Estás
en este límite de la tarde
que apunta al horizonte,
en el susurro de la brisa,
en el tenue colorido
de las ramas. Estás
en esta finitud del paisaje,
en el olor generoso
que anuncia la noche,
en cada brizna de claridad
adonde me agarro
para soportar el dolor
de la despedida.
Estás
en este suspiro del día
que se mantiene
en la magia de cerrar los ojos
y sentirte. Estás
en cada sílaba
de unas palabras
que quieren hablar de ti
y no pueden.
Estás, en este apuntado verso
que no acierta a pronunciar
tu monosílabo
nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario