Destinado a comunicar todos esos momentos que son espacios donde la palabra se convierte en el refugio cierto, en luz capaz de abrir caminos.
martes, 28 de julio de 2009
A orillas del Mondego
Hace días que no escribo y la culpa la tienen los exámenes que tengo que sufrir después de terminar las clases de este curso de verano. Esto es un requisito fundamental que asumo con gusto ya que me pone delante de la síntesis de los temas aprendidos. Ayer tuve los de Literatura del siglo XX .No me resultaron complicados posiblemente porque tengo pasión por los autores que se tocaron en el aula: Pessoa, Miguel Torga y Virgilio Ferreira. Cómo he apreciado los cuentos de Miguel Torga y, por supuesto, los de Virgilio Ferreira. Un lujo que tengo que asimilar poco a poco.
Hoy tuve los de Lengua portuguesa y los de Composición y conversación. Una gozada este juego “endemoniado” de los idiomas que te hacen salir de tus ejes maternos y abrir las ventanas del vecino como si éstas fueran las tuyas propias.
Me da pena que esto se termine pero lo bueno es así.
Mañana tengo el examen de Historia de Portugal, interesante comprobar como los primos hermanos lucharon entre sí y no digamos las guerras mantenidas entre hijos y padres. Así son las cosas y en parte Portugal es gracias a ese romper las reglas impuestas, quiero decir que este país lo es porque un día Afonso Henriques se opuso a su madre, a Dona Teresa.., y así el resto de acontecimientos en un largo etcéteras de rompimiento de cosas para reconstruir después. Creo que si tuviera que hacerme portugués me haría, eso sí sin perder la nacionalidad española y todo porque cada vez que abro un libro, no importa de qué tema me entusiasma, no así me pasó con Bélgica donde viví largos años. A veces pienso si no serán mis raíces galaicas las que me trazan esto deseos...
Bueno, corto la perorata que me da sueño y quiero antes tomar una ducha. ¡Ah! Una de las cosas que más me ha alegrado hoy es la llamada de mi amigo Jose María Cumbrenho cuando estaba en esos menesteres de estudiar la historia portuguesa a orillas del Montego. José María es de esas personas que tienes la suerte de topar con ellas y de quien, sin querer, aprendes humanidad: Es mi amigo algo así como cuando sales a ver el paisaje y no necesitas que te digan nada de su belleza. Agradezco a la vida haberme puesto delante de personas como José maría de que me precio ser amigo.
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2 comentarios:
Sorte nos exames!
Me alegra verte tan feliz, Tino.
Te deseo mucha suerte, aunque después de ver el apasionamiento que has puesto en este curso, los exámenes van a ser pan comido.
Un abrazo
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