Miras y ordenas con
rapidez, mientras los verbos se atascan en tus labios con frases que
quieren decirlo todo, sin llegar a completar nada. Es tanta la emoción de contar, hasta el mínimo detalle, que te faltan adverbios para los sueños y artículos, para
atar tu realidad.
Cómo saltas mientras narras y te haces entender: Es la playa
y las olas y los nuevos amigos, citados por orden; son los últimos dibujos
animados de la cadena Baby.Tv; y los cumple años de los primos, a los que te
adelantas al apagar las velas. No pasas de los tres años y coloquias como si
tuvieras cuatro.
Rodrigo, no sé qué será de los dos sé lo que somos en este
momento, dos seres creciendo en ángulos dispares; tú para subir y yo para bajar.
Cómo expresar con palabras lo que siento al contemplarte. Estás en este punto
donde todo se confunde y la broma supera el juego y el juego da paso a la norma
y la norma señala el doloroso norte.
Gritas y parloteas, ríes y lloras, dices "no" cuando quieres decir "sí", y todo se vuelve una masa donde, a veces, tenemos algo
que callar para dejar que tú manifiestes tu ser único. Gracias hijo por estar aquí y porque nos haces ser, porque eres como
un verbo en el revés del silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario