Destinado a comunicar todos esos momentos que son espacios donde la palabra se convierte en el refugio cierto, en luz capaz de abrir caminos.
domingo, 17 de abril de 2011
En la séptima hora
La calma de las cuatro y el ruido
de la brisa en la higuera manejan
la modorra. El eco de una chicharra
se cuela por un campo de amapolas
mientras los pensamientos, en un afán
de sobrevivir, se confunden con el sueño.
El gato duerme ajeno al trajín. Tu me miras.
Y en la séptima hora los dioses descansaron.
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1 comentario:
Me trasnportaste a una infancia de veranos de secos pastizales, comidas bajo la parra, rumor de higuera y olivos...
un taxto mágico, amigo mio.
Un gran abrazo.
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