domingo, 30 de mayo de 2010

Gaarder


El autor de El mundo de Sofía(Siruela) le ha restado importancia al dilema del soporte, da igual si se lee en papel o en pantalla, lo primordial es que se siga acudiendo a la creatividad y a la narrativa.

Ampliamente conocido en todo el mundo desde la publicación en 1991 de El mundo de Sofía, obra traducido a 55 idiomas, y donde hace un viaje a través de la historia de la filosofía, Gaarder ha contado que ahora dedica sus lecturas a las Ciencias Naturales. En ellas encuentra los mismos planteamientos que se hacía Aristóteles: ¿Cuál es la naturaleza de este universo? El autor de otros títulos como La historia de las religiones reconoce que mucha gente renuncia siquiera a formularse la pregunta, sencillamente porque sabe a priori que no existe respuesta.

De su paso por las aulas de clase, donde dictaba filosofía hace 19 años en un liceo de Bergen, la segunda ciudad de Noruega situada a unos 500 kilómetros de Oslo, Gaarder conserva el acento pedagógico que reposa en sus libros. También dedica su tiempo a una fundación de protección al medioambiente que entrega unos premios anualmente.

Autor de obras como Vita Brevis, El enigma y el espejo, El misterio del solitario y Maya y La joven de las naranjas, entre otras, este filósofo y profesor afirma que el auge de sus novelas ha ayudado a que el mundo de la literatura se fije en los autores nórdicos. Por eso al ser preguntado por el auge de la novela de este punto de Europa ha aseverado:
"Leemos mucho en los países nórdicos, mucho más per capita, quizá, que cualquier otra zona en el mundo, también escribimos mucho más que en cualquier otra zona en el mundo, quizá por los largos, fríos y oscuros inviernos. En el norte, en invierno, alguna gente esquía, pero la mayoría está leyendo, haciendo niños o viajando a España".

Recogido de Babelia. El País

1 comentario:

Alfonso Vázquez dijo...

Me parece un tipo curioso Gaarder, ha sabido acercar la filosofía a pie de calle, y eso es bueno. Ojalá mi profesor de filosofía de cou se hubiera aproximado a este hombre.

También me parece curiosa la cultura nórdica: a causa de los largos inviernos leen, escriben, hacen niños y viajan a España. En cambio en España no se lee, se escriben barbaridades, hay pocos niños y nos dedicamos a alimentar el borreguismo (político, religioso, mediático...)

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Tiene Lisboa sonidos de agosto