sábado, 13 de noviembre de 2010

Evidencias.








Siempre hay un final comienzo de otro momento,
un proceso infinito de arrastre sin remedio.
La luz sigue a la noche, la sombra al caos.

Eterno movimiento de formas con nombre impropio.
Nudos sin descifrar que escapan de la sin razón.

Y la risa cambió
el semblante mortecino de la tierra
dándole rostro a la tarde.

3 comentarios:

Luisa Arellano dijo...

Somos parte de la renovación continua, qué duda cabe.

Has captado con mucha sensibilidad y belleza lo evidente y he disfrutado el poema. Gracias Tino.

Por diversas razones, ando alejada de Internet, pero no mo olvido de ti. Yo también deseo poder venir más por esta tu casa.

Un abrazo.

faustino lobato dijo...

Gracias Luisa por tu paso. Gracias por el comentario. Un abrazote. Tino

Carlos Rivero. dijo...

Un placer saludarte el otro día en el mba.
Hace tiempo que no te comento, que es sinónimo de no seguimiento..jejej..
Este poema es máxima esencia estrujada,
Enhorabuena.
Un abrazo.

MIS VISITAS AL MUNDO

MIS VISITAS AL MUNDO
Tiene Lisboa sonidos de agosto