A mediados de agosto recibía una carta de María Blázquez, gran escritora y
mejor amiga. En la carta, que transcribo
en su totalidad, me expresa su opinión sobre el reciente poemario El
nombre secreto del agua, editado por Vitruvio.
Agradezco estas palabras que, viniendo de alguien tan exigente como María, hacen
que siga en este empeño de ordenar vocablos y formar versos.
Quiero compartir estas palabras en este espacio de HABITÁCULOS donde, de
vez en cuando, dejo aquello que pueda interesar y, sobre todo, ayudar.
No sé cuántos lectores ha leído el poemario, pienso que muchos; pues bien, si
alguno quiere compartir su opinión sobre él agradecido de recibirlo.
Querido Tino, ya he
leído “El nombre secreto del agua”.
No sé cuál será su nombre, pero el color de tu libro es el verde; verde y
transparente en todas sus hojas, sus poemas, en cada verso, o verde o
transparente.
Me ha gustado, he terminado de leerlo agradecida por la
sensación de paz que me iban regalando los versos y esa forma en la que los
has escrito. La estructura me ha encantado, girando en torno a esa maravillosa
cita de Heráclito. Se distingue perfectamente el alma de cada parte: Todo fluye/ todo cambia/ nada permanece. Quizá
sea la primera parte la que más me ha
gustado, supongo que por el sosiego que me ha transmitido.
Dentro de guardar tu
esencia tan espiritual, me ha mostrado una
poesía cercana, un yo poético sereno, maduro, que contempla la vida (ese
agua, esos ríos...) desde esa paz de la que te hablaba antes. El lector lo
agradece, pues le haces partícipe de ella.
He subrayado numerosos
versos que me han resultado especialmente evocadores, te pongo algún ejemplo:
“Nunca tuve tan cerca los muros de esta casa
de mi cuerpo (...) Nunca, como ahora,
me fue tan tierna el agua.”
“Inmensa, esta serenidad que mana.”
“...este vértigo de la luz que viste las formas de mi ser/”
“Espero, siempre espero,
en el quicio de lo posible...”
Es difícil transmitir
todo por este medio, lo mejor es el bis a bis, pero, como es complicado, no
quería dejar de expresarte, al menos de esta forma, mis sensaciones tras la
lectura de tu poemario.
Enhorabuena, amigo mío. Disfruta de tu obra, de la ternura del agua
y de su serenidad.
Un abrazo fuerte.