domingo, 30 de junio de 2019

REHACER EL ALBA. MEMORIAS DE UN NAUFRAGIO (Madrid, Vitruvio, 2018)




A comienzos de 2018, publico en la editorial Vitruvio Rehacer el alba. Memorias de un naufragio, que lleva este texto en la contraportada: "ES POSIBLE la luz cuando la paciencia de la noche rehace el alba. Es posible la claridad a pesar de sentir el peso de la propia historia, esa levedad de la existencia donde las heridas parecen cerradas, donde los fantasmas y sus infiernos simulan no existir a la vista de todos. Y en esa posibilidad, de cercanas utopías, el albor revela, con insolencia, que no tengo agua en las manos ni palabras en la  mirada, solo silencio ante la agonía de un naufragio permanente".
Con prólogo de Efi Cubero. Dedicado a Gema, mi mujer. Por los naufragios compartidos.
El libro está dirigido a aquellos que han perdido toda esperanza de rehacer la vida, a los que no saben cómo recuperar la ilusión y hacer algo que merezca la pena. Por esto, se parte del desengaño, del más puro agnosticismo, para llegar a recuperar lo mejor de lo que se creía perdido. Según Juana Vázquez este libro es: de una humanidad fuera de toda duda, donde se libran todas las batallas contra el silencio de lo innombrable.
Según Efi Cubero, en  la presentación de la obra en Badajoz, 10 de mayo de 2018: Nos hallamos ante un libro necesario, un libro importante, un meditado libro que no deja nada al azar. Yo diría que, para los que no nos conformamos con rutilantes bazares de baratijas varias o espejuelos cambiantes, nos hallamos ante un poemario imprescindible. De una gran calidad. De los que sin duda dejan huella. Dotado de una corriente filosófica, metafísica, más allá de la anécdota o de lo narrativo, pero muy pegado a lo real que deviene hacia una ética personal, a veces heterodoxa, como una declaración de principios que lleva implícita la desobediencia.
El libro tiene cuatro partes con unos títulos que describo:
-El primero, la levedad del barro, (connotación mesopotámica), subraya ese aceptar o mejor ese ser consciente de la fragilidad (barro) fuera del ámbito protector en el que se está. Reconocer ser “barro, la fragilidad” es importante para crecer. Por eso el primer capítulo, el yo lírico arranca con un “DE PIE en el umbral del misterio…” (pg. 21). Importante leer los poemas 26 y 32.
- El segundo capítulo  titulado con un condicional  Si el infierno soluciona la distancia, subraya esa lucha diaria en la que el ser humano entra, solo, enfrentándose con las circunstancias más adversas. Todos tenemos, necesariamente, que vivir el día a día con poco o con nada. El infierno se constata que no está fuera sino dentro de uno mismo. Es por tanto preciso hacer lo que el primer verso de este apartado dice, ESCRIBO sensaciones…ante lo inevitable. // Decir la verdad tiene su precio (leer página 35/ 40 /41).
- El tercer apartado, Movimiento de lo absurdo,  nota ese viaje sin retorno que se inicia cuando se rompe con lo acostumbrado.  Así,  el yo literario preguntará COMO ENTEDER el movimiento de la derrota (leer página 54; primera estrofa de la página 57 y poema página 55 y 63.
- El último capítulo es el resumen de una toma de decisión, descubriendo la luz, Más allá de las tinieblas. Este apartado no es el final  sino más bien la confirmación del viaje iniciado, el sentido de todo lo que se comienza a hacer después de las rupturas. De esta forma tiene sentido ese inicio de EXISTIR ante el misterio (pág. 67). Leer, especialmente,  los poemas de las páginas 67, 70, 72, 76.

1

DUELE el parto de lo infinito 
en este límite ingrávido 
del alma. 
             La memoria juega a regresar a la nada. 
El deseo retoma el color 
en la piel de la vida. 
Solo, en esta lucha. Solo 
con el anhelo de alcanzar el silencio
de aquello que no se nombra.
                 Cómo parar esta inercia sin sentido.


2
BAJO AL ABISMO de lo frágil, 
sin armadura, 
donde la voz se amortigua 
y el color desaparece.
En la superficie tenía lo esencial para existir
y me asfixiaba.
      No hay nada,     todo es
                    vacío.
La vida es un latido ante la miseria, 
un punto cardinal donde el verso escapa 
de la confusión 
y rompe 
la ceguera de la costumbre. 

3
CUANDO EL DESTIERRO, el resentimiento, y la duda empujan al abismo y el sueño se oculta, con vergüenza, en los bolsillos, la fantasía escapa hacia los rincones del alma. Mientras, la calle fabrica rumbos a precio de saldo hasta ahuyentar las nubes del deseo.

4
VIVO en la certidumbre que encarna
la memoria del instante.
Los días ya no se asoman al borde del tedio 
para beber
la hiel de los recuerdos. 
El dolor no difumina la mañana. 
                   Por qué dudar del perdón.
No hay vida sin dolor ni amargura sin sonrisa,
en este impulso que me empuja a seguir.
Hay tantas pérdidas, fracasos, errores
que una conquista me parece una falacia.
                  Por qué vacilar.
Más allá del aparente abandono,
en este domingo de resurrección,
busco un atajo, un lugar donde esconderme
para desbrozar utopías.
                         Por qué la clemencia.
La mañana me da una tregua, me entrego
a sus horas, dejo que pase este sentimiento
del vacío. Los espejos evitan la mirada.
El abrazo del ángel frena la búsqueda 
de otro cielo.
                         Por qué dudar de la compasión.

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