lunes, 9 de junio de 2008

ERA DE ESOS DÍAS...


A mi mujer, que quiso compartir el cotidiano.



Era de esos días que apetece
abrazar las avenidas, sentir
el ruido a distancia y mecer
los adoquines de la calle. Era,
sencillamente, de esos días
que sientes las páginas del libro
como puertas de una casa encantada,
cada una con su llave y los versos
del poema, la salida feliz
de un laberinto. Era de esos días,
cuando la brisa da una tregua
al calor del verano y todo parece
una inspiración. Era jueves
cuando descubrí que tenía
tu perfume pegado a la camisa.

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