morirte en cada espacio afirmado. 
                Y al bajar se abre la puerta con miedo, como esa que tenía aquel preso que olvidó el color  del  cielo. Cuántos trasteros esperando abrirse, cuántos por cerrar. Los sonidos se acumulan en una extraña sinfonía. Sonidos del tiempo, de todas las tardes que tienen nombre y se esconden y se confunde con el motor del agua, o con los perros callejeros. Bajar no es una aventura es el movimiento de los graves que buscan su centro, el punto negro, que después se olvida. Porque las tardes tienen ese sentido pasajero que terminan por dejar tu perfume prendido en el revés de las manos. 
                   Bajar a este o a cualquier trastero con la lentitud líquida de los minutos que permita el cálculo exacto de las distancias que median entre los ojos y los dedos, entre la palabra y la cara oculta de la luna.



jueves, 4 de octubre de 2018

sombras.






De vez en cuando, descubro señales en las sombras.
Un mínimo de luz, capaz de desvelar el punto de misterio.
Señales que me hablan de ti,de las mentiras del tiempo,
de la inquietud abortada, de los deseos, de la ilusión,
de los cansancios, del perdón. Te busco.
Cuando creo descubrirte
desapareces en las sombras. Y te sueño
en el leve resplandor de este instante.

LA BÚSQUEDA

La imagen puede contener: cielo, nubes, exterior y naturaleza

LA BÚSQUEDA es un encuentro en el vacío.
Hay tanta desdicha en el camino. 
Tengo miedo a rozar el hartazgo del vencido; 
temor a los que venden sus manos
a cambio de una caricia. 
Desconfío de los mansos 
y sus protestas. Alzan la voz. 
La injusticia continúa.

                           Duele la miseria.


Cuando la vida huye de lo simple 
y baña el ánimo de miedo, 
todo se vuelve extraño al ser. 
Las voces resultan ajenas.

                           Duele el coraje al ritmo de cada otoño .

No quiero esconder bajo al barro 
la gravedad de los sueños. Quiero vivir 
sin forzar los silencios,  dejar a la palabra 
su razón y a los impulsos, su momento.

                            Duele la carne en este naufragio de vivos.

En el espacio breve de los días, cansa responder 
al eco de los muros, a los discursos de siempre, 
a la lucha inútil de ser perfecto, al ego sin mácula,
a la estupidez del orgullo, a la soberbia de saber.

                             Duele este ser de alas rotas. Duele amar.


ES DIFÍCIL mantener el rumbo
cuando los ojos se abren
a la inquietud sin adjetivos
y a la súplica, sin máscaras.

(Movimiento de lo absurdo. p. 55/56)

martes, 2 de octubre de 2018

Todo fluye




















Todo fluye en medio de esta  confusión de las horas / mientras  la vida deambula  en ese horizonte donde aflora, leve, la agilidad de  los días. Todo se vuelve  lucha de contrarios/ en corriente  suave e  impetuosa a un tiempo. Todo fluye en esta gravedad transparente y desnuda / de la vida, donde primero fue el agua.

 ( En Todo fluye (I) pg. 21)

lunes, 1 de octubre de 2018

Tu memoria sigue viva en mí.





NO SÉ cuántos días, años, han pasado desde la última vez que cogí tu mano, madre. No sé cuánto tiempo hace que te miraba, mientras dormías, en aquella habitación, la 112 del hospital. Sé lo que te dije mientras acariciaba tu mano. Recé contigo, como a ti te gustaba rezar. Por un momento, sentí volver a mi manera de ser creyente. No pronuncié palabra tan solo repetía de memoria la oración de siempre.
Te pedí perdón, por las palabras que nunca te dije y por todos los abrazos que no te di. Sé que me perdonaste, como otras veces hiciste. Para ti, todo lo que hacía estaba bien hecho, nunca una pregunta, ni por curiosidad. Siempre había una disculpa, un estar por encima de los enfrentamientos.  

Mamá, el gesto de rozar tus mano me hizo recordar las veces que ellas me cuidaron cuando lo necesité, eran las mismas manos que zurcieron mi ropa. En esos momentos, mientras acariciaba tu piel surcada de heridas, repasé todos los síes y los “está bueno” que me decías. 

Cuanto amor en tu manera de ser. Siempre en un segundo plano, coqueta y con tus abalorios, pero sin destacar. Tardará mucho tiempo para que se me borre la impresión de  esos últimos momentos, a tu lado. Intuía que eran los de una irremediable adiós. Ya no había vuelta atrás. 

Gracias madre por enseñarme el lado positivo de la vida. Tu memoria sigue viva en mí, haciéndome mejor.

MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto