Como olvidar la dignidad pisoteada mientras “los buenos” expulsan de sus paraísos
a los que no obedecen y exigen la falacia del “perdón”. Como olvidar el
sacrilegio de “los perfectos” que miran el lado bello de la vida donde la miseria no molesta y pronuncian
discursos sin contenido falseando la realidad. Cómo olvidar la imagen de los desheredados buscando una salida mientras
“los mejores” justifican el control de los mercados. Cómo olvidar este olvido
impertinente de “los santos” que no aceptan el impulso imperfecto de los que quieren sobrevivir sin mascaras. Cómo
olvidar la fragilidad de los
inquietos frente al hastío de los pre-potentes soportando el aburrido siempre-lo-mismo.
No, no puedo olvidarme de esa mayoría que nos equivocamos mientras tenga conciencia de que soy alguien y
no un objeto de cambio.
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