domingo, 30 de junio de 2019

Cuando se perdió la A (Badajoz, Ayuntamiento, 2018)




Cuando recibí el encargo se me dijo que era porque tenía un niño de cuatro años. Y acepté porque consideré que era tan sencillo como esto, contar un cuento a un niño de segundo de infantil. Se trataba de hacer una historia que no estuviera muy lejos de la experiencia emocional de los niños de la edad de Rodrigo. Y pensé que por qué no trabajar  un cuento tratando esta aventura de formar palabras. Era lo que lo que Rodrigo estaba viviendo. Y así me inventé una historia, antes de escribirla, contándosela a Rodrigo a la hora de dormir. Por tanto, este no es un cuento de despacho, de estos hay muchos, es un cuento con un soporte real, un contexto fácilmente reconocible. Trace una aventura buscando la A. Esta se desarrolla con obstáculos. Los obstáculos son cada uno de los retos que mi hijo y los niños de su edad tienen que asumir. Y junto a los obstáculos coloqué los valores que intentamos inculcar a esa edad, y siempre. Estos son, elementalmente personales y sociales: esforzarse, trabajar en equipo, ayudar a los demás, hacer bien las tareas, aprovechar lo que se tiene y no pedir más,  dar las gracias.

Los personajes
En el cuento hay unos personajes protagonistas, Chulí -la tortuga-  y Cindy- la mariposa azul-.Además de estos dos  está Loloeolo-el viento, Estambra y Pistila -las flores-, los rayos solares,  el cuervo. Los nombres los coloqué atendiendo a alguna característica de ellos, salvo el de la tortuga. Esta la recogí de un post en una red social donde un amigo había comentado que su tortuga había despertado del letargo hibernal. La llamaba Chulí. Hay que decir también que las tortugas eran un buen recurso en la literatura infantil, en los cuentos de todo el mundo. Me acordé de un cuento nigeriano donde una tortuga soñaba haciendo un mundo mejor. El nombre de la mariposa me vino acordándome de la mariposa del manzano la Cydia pomonella. Esta sería el nombre, Cindy.
La tortuga y la mariposa  formarían un equipo. Se trataba de hacer trabajar a los personajes de forma cooperativa. Chulí y Cindy. Junto a los personajes principales tracé otros que aparecían en el momento, como el viento de marzo/ abril –Eolo. Le llamé Loloeolo. Las flores del manzano, que en una avanzada `primavera, habían comenzado a aparecer con sus estambres y pistilos exuberantes.  Estos dieron el nombre a Estambra y Pistila.  Uno de los personajes, el cuervo, es un guiño a las fábulas de Esopo de quien soy un admirador. ¿Y quién no?

La estructura
En el cuento hay tres espacios importantes que contextualizan el tema, que le dan soporte en diferentes secuencias:
-El jardín, donde está el manzano. Un recurso elemental de lo perfecto e idel desde los cuentos mesopotámicos.
- El camino, el tránsito, Este es más de un lugar es el espacio de los lugares. Es aquí donde se dan las pruebas, y se superan. El camino es el que los niñ@s hacen todos los días en casa, en la calle, en el colegio. Y en este hacer no dejan de tener pruebas:
 El miedo. Este siempre se da antes de empezar una empresa; la duda ante las encrucijada y la consecuente certeza al encontrar el camino del medio-la virtud-después de aceptar la equivocación; dolor en forma de ansiedad a la hora de abandonar lo cómodo el “huerto de lechugas”; la soledad, ese tomar posiciones  uno mismo de forma responsable a pesar de estar acompañado. La superación de pruebas va acompañada, en el cuento, de la adquisición de valores.
-El desierto. Lugar de encuentro. El espacio que marca el antes y el después. El punto de inflexión. No es extraño a nadie y menos a un niño el descubrimiento de las cosas en un sistema que les pide cosas, este puede ser tan arduo como entrar en un lugar complejo, como un desierto.

Las ilustraciones
El afán de Rodrigo por utilizar las pinturas de dedo, a veces güarrear y poner todo perdido, es interesante. Y aproveché ese brote artístico para crear con él texturas. De entrada consiguió hacer el manzano. Los otros personajes eran borrones infames. Y utilicé el sistema que emplea en el cole. Dibujar algo con lápiz y que él coloreara. Se trataba después de perfilar con un rotulador negro…y así se hizo. . En realidad a todas las manchas hubo que darle formas lógicas.

Un párrafo del cuento
Érase una vez un manzano donde vivían una tortuga y un gusano, bueno una oruga. Este árbol era la casa de esos animales, un refugio maravilloso en invierno…Un día, pasado el invierno, los rayos del sol empezaron a despertar las flores del manzano…
De pronto, una brisa, un pequeño viento, entró en escena…Chulí se ocultó en su casa-caparazón y Cindy se agarró al envés de una hoja del manzano…-¡Escuchad, dijo Loloeolo, vengo del país de los cuentos. Allí los niños se han puesto tristes porque ha desaparecido la letra A y no saben decir nada sin ella…
 Faustino Lobato Delgado

Fotografía cabecera: Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, Almendralejo

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