viernes, 23 de noviembre de 2018

TE ENCUENTRO


TE ENCUENTRO ahí, donde no te soñaba,
en el dolor de las nubes
que respiran
el solemne verso
de la mañana.
Me abrazas,
con el frágil escalofrío de la brisa
para luego irte
con ese rastro de sonidos
que señala
la lluvia que no cesa.
Vuelvo al anonimato
entre las formas
de este lugar
que refleja las ganas
de seguir.
Los espacios deletrean tu nombre,
con él todos los contratiempos
y alegrías,
las ausencias y las miradas,
las ofensas y bendiciones,
las heridas del maltrato
y la certeza
de no saber
absolutamente
nada.

martes, 20 de noviembre de 2018

Este olor a soledad




ESTE ácido olor a soledad 
que quiebra la mañana, este olor a secretos,
a silencios,
que vive 
en las entrañas del misterio.

Esta emoción de verte
fundida en los versos
de este largo poema,
habitáculo inmenso
que me desborda. 

lunes, 19 de noviembre de 2018

EL NOMBRE SECRETO DEL AGUA, de Faustino Lobato Delgado

Una reseña de Santiago Méndez. Tomada de facbook

             El agua tiene un nombre y es tarea del poeta descubrirlo. Así podría resumirse el título que engloba el libro de Faustino Lobato. Pero en esa definición, que no búsqueda, el lector se deja transportar por el fluido. Y lo desea, porque el agua hace volar sobre la corteza del miedo, "se convierte una oración". El agua y su fluir describe con fuerza la pregunta de lo inconfesable.
                Verbo y Paraíso. El agua, la identifica el poeta con el verbo, la palabra benéfica y sanadora, las palabras "quieren describir el cauce del agua/en está inmensidad de la Tierra". En el ansia de infinidad y la descripción del fluir continuo aparece el "", como pregunta, porque aún no está y la pregunta se ha convertido en río.

             Es en ese momento cuando aparecen las sombras, ya no es agua que fluye limpiamente sino cauce en el que crece el espejo oscuro de los juncos y y el viento naufraga por los rincones del limo. No es lineal la poesía de Faustino Lobato. Destila vida, miedo, oscuridad, dudas y el poeta se refugia entonces " en el silencio...guardando la melancolía de las horas".

               En la segunda parte del libro, el fluir deviene cambio, transformación. Todo fluye y todo cambia. El agua sigue su curso, pero ante la derrota previsible de que no alcance el infinito al que poeta aspira, éste se fija en el viento, en el aire, en la brisa de los abrazos para resistir al infierno. Y baja el libro a la carne, a la "sangre del poema", al incomprensible vértigo del sexo "que arranca trozos de cielo" frenando el sabor amargo de la vida.

           Las rocas de río, los elementos, la naturaleza en suma, transitada en poesía, identificada con el texto mismo - una piedra es verso o viceversa-, aligera el dolor. Es un libro tremendamente humano.Y contemporáneo. Conecta o, más bien, se inserta en una gran corriente estética y espiritual que reacciona frente a la dualidad del ser, desgajado por un sistema de vida de anhelos y frustraciones.

               Las palabras vienen en ayuda del poeta que se sabe frágil y, tras constatar que todo fluye,y mejor que así sea, percibe las cadenas de lo prohibido, de las limitaciones y de la sabiduría aún no hallada. Por eso, en esa aventura a la que invita al lector, nos encontramos de pronto en la necesaria transformación: " la caja de los sueños" no se impone al "mensaje de las sombras". Desde la orilla del agua, el poeta constata, como Camus, la indiferencia del universo: "La indiferencia cubre la gravedad de las raíces". Se impone, pues, el combate para no caer en un existencialismo estéril, la lucha de los elementos ante la mirada del poeta "En medio de este sentimiento del agua, surge la lucha de la Tierra y el fuego, un combate que re e en los límites del alma". Una lucha de contrarios que el poeta no esperaba en medio de sus versos.

              Faustino Lobato podría haber tomado el camino fácil, con "happy end" de película americana y concluir el libro por donde lo empezó, cantando al fluir del agua, al río que todo lo cura, incluso la herida del sexo. Pero esa primera parte quedó en una proclamación. Constata con el canto al agua y las citas de Houellebecq y Heráclito que todo se mueve hacia un paraíso que puede estar en el otro, en el ser amado o, como se invita a creer constantemente en el interior de uno mismo. Sin embargo, la lectura confronta cada vez más con la duda del camino que hay que seguir sin romper un invierno acogedor. "Camino por la herida de las sombras, un pulso con la soledad que me acerca a la muerte". Preguntas cuyas respuestas han de encontrarse mediante la transformación "bajo esta realidad que se resiste a morir". El cambio es duro y ha de sufrida su proceso en soledad "En esta soledad del cambio beso la angustia de las pérdidas, la sonrisa de todos los encuentros". Esa necesidad de desprenderse de la camisa vieja, como las serpientes, se topa con la fragilidad del cuerpo, hecho ya agua, consciente de que ha de navegar en ella. Asistimos a ese proceso que se nos muestra sin rubor, la duda ante la redención evidente: " Por qué no declara el sustantivo del amor que nos sorprende". Tanta es la duda, que, inopinadamente, pasa del "yo" al "nosotros", apoyándose en el lector universal para resistir ese proceso.

           El poemario viene resumido en estos versos, de una conexión tan actual con la búsqueda del propio ser en medio de la alienación promovida por el consumo, la desigualdad y la impotencia del afán constante por poseer cosas: "Nada permanece porque la vida, como el agua/tiene ese tono de remanso/semejante al amor que renace(...).Nada permanece todo es sueño, /movimiento, huella de misericordia/ en la orilla de lo posible".

miércoles, 14 de noviembre de 2018

La piel de un poema

Imagen relacionada


He perdido la cuenta de las horas,
mientras los sueños sellan
el recuerdo de otros versos. 

La piel de un poema reclama
el canto de los gritos
agolpados en las manos.

La forma de tu voz se pierde
en el barullo de la calle,
dejándome la huella del sonido
con ese olor a soledad
que dibuja desiertos.

Después, por los rincones,
llega el delirio de las musas.
Me seducen y detienen el tiempo
con la sorpresa del poema.

martes, 13 de noviembre de 2018

PODRÍAS gritar




PODRÍAS gritar que el amor es un sueño,
que el corazón no late,
adelantando la muerte. No,
no lo harás,
deseas vivir en esta  presencia
que arde en el viento de tus manos.

Vuelves a la tormenta
de vuestro lecho, al olor de su sombra,
a saborear el amor primero.
Descubres como  su risa
se prolonga en tus entrañas,
en el amargo río de tus desasosiegos.

Te perdona,
le perdonas aquel ingrato gesto,
aquella maniobra de metal
que le hizo perder la memoria
y arrastró tu inocencia
a las puertas del infierno.

lunes, 12 de noviembre de 2018

CÓMO descubrirte





CÓMO descubrirte cada día, cada instante, 
si me olvido de tus gestos, aquellos
que atravesaron la cordillera de mis sueños
haciendo realidad el deseo.

Cómo encontrar tu huella en mis pasos, en la mañana, 
si no me acuerdo de tus palabras,
las que me devolvieron a la vida en el trance de desierto,
en ese instante, casi eterno, de soledad.

Cómo hallarte presente
en la imagen de todos los rostros
si escondo tu sonrisa
en el fondo del alma.

Cómo  vivir en el espejo de tu recuerdo
sin disfrazar los gestos,
las palabras, tu sonrisa
con otra realidad que no es la tuya.

viernes, 9 de noviembre de 2018

LIBERALISMO POLÍTICO. FRANCISCO CHAMORRO




A Francisco Chamorro lo conocí una tarde tomando café  en Badajoz. Un amigo común propicio el encuentro. Desde ese día me alegro de haberle conocido. Pero tengo que decir que me alegra mucho todo lo bueno que le ocurra, como es el hecho de esta obra donde hay una explosión poética de denuncia más allá del lirismo al uso. Un primer libro, muy potente, que parece ser la punta de iceberg de todo lo que está por publicar.

He leído y releído el libro Liberalismo político, publicado por Jesús Munarriz, Hiperión, de Francisco Chamorro. Lo he leído tanta veces que he  conseguido aprenderme algunos versos  de memoria. Esta obra llama la atención por su estructura o mejor dicho por un contenido poético vertido sobre el esquema de tres conferencias de John Rawls. Chamorro aprovecha hasta el prólogo donde el filósofo habla de  las conferencias, de lo que en realidad supone  la publicación de Liberalismo político (también el título es de Rawls). En el fondo, el poeta juega a introducir un contenido poético en un esquema profundamente filosófico/político. A decir verdad, el contenido poético no le resta ni un ápice a la filosofía social de Rawls. Nuestro poeta subrayará la forma de sociedad en la que vivimos hasta aburrirnos de hastío, donde lo que parece libertad es simple esclavitud de trabajo y de consumo.

En la primera conferencia y siguiendo el esquemas de la misma, nuestro poeta traslada el pensar y el sentir hasta los rincones mínimos de lo cotidiano. En qué piensas mientras trabajas,…/ cuando sales del polígono…/en el camino a casa…/ comiendo. Qué sientes [mientras trabajas en el matadero]. Esta es una forma extraordinaria de romper el lirismo poético para recobrarlo en el sentimiento de abandono del sujeto,  el yo literario, mientras reflexiona desde un  contexto precario de obrero [de la industria cárnica]. El trabajo se deja el  misterio de este personaje  mientras bebe whisky en el bar, y piensa en esas chicas “que te abandonaron” para terminar diciendo que “no son nadie”, “tú tampoco eres nadie”. Un sujeto desesperado, bebedor, que mata el tiempo [libre] en el bar. Y así, en esta reflexión de no aparente lirismo el poeta introduce al lector en un mundo de vaciedades y repeticiones,  donde la emoción, a pesar del desespero,  es primordial, “me emociono por todo-dice.

Francisco Chamorro comenta  las incidencias de un personaje que, lejos de ser ficticio, es él mismo. Desde las primeras páginas adivinas que el libro es autobiográfico. La página 21 lo hace patente. Y así, empleando la tercera persona evita  hablar de sí mismo. Así, dice: Le llamaban el lechero a finales  de los noventa en el C.P. Arias Montano (Fregenal de la Sierra. Badajoz)…Lechero fue su abuelo yen cierto tiempo su padre…Este el lechero,…es el enviado de la naturaleza , el sudor y la frente, la tierra y la zarza. En estos versos, en estas líneas del libro el lirismo implícito salta en la emoción de la identidad.  El extremo de lo autobiográfico llega en las páginas siguientes cuando escribe su D.N.I., el número de un sujeto vivo. Y así, con una anáfora existencial, casi bíblica, señala: Soy yo, cariño/ soy yo, no me recuerdas, verdad. / Soy yo, amor. / Soy el gran edificio desde el que se ven/ las grandes construcciones sentimentales./ Soy la referencia de los viajeros. // Te lo juro no desaparezco.

El poeta, a partir de estas páginas, va dejando un rastro de ironía, casi cínica (en el sentido más desvergonzado de la palabra) Soy un hombre bueno y quiero viajar gratis/debería bastar./ Soy un hombre pobre y quiero viajar gratis,/ debería bastar.

Y en esta perspectiva de la identidad y del abandono, esboza un poema esencialmente anafórico con la expresión poeta trabaja depara terminar con un verso de toque lírico, Las palabras están hechas de hambre. Magnífico. Mejor no se puede expresar el hecho de escribir o la soledad angustiosa del escritor.
Así, en un esquema de filosofía socio-política nuestro autor comenta que todo es político. / Whisky con agua/ Y quien soporta la claridad a estas horas, el bebercio, la política/ y quien soporta la claridad a todas horas, qué han hecho conmigo,/ porque duele todo.

En medio de este contexto, de intima reflexión desesperada sobre sí mismo, el yo dirige  la mirada hacia los viajes, esos en los que gastamos- comenta-todo el dinero que ganamos escribiendo libros/ detrás de las barras de los bares, en las oficinas,/en las grúas, en los puertos y aeropuertos/ … El sujeto descrito es un personaje engullido por el consumo en medio de rutina y vacío.

En la segunda parte del libro, según el esquema de Rawls, la segunda conferencia, Francisco Chamorro le hace decir al personaje que es un hombre libre. Este sentimiento es en sí una actitud crítica con todo lo que le rodea.  (Ver página 33) Los versos, Me siento libre, liviano. / Soy un hombre más libre. Se intercalan como expresión anafórica, como un eco en las expresiones mismas de Rawl: La libertad, sin precedentes que nuestra sociedad ofrece a sus miembros  ha llegado acompañada de una impotencia también sin precedente. Este poema contrasta con el siguiente donde el yo lírico sitúa al lector, además de la identidad del autor (yo literario) en la cara opuesta del ser libre en la del proletariado que no es dueño de su propia historia: Soy un animal de fábrica, (pg. 35) dice el poeta.

Libertad y opresión calculada, ahora, en paralelo con la realidad consumista e inútil en la que el poeta dice que hizo La forma de las cosas, su alma, su sentido; y con ello la terrible  soledad , quién sabe-dice-del porqué estamos solos, abandonados, / si hay aplicaciones geniales, esplendidas y de gran alcance. (Páginas 39-43).

Los textos que siguen tienen ese desgarro propio de aquel que, siendo un “habitante de lo rural”, y a pesar de la mecánica de un trabajo precario, la ciudad le parece una “jaula” donde los deseos se multiplican, la inversión del síndrome del caballo de Troya ( Ver poema de la página, 66) Nuestro poeta, en un intento de poetizar la plena autonomía, apunta al registro íntimo de la familia, a ese lugar estático de lo social para dejar una petición esta de la inmortalidad…hasta consumir el infinito (pg. 46). Vuelve con estas expresiones a marcar el sentido lírico dentro del despojo de lirismo que hace en sus textos.  Que hago aquí, whisky en mano, mayo, en cualquier pueblo de Extremadura te preguntarás.

En las últimas páginas de este apartado nuestro autor marca la soledad con una expresión frustrante, le falta la partícula condicional [si] para denotarlo, Soy el poeta del dialogo. / Me gustaría que hablasen conmigo. Terrible que en esta página 50 el autor del libro deje su tarjeta de visitas. Lo admirable de todo es la ironía de la frase final “escribidme a…pero sin falas de ortografía/eso no por favor/ os lo pido desde el corazón (pag. 50)

La tercera parte, según el texto de Rawl, la III Conferencia, Constructivismo político, se abre con ese lirismo deconstruido: Aprendí a soñar mientras dormía en las aerolíneas de bajo coste. Más adelante dice, no sé si puedo escapar de las estructuras, de lo que es/ y de mi capacidad para reconocerme en sus palabras. / Pero quién sabe de las noches que me declaré líquido/ en fiestas y jolgorios sin saber que no tener forma es estar/condenado a cualquiera. ( pag. 55). Los verbos aprender/ soñar/ reconocer/declarar/ estarmarcan en estas expresiones un non amarum contemplatione rerum una contemplación amarga del ser. Esta contemplatio entis no admite la luz porque ésta estropea la materia (pg 58). Tremendo estado que aparta al ser de cualquier salida.
El poeta lo intenta remediar, preguntando, en medio de unas concepciones objetivas del sistema, esas cuestiones que apuntan a la materia:  ¿qué sucede en el trayecto/ entre la carne y la superficie? // ¿Qué sucede en el trayecto/ entre el cuerpo y la imagen?// ¿qué sucede en el trayecto/ entre el número y la muerte? (págs. 62ss) Estas cuestiones son fundamentales sobre todo si tenemos en cuenta, no la primera parte de la pregunta sino la segunda y aquí, el segundo conceptosuperficie, imagen, muerte. En esta metafísica, el autor nos lleva al sinsentido del ser humano, consumista y solo, es posible que hoy se agoten los seres (pg. 63)- comenta, con esa ironía del desespero -esta vez referidos a las reses del matadero-, que después de sacrificadas, troceadas, preparadas (plastificadas) son parte del festín carnívoro. La ironía está en la metáfora que va de un lado a otro, de la sala de despiece a la vida cotidiana. Todo se arruga en lo igual. La segunda objetividad marca esto que apunto. En definitiva, no deja de ser un despiece personal lo que el poeta narra,  esa desolación de lo cotidiano -desde ir al baño. Curioso que esta es una verdad que se contiene en todos los seres (pg. 64). La objetividad continúa en ese esperar a que las cosas cedan. Y en este cotidiano de soledades y desesperos, de aburrida vivencia laboral, un deseo expreso, un testamento vital encabezado por una cita del costumbrismo de Luis Chamizoparadoja-. Me quiero morir en mi huerta. / Me quiero morir en Extremadura. / Me quiero morir con la tierra entre las manos. (pág. 66/ 67). Un poema que si no fuera por la gravedad de lo que dice resultaría esperpéntico y paradójico. De las diez estrofas las dos primeras y la sexta denotan esa forma nostálgica de mirar la propia tierra, las raíces [culturales/sociales].

En el final del libro, los versos o las notas reflexivas, nos conducen a la síntesis de la realidad identitaria del propio autor. Con el apellido, y no de forma baladí, el yo lirico nos sitúa irremisiblemente en el hecho indiscutible de la pertenencia; nos lleva a la memoria que está más allá del Cronos y nos empuja a ese instante oportuno del Kairós donde el tiempo deja de existir y el ser cobra relieve por lo que es.




lunes, 5 de noviembre de 2018

OTOÑO


Llegas despacio,
entre la hojarasca del dolor.
En las sombras,
te alimentas del silencio.

Estás en la frontera de mi piel,
ahí, donde las manos
guardan
el sabor líquido de tu caricia.

Ardes sin abrasarme.
Cómo sofocar
este incendio de la voz
que te nombra.

sábado, 3 de noviembre de 2018

CÓMO...


                                                                                  

                                                                               La tarde tiene esa  fragilidad que nos devuelve 
                                                                              a la mirada que no queremos

CÓMO esbozar un instante de vuelta al Paraíso. Hasta cuándo  permaneceré mudo mientras me roban las alas; cómo interrumpir el suicido de las formas. Por qué  estas coordenadas  de los días grises, estos adverbios del dolor, los versos que reniegan de la luz. Hasta cuándo. 

Cómo oponerse a este tiempo absurdo de divisiones y fronteras que escapan del albor; cómo gritar solidaridad cuando la sombra del egoísmo se ha instalado en nuestras casas, sin vuelta atrás. 

Cómo sofocar este momento de odios, suicidios y de luchas absurdas por el poder. Deseo  abrir mi habitáculo en esta tarde de otoño para reparar  la verdad y sobreponerme al vacío del desasosiego.

viernes, 2 de noviembre de 2018

FINAL O PRINCIPIO





Me asombro al mirarme
en tu lago herido: Tu cabeza
de tormenta, tu boca acristalada,
tus manos borrachas de caricias.

Pregonas el final,
un principio sin violines, el tránsito.
Brotar de la vida en otro surco.

Amanece, tu carne se despierta de luz.

TU IMAGEN






TU IMAGEN se ha vuelto blanca 
en mis manos,
todavía con el calor de las tuyas. 
El latido de tu sangre 
es un eco profundo que me abraza.
Y te abrazo.

Tus palabras,
las que siempre terminaban con un sí,
crecen en mi interior 
dando calor a mi alma.Y son rocío 
que me inunda 
y alimenta.

Siempre ahí, con tu gesto 
de acogida, con tu ternura,
me devuelves a la vida, 
al trabajo,
a sonreír, aunque muera 
de dolor con tu recuerdo.

Y en este morir, madre, 
te siento viva
en el mejor lugar 
que tu vida merece.
No has muerto 
solo te has marchado

des
     pa
         cio,
            
sin hacer ruido
.


MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto