Qué maravilla, he leido un montón. Tengo libro en tres rincones de la casa, algo así como tres puertas abiertas a diferentes espacios donde recrearme y salvarme del agobio. Esto me ha venido bien después de corregir los exámenes de los chavales, algunos con unas faltas de ortografías que da miedo. Bueno, sigo disfrutando del puente. Ahora me voy con mi mujer a ver la iluminación de la ciudad. Una justificación para salir y pasear sin prisas.
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