Cómo permitir que el alba resbale
por el rostro macilento y amantisimo
sin negar el dolor del tránsito. Cómo,
cuando el silencio se quiebra en sus manos
y las palabras le brotan como un frágil suspiro
difícil de entender. Cómo acariciar su rostro
sin sentir el temblor de su lucha.
(Ecos... Ante mi madre)
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