Las entrañas del mundo se desgarran
con un grito agridulce que duele la mirada
bajo un cielo sordo con nubes de acero
que aplastan la raíz del ser. Cuánta rabia
en la memoria de estas mujeres de Gaza
que levantan las manos, palmeras
en el desierto, cansadas de acariciar la carne
del martirio.
Cuánto dolor que acalla canciones
de cuna y reclama un beso
al amanecer.
Mujeres, ¿quién pintará
vuestros ojos? ¿ quién os arropará
con dulces palabras?
1 comentario:
El dolor siempre ha tenido sonido, Tino.
Un abrazo
MArian
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