jueves, 1 de septiembre de 2011

En blanco y negro


















Nunca fue tan abierta la mañana, nunca
cuando la carne acortó distancia en la sonrisa;
y la ternura de los besos, huellas de aves al pasar.
Un mar en la espalda, olas arrastrando la palabra
a una orilla imaginaria que habla de promesas,
de un hasta luego, de noches, de silencios. Nunca,
como hoy, se hizo tan de día la mañana
en el verbo pronunciado 
que traza líneas de  luz 
en el juego amante
de los cuerpos.



3 comentarios:

Desconcierto dijo...

Después de una 'tarde tan gris' cuando la palabra resbala
en el vacío de la distancia

llega una 'mañana tan abierta'
cuando la carne acorta distancia en la sonrisa

Vaya racha de poemas estás dejando por tus Habitáculos, muy prolífero, Tino.

Bueno, me espera un bacalao con tomate en la mesa...a cenar :)

Una abrazo.

faustino lobato dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
faustino lobato dijo...

Pues sí amigo, hay rachas. Este es un poema que le venía dando vueltas hace tiempo unos versos en NEGRO Y BLANCO por eso la ausencia de una tarde y la presencia de la mañana...
No me ha disgustado el resultado. Se puede mejorar...
Un abrazote

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Tiene Lisboa sonidos de agosto