Flores, sonrisas, palabras
y el gesto amante
de mirarme a los ojos.
Juego mañanero que abre la puerta
del aire y descubre que la tierra
grita redondez.
No hay milagros, sólo gestos
incapaces de apagar la luz,
que se desvela en la rosa
y envuelve al rocío, espacio
de locos abrazados que buscan
el mar
mientras se deshace el desierto.
Camino rozando el revés
de las gaviotas, camino
con el vértigo de la luz
hasta romper el horizonte.
2 comentarios:
te leo
y qué fácil parece escribir
con qué suavidad se lee...
(y cómo me cuesta a mi!)
la primera estrofa es todo optimismo y luz
un abrazo
que va Antonio, para tí como para todos los que nos atrevemso a tirarnos al río de las letras es complicado escribir. La complicación está en el parto, en ese evitar que lo que escribes sea una parida. Por eso hace falta volver al poema muchas veces y al final olvidarte de él y retomarlo con cierta distancia en el tiempo...después vienen las tijeras de Juan Ramón Jimenez o de Eugenio de Andrade ( dos poetas-del purismo) y todo tiende a la poesía pura...es decir a la s plabras que tienen que estar y no más. Un abrazo amigo. Gracias.
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