La tarde tiene esa fragilidad que nos devuelve
a la mirada que no queremos
a la mirada que no queremos
CÓMO esbozar un instante
de vuelta al Paraíso. Hasta cuándo
permaneceré mudo mientras me roban las alas; cómo interrumpir el suicido
de las formas. Por qué estas coordenadas de los días grises, estos adverbios del
dolor, los versos que reniegan de la luz. Hasta cuándo.
Cómo oponerse a este
tiempo absurdo de divisiones y fronteras que escapan del albor; cómo gritar
solidaridad cuando la sombra del egoísmo se ha instalado en nuestras casas, sin
vuelta atrás.
Cómo sofocar este momento de odios, suicidios y de luchas
absurdas por el poder. Deseo abrir mi
habitáculo en esta tarde de otoño para reparar
la verdad y sobreponerme al vacío del desasosiego.
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