domingo, 30 de junio de 2019

TU GESTO

 (Primer premio de la Fiesta de la  Primavera. Badajoz, Revista Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos de Badajoz, 2002)

I
TU MIRADA llegó
alada mariposa       perfumando
la línea                   invisible
del pensamiento.
            TODO estaba en orden , todo era perfecto,
                        faltabas tú, tu sombra
                        con la bondad
de tu huella               a cada paso.
TU MANO pasó después
            y se posó       pétalo de flor, sobre
            el cuidado     cuerpo
de lo cotidiano;
TODO fue solemne y sencillo a la vez,
            tan grande en lo pequeño
            que necesario fue               estar vigilante
            para descubrir          tu paso y tu mirada;
TU GESTO, tu mano y       tu mirada
lluvia de mayo, llegaron,
empujando las horas, brisa cálida
vistiéndome de calma.

II
SIEMPRE llegas                 como aire
como luz que amanece en los labios,
en las secretas palabras    sin madrugar
ABRANZANDO el espacio llegas,
huella amante, en las vencidas sombras,
en esos rincones                 todavía dormidos;
LLEGAS        y siempre nacemos
a la fiesta del amor                         sin cortapisas
envueltos los dos                en la mañana
que no quiere despertar

LA SORPRESA DE LO HUMANO (Badajoz, Fundación Caja de Badajoz, 2018)


                                             

Este poemario es un intento de subrayar aquello que más me llamó, y me llama, la atención en esta paternidad vivida como hombre maduro. Los versos de este libro explanan algunos gestos de mi hijo que me sorprendieron y provocaron admiración. No es solo la sorpresa de lo humano en él sino también la sorpresa de lo humano en mí.
Cada capítulo corresponde a un año, de los cuatro, de la vida de Rodrigo. En los versos aparece, entre otras cosas y de forma especial, mi preocupación por el tiempo. Sé que me iré en los mejores momentos de la vida de este niño. Cuando él sea mayor yo seré más mayor aún. Aunque esto no sea importante sí merece ser expresado para que cuando llegue el momento del hasta luego, el tránsito se acepte como algo normal y sea menos doloroso.
En  este libro he incluido versos del poemario anterior Un concierto de sonidos diminutos. Esos versos aparecen en cursiva al final de algunos poemas (págs. 36, 38, 54, 58,60, 68, 72). En realidad, es un guiño al poemario de 2013 porque en el trabajo actual, La sorpresa de lo humano,  trato –también- de lo cotidiano. Así,   este poemario, continua aquello que en los versos finales de Un concierto de sonidos diminutosse expresa: “Tal vez habrá que esperar / uno, tres días, / a que el aire se vuelva sonido/ y no dañe el espíritu; / y el agua brote/de los labios de un libro.”

1

SORPRENDE descubrir 
la belleza de lo inacabado;
la sospecha de un trazo de color. 
Sí, sorprende 
la solemnidad de lo sencillo, 
lo que no es ahora
sin saber qué vendrá después.
Me sorprende sentir la impotencia
 y querer arreglar el mundo;
la emoción de releer los versos de la Pizarnik;
cada amanecer después de haber soñado con tus palabras.
Sí, me sorprende que no sorprenda a nadie 
este concierto de sonidos diminutos 
que me envuelve a diario;
la inutilidad de mis poemas
incapaces de expresar 
la cobardía de mi verdad.
Sorprende 
la búsqueda de no saber qué y disimularlo;
el tiempo, esa constante de momentos que pasan 
y que quiero contener en el trazo de unos versos;
la paternidad que me hace crecer hacia dentro.
Sí, me sorprende y me halaga esta condición 
de lo extraño; 
esta gana de vivir en un continuo empezar
desde cero.

2

PRIMERO, el silencio, /esa nada que marca/ el ruido de los versos.  Después, la palabra /inundando el cosmos de lo frágil /hasta sorprender / con un extraño ritual de paso.  Y al final, el poema / invadiendo de formas invisibles / y emoción /el hastío de los días, / el punto cero, / en un continuo comenzar/ el puzle de la vida.

3

LO HUMANO,  (p.47)
ese revés de mi ser animal con deseos, 
el ímpetu del Paraíso perdido,
mi luchar a contracorriente,
la locura de hablar sin medida,
un descuido del gesto creador
al que llamo libertad,
la autonomía innominada,
mi cansancio de no saber soñar
y querer hacerlo,
la distancia inversa de lo infinito,
el renacer de las sombras.

Sí, lo humano 
lo que tú y yo somos
cuando quebramos el tiempo 

ante el espejo interior que nos habita;
cuando simplemente 
nos miramos
y le miramos.

4

Ante esta mirada a lo fugaz, a lo pasajero… (p.92)
LOS VERSOS/ se transforman en voces que te nombran, /en el secreto diario / que nos desnuda, / como en aquel Jardín/ al que no he vuelto. 
Los versos se convierten en la casa donde despertar, /en la mañana que rueda ante la lujuria de la luz / mezclada con la fiebre de los ruidos. / Son el azul de un silencio, / el anhelo/ que no deja en el olvido/ los abrazos y la risa, /el eco de lo eterno/ que nos envuelve/ hasta vencer la muerte.

Cuando se perdió la A (Badajoz, Ayuntamiento, 2018)




Cuando recibí el encargo se me dijo que era porque tenía un niño de cuatro años. Y acepté porque consideré que era tan sencillo como esto, contar un cuento a un niño de segundo de infantil. Se trataba de hacer una historia que no estuviera muy lejos de la experiencia emocional de los niños de la edad de Rodrigo. Y pensé que por qué no trabajar  un cuento tratando esta aventura de formar palabras. Era lo que lo que Rodrigo estaba viviendo. Y así me inventé una historia, antes de escribirla, contándosela a Rodrigo a la hora de dormir. Por tanto, este no es un cuento de despacho, de estos hay muchos, es un cuento con un soporte real, un contexto fácilmente reconocible. Trace una aventura buscando la A. Esta se desarrolla con obstáculos. Los obstáculos son cada uno de los retos que mi hijo y los niños de su edad tienen que asumir. Y junto a los obstáculos coloqué los valores que intentamos inculcar a esa edad, y siempre. Estos son, elementalmente personales y sociales: esforzarse, trabajar en equipo, ayudar a los demás, hacer bien las tareas, aprovechar lo que se tiene y no pedir más,  dar las gracias.

Los personajes
En el cuento hay unos personajes protagonistas, Chulí -la tortuga-  y Cindy- la mariposa azul-.Además de estos dos  está Loloeolo-el viento, Estambra y Pistila -las flores-, los rayos solares,  el cuervo. Los nombres los coloqué atendiendo a alguna característica de ellos, salvo el de la tortuga. Esta la recogí de un post en una red social donde un amigo había comentado que su tortuga había despertado del letargo hibernal. La llamaba Chulí. Hay que decir también que las tortugas eran un buen recurso en la literatura infantil, en los cuentos de todo el mundo. Me acordé de un cuento nigeriano donde una tortuga soñaba haciendo un mundo mejor. El nombre de la mariposa me vino acordándome de la mariposa del manzano la Cydia pomonella. Esta sería el nombre, Cindy.
La tortuga y la mariposa  formarían un equipo. Se trataba de hacer trabajar a los personajes de forma cooperativa. Chulí y Cindy. Junto a los personajes principales tracé otros que aparecían en el momento, como el viento de marzo/ abril –Eolo. Le llamé Loloeolo. Las flores del manzano, que en una avanzada `primavera, habían comenzado a aparecer con sus estambres y pistilos exuberantes.  Estos dieron el nombre a Estambra y Pistila.  Uno de los personajes, el cuervo, es un guiño a las fábulas de Esopo de quien soy un admirador. ¿Y quién no?

La estructura
En el cuento hay tres espacios importantes que contextualizan el tema, que le dan soporte en diferentes secuencias:
-El jardín, donde está el manzano. Un recurso elemental de lo perfecto e idel desde los cuentos mesopotámicos.
- El camino, el tránsito, Este es más de un lugar es el espacio de los lugares. Es aquí donde se dan las pruebas, y se superan. El camino es el que los niñ@s hacen todos los días en casa, en la calle, en el colegio. Y en este hacer no dejan de tener pruebas:
 El miedo. Este siempre se da antes de empezar una empresa; la duda ante las encrucijada y la consecuente certeza al encontrar el camino del medio-la virtud-después de aceptar la equivocación; dolor en forma de ansiedad a la hora de abandonar lo cómodo el “huerto de lechugas”; la soledad, ese tomar posiciones  uno mismo de forma responsable a pesar de estar acompañado. La superación de pruebas va acompañada, en el cuento, de la adquisición de valores.
-El desierto. Lugar de encuentro. El espacio que marca el antes y el después. El punto de inflexión. No es extraño a nadie y menos a un niño el descubrimiento de las cosas en un sistema que les pide cosas, este puede ser tan arduo como entrar en un lugar complejo, como un desierto.

Las ilustraciones
El afán de Rodrigo por utilizar las pinturas de dedo, a veces güarrear y poner todo perdido, es interesante. Y aproveché ese brote artístico para crear con él texturas. De entrada consiguió hacer el manzano. Los otros personajes eran borrones infames. Y utilicé el sistema que emplea en el cole. Dibujar algo con lápiz y que él coloreara. Se trataba después de perfilar con un rotulador negro…y así se hizo. . En realidad a todas las manchas hubo que darle formas lógicas.

Un párrafo del cuento
Érase una vez un manzano donde vivían una tortuga y un gusano, bueno una oruga. Este árbol era la casa de esos animales, un refugio maravilloso en invierno…Un día, pasado el invierno, los rayos del sol empezaron a despertar las flores del manzano…
De pronto, una brisa, un pequeño viento, entró en escena…Chulí se ocultó en su casa-caparazón y Cindy se agarró al envés de una hoja del manzano…-¡Escuchad, dijo Loloeolo, vengo del país de los cuentos. Allí los niños se han puesto tristes porque ha desaparecido la letra A y no saben decir nada sin ella…
 Faustino Lobato Delgado

Fotografía cabecera: Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, Almendralejo

REHACER EL ALBA. MEMORIAS DE UN NAUFRAGIO (Madrid, Vitruvio, 2018)




A comienzos de 2018, publico en la editorial Vitruvio Rehacer el alba. Memorias de un naufragio, que lleva este texto en la contraportada: "ES POSIBLE la luz cuando la paciencia de la noche rehace el alba. Es posible la claridad a pesar de sentir el peso de la propia historia, esa levedad de la existencia donde las heridas parecen cerradas, donde los fantasmas y sus infiernos simulan no existir a la vista de todos. Y en esa posibilidad, de cercanas utopías, el albor revela, con insolencia, que no tengo agua en las manos ni palabras en la  mirada, solo silencio ante la agonía de un naufragio permanente".
Con prólogo de Efi Cubero. Dedicado a Gema, mi mujer. Por los naufragios compartidos.
El libro está dirigido a aquellos que han perdido toda esperanza de rehacer la vida, a los que no saben cómo recuperar la ilusión y hacer algo que merezca la pena. Por esto, se parte del desengaño, del más puro agnosticismo, para llegar a recuperar lo mejor de lo que se creía perdido. Según Juana Vázquez este libro es: de una humanidad fuera de toda duda, donde se libran todas las batallas contra el silencio de lo innombrable.
Según Efi Cubero, en  la presentación de la obra en Badajoz, 10 de mayo de 2018: Nos hallamos ante un libro necesario, un libro importante, un meditado libro que no deja nada al azar. Yo diría que, para los que no nos conformamos con rutilantes bazares de baratijas varias o espejuelos cambiantes, nos hallamos ante un poemario imprescindible. De una gran calidad. De los que sin duda dejan huella. Dotado de una corriente filosófica, metafísica, más allá de la anécdota o de lo narrativo, pero muy pegado a lo real que deviene hacia una ética personal, a veces heterodoxa, como una declaración de principios que lleva implícita la desobediencia.
El libro tiene cuatro partes con unos títulos que describo:
-El primero, la levedad del barro, (connotación mesopotámica), subraya ese aceptar o mejor ese ser consciente de la fragilidad (barro) fuera del ámbito protector en el que se está. Reconocer ser “barro, la fragilidad” es importante para crecer. Por eso el primer capítulo, el yo lírico arranca con un “DE PIE en el umbral del misterio…” (pg. 21). Importante leer los poemas 26 y 32.
- El segundo capítulo  titulado con un condicional  Si el infierno soluciona la distancia, subraya esa lucha diaria en la que el ser humano entra, solo, enfrentándose con las circunstancias más adversas. Todos tenemos, necesariamente, que vivir el día a día con poco o con nada. El infierno se constata que no está fuera sino dentro de uno mismo. Es por tanto preciso hacer lo que el primer verso de este apartado dice, ESCRIBO sensaciones…ante lo inevitable. // Decir la verdad tiene su precio (leer página 35/ 40 /41).
- El tercer apartado, Movimiento de lo absurdo,  nota ese viaje sin retorno que se inicia cuando se rompe con lo acostumbrado.  Así,  el yo literario preguntará COMO ENTEDER el movimiento de la derrota (leer página 54; primera estrofa de la página 57 y poema página 55 y 63.
- El último capítulo es el resumen de una toma de decisión, descubriendo la luz, Más allá de las tinieblas. Este apartado no es el final  sino más bien la confirmación del viaje iniciado, el sentido de todo lo que se comienza a hacer después de las rupturas. De esta forma tiene sentido ese inicio de EXISTIR ante el misterio (pág. 67). Leer, especialmente,  los poemas de las páginas 67, 70, 72, 76.

1

DUELE el parto de lo infinito 
en este límite ingrávido 
del alma. 
             La memoria juega a regresar a la nada. 
El deseo retoma el color 
en la piel de la vida. 
Solo, en esta lucha. Solo 
con el anhelo de alcanzar el silencio
de aquello que no se nombra.
                 Cómo parar esta inercia sin sentido.


2
BAJO AL ABISMO de lo frágil, 
sin armadura, 
donde la voz se amortigua 
y el color desaparece.
En la superficie tenía lo esencial para existir
y me asfixiaba.
      No hay nada,     todo es
                    vacío.
La vida es un latido ante la miseria, 
un punto cardinal donde el verso escapa 
de la confusión 
y rompe 
la ceguera de la costumbre. 

3
CUANDO EL DESTIERRO, el resentimiento, y la duda empujan al abismo y el sueño se oculta, con vergüenza, en los bolsillos, la fantasía escapa hacia los rincones del alma. Mientras, la calle fabrica rumbos a precio de saldo hasta ahuyentar las nubes del deseo.

4
VIVO en la certidumbre que encarna
la memoria del instante.
Los días ya no se asoman al borde del tedio 
para beber
la hiel de los recuerdos. 
El dolor no difumina la mañana. 
                   Por qué dudar del perdón.
No hay vida sin dolor ni amargura sin sonrisa,
en este impulso que me empuja a seguir.
Hay tantas pérdidas, fracasos, errores
que una conquista me parece una falacia.
                  Por qué vacilar.
Más allá del aparente abandono,
en este domingo de resurrección,
busco un atajo, un lugar donde esconderme
para desbrozar utopías.
                         Por qué la clemencia.
La mañana me da una tregua, me entrego
a sus horas, dejo que pase este sentimiento
del vacío. Los espejos evitan la mirada.
El abrazo del ángel frena la búsqueda 
de otro cielo.
                         Por qué dudar de la compasión.

EL NOMBRE SECRETO DEL AGUA (Madrid, Vitruvio, Col. Baños del Carmen, 2016)


El título se debe al último verso de la última estrofa del propio libro: Se oculta el poema en el aliento de las palabras. / Y las estrofas, cantos rodados, se pegan / al ser del verbo, con el anhelo / de darle nombre al agua.
El libro tiene tres partes con los títulos prestados del aserto de Heráclito:TODO FLUYE, TODO CAMBIA,  NADA PERMANECE.  A  lo largo de cada una de estas partes discurren veintiocho poemas enumerados y otros tantos sin enumerar y en recto separado por barras cursivas. Estos últimos son como un eco en cada uno de los capítulos, véase por ejemplo las págs. 21,24,27,31,33,36,38,41,43,46,   53,55,57. Junto a estos, e intercalándose, hay una serie de prosas poéticas que pretenden, rompiendo la estética acostumbrada, pararse en una reflexión que al yo literario se le antoja necesaria, véase por ejemplo la pág. 17.
La estructura, en sí misma, es un ensayo estético que intenta completar, con miradas y formas diferentes, una reflexión de conjunto sobre la búsqueda de lo esencial en medio de lo frágil. El agua es el metarrelato; esta es la gran metáfora a través de la cual el yo literario se aventura en contar sensaciones que van alternando el dentro y el afuera en un juego místico que deja al lector su parte creadora.
         
           1 
           Nunca, como ahora,  sentí este dulce trueque del agua,
           ebrio de tormentas, en el  oscuro espejo de los juncos.
           Nunca sentí el vértigo de las miradas que me afirman 
           y nombran en el caudal de  otras orillas. 
           Nunca  tuve tan cerca  los muros de esta casa  
           de mi cuerpo, la caricia del viento resbalando 
           por la frontera de mi espalda. Nunca, como ahora, 
           me fue tan tierna el agua.
           Nunca sentí  mi piel tan  llena de remansos
           en la  búsqueda de un punto en el horizonte.
           Nunca, como ahora, noté tan cálida esta magia 
           de los dedos que fluye, mansamente, en la corriente 
           de las horas.
           Nunca.
           28
           Sigo mudo en esta fragilidad
           del misterio que me circunda. Los verbos
           resisten entre  aguas interiores. Ruedan
           ebrios de limo.
           Quiero regresar al lugar del sueño,
           sin alas. Impulso que busca, 
           en el espejo del agua, 
           versos prohibidos.
           Se oculta el poema en el aliento de las palabras.
           Y  las estrofas, cantos rodados, se pegan
           al ser del verbo, con el anhelo 
           de darle nombre al  agua.

UN CONCIERTO DE SONIDOS DIMINUTOS (Badajoz, Herákleion, 2013)


Un concierto de sonidos diminutos, es un poemario donde los ruidos de lo cotidiano y lo citadino se convierten en un concierto de diminutos gestos que se refleja en los versos como una paradoja de este vivir a contracorriente que termina por ser una ironía. En realidad, el poemario viene a ser un libreto para seguir una partitura en la que está escrita la vida misma.
            El título, esos sonidos diminutos, nos van a dar la clave para asomarnos a los poemas: La clave es el silencio cómplice, porque en medio de ese silencio es donde anidan los secretos, sus momentos de salvación y esos resquicios de luz que encuentra el poeta en la vorágine de los relojes y los calendarios...Una búsqueda constante de levedad. Es un poemario muy terrestre, muy aterrizado, anclado a lo cotidiano a veces incluso de manera dolorosa, hundiendo sus raíces en el fango de cada jornada...
            Un concierto de sonidos diminutos es también el retrato de una salvación, del hallazgo de destellos en medio de una oscura monotonía. La salida del laberinto de “pobreza y desastres” de los que habla la radio está dibujada sobre el mapa de la piel. El poemario se toca también, el papel se torna en materia viva, esconde pulsiones y en muchas de estas páginas tiembla el placer. Y otra vez el juego de contrarios, necesarios mutuamente y espejo de la vida: ruido y silencio, peso y levedad, y ahora materia y aire, o alma (presente en algunos poemas).


Geografía de los sueños 

Un ritual de piel y agua desborda los colores.
Los gritos se esconden en el desnudo
límite de las sábanas; las risas,
en el compás del sueño herido.
El corazón silencia el ritmo de la sangre
y la sangre el tránsito vital de un sonido.
Quién puede detener el maremoto del placer
cuando la piel y el agua se confunden con el aire.
Siesta 

El calor aprieta los tabiques. Una mosca
deja estelas en la luz. Y con el insecto,
la pasión se enreda en los muebles.
Un concierto de sonidos diminutos.
Las paredes dibujan sombras.
La calma pasea su reino
al compás de una persiana
que juega con la brisa al escondite.
El rugido loco de un motor
rasga la siesta en dos mitades.
Una maldición recorre la calle.
Un grito remata el concierto
del alboroto. se despeja la playa
de los sueños y el gigante de la tarde
se adueña de la situación.
Y otra vez a empezar.
Marginal
Es difícil vivir con los ojos cerrados,
pensar que apago la luz del corazón
mientras creo que duermes. Existes.
Me pregunto si alguna vez
dejé de amarte. hay tanta lluvia
en las ausencias, que el agua es incapaz
de llevarse tu cautela.
Por encima de la muerte
la vida toma nombre en la distancia.
Serena esperanza que un día
pareció ser libre en esta cárcel del tiempo.
Te llamo en el reverso de las horas.
Tu voz me devuelve a la calma,
despeja el pulso de la noche.
Paso la hoja. Dejo de escribir,
pero no de buscarte
entre los ángulos del silencio.

MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto