lunes, 1 de junio de 2009

Se detiene la luz















Se detiene la luz ante la indecisión
de la mañana. Memoria de la carne
que ata las dudas al sosiego nocturno.


No hay melancolía, aunque el amor
quiera derrumbarse, sólo asombro
del alma ante el espejo del día.


Se detiene la mañana en ese quicio
perdido de mayo, como un barco
a la deriva que gira sobre la piel
de la luz y se detiene.

No comprendo mi nombre,
esa voraz intención de presenciarlo
todo ni el desierto de las palabras.


Se detiene la mañana en este color
de junio provocando el milagro
de susurrar vientos cuando está
cerca el dolor.


En la distancia reclamo el paisaje
de los sueños, ese canto de violetas
que crece en la orilla de tus labios.

Se detiene la mañana
en este momento de presencias y luz.


Hay dulzura en el temblor impaciente
de los ojos que aguardan los gestos
de la sangre desbordada
en el silencio.


Se detiene la mañana en este fuego
que ata el deseo
al corazón.

2 comentarios:

febade dijo...

Se detiene el tiempo al leer tu bello poema.


Un saludo

Rosalia Linde dijo...

Tus versos están impregnados de lirismo y contemplación. Me ha encantado visitar tu espacio y encontrar poesía tan bella e inspirada. Un abrazo.


Rosalía

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto