Sabía que hay sonidos que conmueven,
palabras susurradas, brisas
con lluvia y dioses callejeros
ignorantes de la angustia.
Sabía de la espera, de su no
decir nada alargando el dolor.
Y terminó por dibujar el fermento
de la huellas a las diez, librando
la batalla de las sombras, pendiente
de noticias fronterizas. Nada que hacer.
El mundo estaba mudo.
1 comentario:
Hola Tino!.Ahora que acabas de comentar mis entradas aprovecho para saludarte y hacer un comentario al poema "El mundo estaba mudo" de esta entrada,que no tiene ningún comentario,pero que a mí me encanta.Sin comentarios...jejeej
Un abrazo.
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