Mujer fractal, este es el título del reciente poemario de
Maribel Tena García, publicado por la
editorial Origami. Un sorprendente poemario, de esos que tienes que releer porque siempre hay unos versos que dejan puertas abiertas, sugieren.
En este libro de poemas, dice la nota editorial, Maribel ha generado una imagen potente que articula un libro: la mujer como aquella cuya estructura, irregular, fracturada, fragmentada, se repite a diferentes escalas. Y es cierto, el metarrelato que nuestra escritora nos presenta salpica de notas que, sin pretenderlo, van dando tono a un paisaje donde el amor-amante se vuelve protagonista en ese saberse, como lo expresa con unos versos del primer poema del libro,Tacto:
...me empieza a nacer alas
por cada vértebra que en la espalda inaugura
tu mano preñada de manos.
Sensuales versos que dan noticia de la ausencia y de un vivir el amor en lontananza, cuando L´Aquila queda lejos del amado, y suena este imperativo que termina preguntando, con desasosiego, sin abortar las esperanzas:
IV
Dime:
Si este balbuceo ardiente,
mi danza ancestral en círculos
en torno a la hoguera de la lengua,
si esta cúpula de la garganta no nos acercara .
¿Cómo explico la música entre el trigo alto,
el tiempo que se deshilacha penélopemente,
el hojaldre de lo nunca dicho?
Mujer fractal, es un poemario que deja mil estelas, las de una vivencia poética que, como dice el prólogo de
Mari Ángeles Pérez, se propone en términos de metonímicos, aquellos por los que una parte nombra el todo.