miércoles, 27 de marzo de 2019

Diez motivos para creer y no es un decálogo.


Resultado de imagen de soy

Creo en el ser humano
a pesar de la maldad que anida
en lo profundo de él; 
en su inocencia
a punto de despertar al saber de las cosas;
en su bondad no-narcisista
capaz de perdonar lo peor.
Creo en la utopía,
escrita en el alma humana
que empuja a lo excelente
más allá de la mezquindad
egoísta que inventa conflictos. 
Creo en los gestos
que preceden a las palabras;
en la palabra sincera que, como fuego,
despeja la mentira;
y en el silencio oportuno
que aquieta la razón.
Creo en este barro del que estoy hecho
y desde donde crezco;
en la fragilidad
que me despierta a la fortaleza
en medio de las contradicciones.
Creo en la valentía de  empezar desde cero
por encima de los engaños, las pérdidas
y el infierno de algunos momentos.
Creo firmemente en la carrera
que me ha tocado vivir
donde siempre gano al aceptar perder.
Creo en el ser que no aspira más que a lo humano,
a ese misterio envuelto de paradojas
donde cohabitan las torpezas
y los aciertos, la oscuridad y luz.
Creo en lo imperfecto y finito
que moldea este cuerpo de dios menor
del que estoy hecho.
Creo que soy más amante que héroe,
que aprendo del fracaso.
Creo en mí y ya es bastante.

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