A los niños, a los atormentados niños de Palestina.
"Aplastan a tu pueblo, Señor,
oprimen su heredad.
Asesinan a la viuda y al emigrante,
matan al huérfano."
(Salmo 94 (93))
Tienen ojos, soledad y ojos,
los de la muerte en un segundo.
Un largo tiempo para ver
como se rompe la vida
en el infierno absurdo
de la nada.Gritar no sirve.
Ojos, estos niños tienen ojos
que niegan la compasión huida
sin alas, entre el terror
y la vergüenza. Ojos
afirmando el odio en el rostro
de la carne dolorida.
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