Rodrigo nunca recordará las veces,
que por las noches, nos hemos levantado a arroparlo. Aunque, a decir verdad, sí tendrá el sentimiento de haber sido
querido. Crecerá, esto sí, con la sensación de saberse entre quienes le apoyan. Cuando le lleguen los crudos inviernos, las circunstancias dolorosas,
mantendrá la sensación de saber que -por muy duras que sean las circunstancias-
siempre habrá quien le arrope y le anime
a seguir apreciando la vida. Y lo más importante, sabrá que alguien le ayudó a
protegerse. Aprenderá a volar y a estar solo y a encontrar ese lugar misterioso
que habita en el centro de sí y que le hará un ser único en medio de otros,
distinto entre los iguales. Respetará, eso deseo, que con los otros no merece
la pena establecer diferencias absurdas. De esta forma habrá aprendido a
arroparse por sí mismo. Rodrigo vivirá lo que su madre y yo no vivamos. Tendrá
todo su derecho, será libre. Eso deseo. Nunca recordará las veces que nos hemos desvelado por él.
Destinado a comunicar todos esos momentos que son espacios donde la palabra se convierte en el refugio cierto, en luz capaz de abrir caminos.
martes, 31 de marzo de 2015
lunes, 30 de marzo de 2015
El tiempo
El tiempo se me escapa por las aceras
se enreda en la huella del recuerdo;
se me va con la
prisa de la mañana;
se frena en el regalo de tu sueño.
El tiempo se deshace entre luces, ruidos
y en los monosílabos de
color de este ángel
que nos nombra. El tiempo no existe
en la memoria de la casa y los gestos de perdón.
en la memoria de la casa y los gestos de perdón.
El tiempo, una imagen sin hogar, un transeúnte perdido,
una letra en la
pared, la espera del autobús, un beso improvisado,
el arreglo del ascensor, la nota del cartero, un juego de versos
en un poema por terminar. El tiempo, el bendito tiempo.
viernes, 20 de marzo de 2015
En medio de la lucha...
Cuando el día tiene ese punto gris que impide el eco de los
ruidos
y parece que el silencio tiende a dominar como protagonista,
entonces la mirada pierde el color ácido de la primavera
y todo se vuelve denso como si estuviera del revés.
Cuando el cansancio te abate después del tránsito de la
noche
y el sueño obliga a
los rituales de costumbre, entonces las manos
son como una encrucijada que reclaman la elección de lo
mejor
y el fuego se apaga ante la locura de la imagen que no ves.
Cuando al hablar no pronuncio tu nombre ni declaro lo justo
y las palabras son el impulso de nuestro infierno, solo entonces
se abre la conciencia de los muertos ante el abismo del tiempo
que entorna las puertas al borrar la memoria de la risa.
y las palabras son el impulso de nuestro infierno, solo entonces
se abre la conciencia de los muertos ante el abismo del tiempo
que entorna las puertas al borrar la memoria de la risa.
Cuando la mirada, las manos, las palabras son el cortejo
seguro
de lo real y la certeza del color no se brinda en el vacío y
el fuego
se reaviva en medio del duermevela, entonces, solo entonces
siento que vivo en medio de una lucha que no pregunta,
responde.
sábado, 14 de marzo de 2015
De “perdedores” y “resentidos”.
Me preocupa la soberbia de los
"buenos”, esa actitud prepotente de quienes se consideran en posesión de
la verdad. Los "malos", los que a veces nos enfrentamos con la
actitud intolerante de los "buenos", no cabemos en la foto. Tan es
así que llegamos a ser invisibles y si nos nombran es para cotejarlo con el
mote de “perdedores” o “resentidos”. En
realidad, vivimos en un sistema que exige
el tributo de la "clap" (palmeros de oficio) y cuando no se cae en este
“vasallaje”, de rendir pleitesía a los “buenos”, cualquier reacción es posible, por parte de estos.
jueves, 12 de marzo de 2015
Mientras tenga conciencia de que no soy un objeto de cambio.
Como olvidar la dignidad pisoteada mientras “los buenos” expulsan de sus paraísos
a los que no obedecen y exigen la falacia del “perdón”. Como olvidar el
sacrilegio de “los perfectos” que miran el lado bello de la vida donde la miseria no molesta y pronuncian
discursos sin contenido falseando la realidad. Cómo olvidar la imagen de los desheredados buscando una salida mientras
“los mejores” justifican el control de los mercados. Cómo olvidar este olvido
impertinente de “los santos” que no aceptan el impulso imperfecto de los que quieren sobrevivir sin mascaras. Cómo
olvidar la fragilidad de los
inquietos frente al hastío de los pre-potentes soportando el aburrido siempre-lo-mismo.
No, no puedo olvidarme de esa mayoría que nos equivocamos mientras tenga conciencia de que soy alguien y
no un objeto de cambio.
miércoles, 4 de marzo de 2015
Como un balbuceo de sonidos inconexos.
Últimamente me emociona ver a
Rodrigo mantener conmigo, mientras lo visto, un “a modo de conversación” que es
algo más que un balbuceo de sonidos inconexos. A su edad, más de un año y medio
ya sabe más de cincuenta palabras. Al menos las que dice tiene un significado
para él. En realidad, aunque su lenguaje es extraño, las palabras-monosílabos- que emplea
tienen coherencia sobre todo en el imitar a los adultos. Es increíble la rapidez
con la que aprende, al menos a mí me lo parece. Al “parlotear” hay que unir el
andar y el correr. Toda una experiencia. Rodrigo, transmite en su actuar una
enorme sensación de independencia. Cuando corre entre los muebles detrás de los
gatos se le ve feliz, o cuando anda a coger las pelotas-sonajeros varadas debajo
de los muebles. Este hacer de Rodrigo es para mí una metáfora vital ante la que
no puedo evitar el reflexionar. Siento que en mi vida mantengo una especie de
balbuceo ante las cosas que, aunque las nombre, nunca las aprecio en
su medida. Es cierto que este hecho responde a un superar torpezas o a la búsqueda de lo mejor. En definitiva, la
presencia de Rodrigo me hace feliz y me ata a la realidad. Su estar vivo me empuja,
a mí también, a estarlo.
domingo, 1 de marzo de 2015
La vida tiene color de mañanas.
Este corazón acostumbrado a las
sorpresas y a mirar desiertos hoy sigue
descubriendo que la vida tiene color de mañanas. Basta una sonrisa para
ver la altura de lo descubierto, una palabra para mirar más allá del dolor. La
luz de invierno tiene cadencias de misterio. Hace mucha luz, tanta que no sé dónde
colocar la mirada. El tiempo se difumina en esta mañana de marzo. Avanzo en
medio del dolor y las torpezas y sigo creciendo. Vivo este presente sin
renunciar al pasado, aunque este tenga partes que quisiera borrar. Soy, en parte, lo que he sido. Ahora me detengo ante
la vida, ante la vida que tienen nombre y rostro. Merece la pena seguir
escribiendo esta biografía de lo simple, esta historia que sigue rumiando el
silencio de los que no salimos en la portada de los periódicos. Este corazón sigue
latiendo al ritmo de la música que quiero tocar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)