Es difícil encarar la noche y sus misterios
con ese impulso extraño que solo el corazón entiende
cuando no hay razones para fingir. En mi interior
todavía cabe esa locura que me hunde en los infiernos.
con ese impulso extraño que solo el corazón entiende
cuando no hay razones para fingir. En mi interior
todavía cabe esa locura que me hunde en los infiernos.
Busqué su mirada y la encontré
con la timidez
de esa emoción contenida que tiene piedad del sentimiento.
Y con las palabras, las pocas que permite la estrechez
de un forzado encuentro, rescatamos lo vivido en las ausencias .
de esa emoción contenida que tiene piedad del sentimiento.
Y con las palabras, las pocas que permite la estrechez
de un forzado encuentro, rescatamos lo vivido en las ausencias .
El tenor quería tener voz…
La avenida estaba en silencio
No hubo tiempo en el tiempo
detenido de la calle.
Todo parecía agotarse en el dolor del no saber.
Qué lejos estaban las promesas, las
caricias y los verbos
que en otro momento rompieron muros.
que en otro momento rompieron muros.
Mil voces asomaban de los garitos queriendo amortiguar
las palabras. Y las miradas tuvieron ese punto de emoción
las palabras. Y las miradas tuvieron ese punto de emoción
que la soledad permite. En el interior un grito: ¡sostén al tenor!
El frío recorría las aceras con ecos de castigo.
Una larga espera hasta
que los perros se callaron
y el cansancio me venció. No
llegaste. Y en este no volver
hubo un mensaje con sabor a paraíso
perdido.
La cabeza contrariaba el
reclamo que las vísceras hacían.
No sé si es el miedo el que elige entre el orden y la gravedad
del sentimiento que empuja a la peligrosa
sinrazón.
Un ascensor sonaba despellejando la solemnidad del silencio.
Y en este no saber si hay despedida,
se mantiene la hipoteca de una historia sin final
que vuelve a imponer el espacio del silencio.
Otra vez los mil interrogantes que no aceptan la derrota.
se mantiene la hipoteca de una historia sin final
que vuelve a imponer el espacio del silencio.
Otra vez los mil interrogantes que no aceptan la derrota.
Un movimiento de huidas y
de sueños que deja la huella
de un “fuerte abrazo”queriendo decir todo sin decir nada.
Imposible soñar cuando los sueños no nos pertenecen.
No cabe volver, ni empezar de nuevo, ni morir en vida
de un “fuerte abrazo”queriendo decir todo sin decir nada.
Imposible soñar cuando los sueños no nos pertenecen.
No cabe volver, ni empezar de nuevo, ni morir en vida
cuando frenamos la inercia del corazón para no defraudar
a los ángeles guardianes. Es duro sobrevivir ignorando
las lluvias de otoño.
a los ángeles guardianes. Es duro sobrevivir ignorando
las lluvias de otoño.
Amanece con sol.