Hace más de dieciocho meses,
cuando Rodrigo navegaba en el interior de su madre.
Siento tu transitar en el pulso,
en el agua de los dedos,
al tocar el vientre de tu madre.
Imagino como ocupas los espacios de la carne.
Y recreo tu sonrisa en ese delatar la noche
con protestas silenciosas.
Te descubro, nota de color, sorpresa
en la geografía de esta emoción
que nos desborda cada día.
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