Este corazón, acostumbrado a las sorpresas
y a mirar desiertos, sigue descubriendo
ese color de mañanas que tiene la vida. La
luz de invierno tiene notas de misterio. Hay
tanta luz
que no sé dónde colocar la mirada.
El tiempo
se difumina en la niebla de marzo.
En medio del dolor y las torpezas; crezco.
Ahora, ante la vida que tiene rostro,
me detengo. Vale la pena escribir
esta biografía de lo simple, esta historia
que rumia, en
silencio, las palabras
y el gesto de los que no salimos ni en
la página izquierda del periódico local.
Este corazón late al ritmo de la música que
quiero tocar. Este corazón…
/Del poemario: La gramática de los
días)
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