El poeta es, sí, inmoral. Justo es que vague por los
arrabales de la ciudad de la razón, del ser y de la decisión…/Su vivir (la del
poeta) no comienza por una búsqueda, sino por una embriagadora posesión. El
poeta tiene lo que no ha buscado y más
que poseer, se siente poseído…El poeta es fiel a lo que ya tiene [se encuentra]
cargado, con una carga , es cierto que no comprende…por eso tiene que hablar “sin
saber lo que dice…"[el poeta habla] de musas que le poseen…se siente morada,
nido de algo que le posee…Se consume ardiendo como la llama…el poeta vive
prendido a la palabra, es su esclavo. El poeta ha ganado lucidez…que hace más valiosa,
más dolorosa, la fidelidad a las fuerzas divinas-divinas o
demoníacas-extrahumanas que le poseen. …Todo poeta es mártir de la poesía; le
entrega su vida, toda su vida, sin reservarse ningún ser, para sí, y asiste cada
vez con mayor lucidez a esta entrega.
[El poeta] Extracto de María Zambrano del libro Filosofía y poesía, 1939 pp.40-43.
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