lunes, 22 de junio de 2009

Solo sé que me besas



A todos los que, como mi padre,
sufren de Parquinson.




No sé si la carne o el espíritu
están preparados para acoger
este corrillo de manos
con ganas de curar. No sé
si al creador se le olvidó
el soporte de la vida
dejándola a su suerte.
No sé si escucha cuando atiende
o se olvida de entender porque
no oye. No sé si las sábanas
amortajan o embozan esta fragilidad
del campo de batalla.

Solo sé que me besas
encendiendo un instante
la luz de tus ojos. Después
sigues con tu lucha ajena
al creador.



4 comentarios:

febade dijo...

Gracias por tus poemas. Precioso.

faustino lobato dijo...

Gracias Febade, gracias. Un abrazote amigo. Tino

Lunhe dijo...

Muy emotivo.

Ana Clavero dijo...

Es una enfermedad atroz. Yo la estoy viviendo en un familiar de mi misma edad y, qué quieres que te diga, hasta me siento afortunada de ser una enferma de cáncer y no de parkinson.

Siento venir tan poquito, Tino, pero el tiempo no me da para más.

Espero que disfrutes en esa hermosa ciudad portuguesa.

Un abrazo.

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto